¿Qué pasa con Chelsea?: Que es muy flojita

Chelsea es una camarera exuberante que pasa los días bebiendo y acostándose con el hombre que le plazca, con un entorno laboral y personal compuesto por los más variopintos personajes. Como premisa para una comedia no está mal, pero el problema es que no es una premisa, es todo lo que “Are you there, Chelsea?” puede ofrecer.

Los primeros capítulos llaman la atención: Chelsea trata a los hombres como objetos sexuales de usar y tirar, no se deja intimidar por nadie, tiene un vocabulario por el que podría ser encarcelada y vive la vida a su manera. Pero según pasan los episodios nos encontramos con una serie totalmente plana, sin evolución, una especie de día de la marmota en el que el único reto es saber qué sinónimos de pene y vagina se van a utilizar en los chistes sexuales. A su protagonista le sucede lo mismo: su mayor aspiración es emborracharse o comprarse unas botas y eso para toda una temporada es insuficiente. La audiencia así lo está viendo y está castigando a la sitcom por su carencia de trama con una sangría semanal de espectadores que parece no tener fin.

Los personajes secundarios apenas aportan a la serie

Por otra parte, los personajes secundarios son ramplones y no aportan prácticamente nada. La culpa es compartida: en primer lugar por los actores, cuya capacidad interpretativa es bastante limitada (de los peores castings que he visto en mucho tiempo); en segundo lugar por los guiones que interpretan, vacíos de contenido y que a los pocos capítulos nos hacen tener una peligrosa sensación de déjà vu, originada en las bromas repetitivas y poco originales. El caso más claro es el de Olivia, la mejor amiga de Chelsea (y el personaje más prescindible): los chistes que hace sobre su origen asiático, no solo no son graciosos, sino que rayan en el mal gusto. También está la hermana de Chelsea, Sloan (interpretada por Chelsea Handler, la autora del libro en el que se basa la serie), que no encaja con el resto, provoca rechazo y cuyos únicos temas de conversación son sus pezones agrietados por ser madre lactante y su carencia de vida sexual. Cada vez que aparece deseas que llegue rápido la siguiente escena.

Lo mejor de la comedia son ciertos momentos de la protagonista y sobre todo de su contrapunto en la serie, su compañera de piso Dee Dee, una mojigata niña grande y friki que vive en su mundo propio de fantasía. La lástima es que se va diluyendo a lo largo de los episodios. Las líneas de este tipo de personajes tan extremos han de ser las más cuidadas, lo cual no sucede ya que lleva varias entregas con intervenciones bastante flojas.

“2 broke girls” y “¿Qué pasa con Chelsea?”, a años luz

Pero el problema de “¿Qué pasa con Chelsea?” va más allá de su reparto o guiones. Le ha tocado coexistir en el tiempo con una de las revelaciones de la temporada; otra sitcom sobre chicas que trabajan en una cafetería, que también tienen un vocabulario impropio de señoritas y que son de armas tomar: “2 broke girls”(Dos chicas sin blanca). Dicen que las comparaciones son odiosas, pero en cuanto a calidad, las dos series están a años luz. Y es que la exitosa producción emitida por la CBS protagonizada por una camarera de barrio y otra de alta alcurnia, emplea un humor mucho más inteligente. Además el peso recae en 2 personajes interesantes que van evolucionando junto con la serie a lo largo de las entregas y los secundarios son muy buenos, complementándose perfectamente con los principales.

En definitiva, si la serie que en nuestro país emite Cosmopolitan TV no se pone las pilas, puede que la próxima temporada cuando formulemos la pregunta Are you there Chelsea? no haya nadie para contestar…

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