‘La Caza’ 3x03 Review: Una presión con resultados imprevisibles

'La caza'

Por Jesús López

Si estamos ante un plan improvisado de Paul Spector para poder esquivar la cárcel ante los crímenes perpetrados, tal vez le salga muy mal la jugada. Ya estamos habituados a que los episodios de ‘La Caza’ (‘The Fall’) nos dejen con algo sorprendente e inesperado, fruto de guionistas ávidos de que sigamos cayendo como presas en una trama tejida a modo de tela de araña. Hipnótica y de la que es imposible escapar.

El tercer capítulo de la tercera y última temporada, titulado ‘The gates of the light’, sigue jugando al despiste con el espectador, somos víctimas de un final que, a priori, se avecina imprevisible. Como decíamos al inicio Spector sigue ingresado en el hospital con su amnesia, ficticia o no, que afecta a los últimos años de su vida, por lo que no puede recordar los cuatro cargos de asesinato que se le imputan, además del intento de asesinato y el secuestro con retención ilegal de Rose Stagg. La investigadora Stella Gibson analiza ahora las pruebas que el estrangulador de Belfast guardaba en un garaje alquilado, que podrían arrojar pistas de hasta nueve posibles nuevas víctimas.

Por otro lado, se van desvelando otros comportamientos intrigantes, como el de la enfermera condescendiente que mimaba demasiado a un paciente asesino en serie. Y es que la enfermera acaba de mostrar su verdadero interés que no deja de ser otro que la cercanía de Spector con el más allá, tras pasar varios días en coma y ver la luz al final del túnel. Sí, fuimos muy mal pensados… Las retorcidas hipótesis –nos tienen acostumbrados a eso- que arrojaban nuestras cabezas sobre una posible atracción sexual hacia el asesino o de que se tratara de una fanática seguidora desaparecen. Estamos ante la Carmen Porter de ‘Cuarto Milenio’, británica y vestida de enfermera. Sin más.

Mientras tanto la pérdida de memoria de Spector es ya para la comisaria (que se quedó con cara de póker) una baza con la que el sádico sexual juega para eludir la cárcel, ya que no podría ser juzgado según las leyes al no ser consciente de sus crímenes y por tanto no poder defenderse ni poder ofrecer información para su defensa. Por ello la acusación ha decidido ir a por todas, sin el visto bueno de Stella Gibson, y pretende arrastrar como cómplice a Sally, su mujer, que inicialmente dio coartada a su marido, pensando que el único delito que cometía era el adulterio con una menor, la niñera obsesionada. Es lo que tiene tapar los cuernos de tu propio marido, claro.

¿Una presión insoportable?

Nos encontramos ante un giro de acusaciones con resultados más que imprevisibles que veremos en el próximo episodio. Las acusaciones contra Sally, por un lado, y el futuro de sus hijos, que serán conocedores de los crímenes artísticos de su padre, golpean en la cabeza de la madre que de forma decida y en mitad de la noche aparece frente al mar dentro del coche y con sus hijos en el interior.

¿Estamos ante el suicidio de una madre y el homicidio de sus propios hijos? ¿Será este uno de los trágicos resultados de la jugada de Spector? Y, lo que es más importante ¿Es real la pérdida de memoria del asesino en serie?

*Recuerda que puedes ver lo nuevo de ‘La Caza’ a través de AXN en el servicio videoclub de los operadores de televisión de pago, en el que también se pueden encontrar las dos temporadas anteriores.

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