'Anatomía de Grey' 12x24 Season Finale: un (des)enlace plagado de clichés

Por Juan Carlos López SáezJuan Carlos López Sáez

Una season finale de 'Grey's Anatomy' (y cualquier serie de Shonda) sin una catástrofe, una muerte trágica e inesperada, o un loco matando a todo aquel que se le cruza por delante, es como una navidad sin regalos: no se disfruta tanto (y es lo que realmente estamos esperando, aunque hagamos ver que no).

Esta temporada será recordada como la superviviente, y es que aunque parecía imposible seguir sin Derek, el equipo de guionistas ha sabido reconducirla sin que se le echara en falta, con secundarios pasando a primer plano, y con una season finale accidentada por la marcha repentina de una actriz principal que ha dejado un mínimo de interés para la decimotercera temporada.

Pero aún sin catástrofes, tenemos los típicos clichés de episodios finales como una boda, un parto lo más trágico posible (y nos reíamos del de 'Compañeros' bajo los escombros del Azcona), reconciliaciones, peleas y confesiones. Y es que Shonda es avariciosa, y si le quitas una forma de destruir personajes o el hospital, te da todo lo que le queda bajo la manga.

(¡Cuidado SPOILERS!)

Las depresivas bodas de Shondaland

Se supone que el día de tu boda es un día muy feliz, pero en Shondaland lo ven como la excusa perfecta para torturar a los lunáticos que quieren pasar por el altar.

Amelia es la nueva Christina, y su drama no son las cejas (no se me va de la cabeza la imagen de Sandra Oh sin cejas), y su disgusto no es estético, sino que su familia no esta dispuesta a asistir porque no aprueban que se case de la noche a la mañana con un hombre con el que lleva poco tiempo. Y como es un clásico (de hecho Meredith se ríe de ello) se encierra en el baño.

Owen, como un caballero sin caballo, acude para animarla a pasar de sus familiares y que salga de ahí. Lo consigue y la boda sigue su curso, pero Shonda no lo pondrá tan fácil (risa de bruja malvada de fondo).

Meredith, que no puede quedarse quieta y callada, no ayuda mucho a Amelia a la hora de decidirse a seguir adelante con el día, y no se le ocurre mejor plan que llevársela a lo 'Thelma y Louise' junto a Maggie para ayudarla a decidir si quiere o no casarse.

Las tres se van a por unos granizados, y con tanto tira y afloja, Amelia decide casarse (pasada por agua por el diluvio que cae ese día).

Conclusión final, una trama absurda que se come minutos que vendrían mejor en otros personajes con tramas más interesantes.

El motivo de Jo

Jo pasó de parecerme un personaje fresco a un auténtico plomazo con tanto drama sin motivo. Alex lleva esperando una eternidad a que la chica acepte su proposición de matrimonio, pero Jo siempre reponde que no puede sin argumentar el porqué. Pues bien, el motivo es que su ex marido le pegaba y tuvo que recurrir a un cambio de identidad para escapar de él, y casarse le supondría volver a contactar con su ex para pedir el divorcio.

Este dramón, que resultaría sencillo habérselo contado a Alex en lugar de desquiciarlo por no entender que sucede, produce el fin de la relación. Y como suele ser habitual, el alcohol es el refugio en este tipo de situaciones.

De Lucca acompaña a Jo a su casa para evitar que conduzca y que sea la gran muerte de la season finale, y al ayudarla cuando se cae en ropa interior, aparece Alex que se lanza a pegar a De Lucca pensando que el típico “No es lo que parece” es una mera excusa.

April no podía acabar tranquila

Vamos con la trama en la que vemos a mamá Shonda lucir todo su potencial (imaginad una risa malvada más copa de vino en la mano, y gato acurrudo en las piernas), el parto de April.

La pobre tiene que volver junto a Warren a casa de Meredith a por los anillos de la boda (tiene su tiempo extra gracias a la espantada de Amelia), y algo tan simple como cogerlos y volver, se convierte en un momento trágico cuando se pone de parto en el salón rompiendo aguas sobre la alfombra, con una tormenta que no ayuda nada para que la ambulancia llegue lo antes posible, y con Warren como única ayuda.

No queda más remedio de que Warren se haga cargo de la situación (el mismo que hace poco fue suspendido por negligencia médica con el resultado de dos muertes, una madre y su bebé, otra muestra más de lo retorcida que es mamá Shonda), y no es simplemente animar a April a que empuje viendo salir al niño, sino que tiene que realizar una cesárea sin anestesia en la cocina (querría haber visto el panorama que se encuentra Grey al llegar a casa), con Arizona, Jackson y Bailey al otro lado del teléfono.

Todo sale bien, Warren acaba siendo el héroe que pretendía ser, y April y el bebé sobreviven.

La deslucida despedida

Viendo el episodio no terminaba de entender como despedían a Callie de forma tan fría, y me ha quedado claro al leer unas declaraciones de mamá Shonda.

Resulta que Sara Ramirez comunicó con muy poca antelación que necesitaba dejar la serie, por lo que con todo el episodio en producción, solamente era posible resolver su salida metiendo una escena a última hora. La trama de su viaje a Nueva York vino perfecta como excusa (pensaba que la habían incluido con esa intención), pero deja la sensación de que el personaje merecía una despedida como la que le hicieron a Christina (quedará siempre la duda de si la habrían matado de haberlo sabido antes)

Arizona ve como su hija sufre al ver a Callie tan triste y decide cederla para que Torres viaje a Nueva York para estar con Penny. Tras un rápido encuentro, le dice que ambas han de ser felices y que lo resolverán sobre la marcha.

Callie se emociona, y ahora ya tiene todo lo necesario para instalarse junto a Penny en la gran manzana.

El follón entre hermanas

Meredith y Riggs comienzan a coquetear tras el arrebato de la otra noche (en la que lo hicieron cuatro veces en el coche, y es que ambos iban ya muy necesitados, y saben aprovechar la ocasión). Y aunque Grey se hace la digna y evita todo lo posible a Riggs, al verlo en la boda (a la que asiste tras una inesperada y repentina invitación por parte de Owen), se da cuenta de que puede que llegue el momento de seguir el consejo que le dio a Amelia y dejarse llevar en la relación que está naciendo.

Pero como no todo puede salir a pedir de boca, Maggie cree que las miradas de Riggs van hacia ella, y le confiesa a Meredith que está colada por él.

Dos hermanas enamoradas del mismo hombre, y todo un verano para que Shonda de rienda suelta a su imaginación para sacarle juego al tema.

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