Jane The Virgin 4x12 Review: Una de cal y otra de arena

Jane The Virgin 4x12 Review: Una de cal y otra de arena

Por Betty M. Martínez

Esta semana Gina Rodríguez nos ha dado una alegría y un disgusto a los seguidores de Jane The Virgin. Como ha informado Vertele, parece que ha confirmado que la serie tendrá una quinta temporada. Eso es lo bueno. Lo malo es que parece que será la última. ¿Qué haremos entonces? Seguro que muchos nos hemos hecho esa pregunta, pero vayamos paso a paso. Esa cuestión no toca ahora. A día de hoy lo que corresponde es comentar el capítulo de esta semana y aquí también hemos tenido dosis de cal y también de arena.

¡¡CUIDADO SPOILERS!!

No hay mayor crítica que una misma

Comencemos, cómo no, por Jane. Esta semana ha regresado su bloqueo creativo, es decir, quiere escribir, pero no consigue inspirarse. No encuentra esa idea a desarrollar que la reconcilie con su condición de escritora. Y la culpa de esa crisis la tiene ese crítico que no dejó nada bien su novela. Desde mi humilde posición de comentarista de series y telenovelas, entiendo a Jane. No hay nada peor que enfrentarse a la plantilla de Word en blanco. Aunque yo, lo reconozco, soy afortunada. Suelo tener muy buena materia prima sobre la que escribir. Jane The Virgin es el mejor ejemplo.

A lo que iba, que Jane ha buscado solución a su bloqueo y ha probado con clases de improvisación, siguiendo el consejo de Rogelio, que, de paso, nos ha revelado uno de sus secretos más secretos. Tiene una carpeta con las críticas más duras que le han hecho en su carrera. Y, curiosamente, no lo considera la mayor de las ofensas, como sería lógico en una personalidad un tanto narcisista como la suya, sino que lo ve como una “motivación”. Como una forma de superarse a sí mismo y ser mejor.

Pero no sólo Rogelio ha aconsejado a Jane que busque la parte constructiva de la crítica. También Rafael le ha hecho ver que en ese desastre que Jane ve también hay elementos positivos. Vamos, el vaso medio lleno de toda la vida. Por cierto, ¿qué han hecho con nuestro Rafael? ¿Dónde ha quedado aquel galán descafeinado? ¿Desde cuándo es él quien da los buenos consejos y Jane quien los recibe? ¿Esto qué es? ¿El mundo al revés?

Pues no. Es el TeamJafael en su máximo esplendor. Esta semana hemos tenido menos pasión (¿será que Justin Baldoni no ha podido ir al gimnasio?) pero hemos dado pasos de gigante en la consolidación de esta pareja. Primero, porque la familia ya sabe que salen. Bueno, para ser sinceros, ya lo sabían. Simplemente ha habido un comunicado oficial.

Segundo, porque ya son capaces de compartir tanto sus respectivos problemas particulares como los que van surgiendo en su relación y todo esto sin hacer un drama de cada detalle. Rafael ha sido el mejor apoyo de Jane en su crisis creativa y ella le ha animado en la búsqueda de su madre. Aviso que este último tema lo voy a dejar para otra review porque me da a mí que solo estamos en la punta del iceberg.

Por cierto, en mi recomendación de escena para no perderse, esta semana toca esa secuencia en la que Jane reconoce que siente miedo al ver que su relación con Rafael es perfecta, que es lo que tenía que ser. Y no digo más. Lo dicho. Hay que verla.

El crítico interno de Rogelio

Pero no sólo Jane ha tenido que lidiar con la crítica. Rogelio también ha tenido su cura de humildad. Por un lado, la diablesa de los nueve dedos se niega a verlo o hablarle y, seamos claros, es normal. Rogelio, sabes que te quiero mucho, pero si yo fuera River Fields tampoco querría verte delante ni en pintura.

Por otro lado, Xiomara ha explotado y ha reconocido que la personalidad de Rogelio la agota. Y también la entiendo. Rogelio, a veces te pasas de intenso. Sé que no lo haces con mala intención, pero Xiomara necesita un respiro.

A todo esto, señores guionistas, por favor, podrían hacer que el crítico interno de Rogelio sea un personaje recurrente. Se lo agradeceríamos mucho porque nos permitiría ver a Jaime Camil por partida doble, pero, sobre todo, porque es el contrapunto perfecto a Rogelio de la Vega. A título personal, a mí me vendría bien porque se ve que el hombre sabe de adjetivos y a mí me vendría muy bien su ayuda.

Desde luego yo hubiera sido capaz de hilvanar semejante retahíla de calificativos: pomposo, superficial, materialista, bocazas, inaguantable, egoísta e irresponsable. Con algunos coincido. Otros considero que son un tanto excesivos. Pero reconozcamos que su aparición ha cumplido la tarea encomendada. Que Rogelio tomase conciencia de algunos de sus defectos y que obrase en consecuencia.

Y, antes de que se me olvide, quiero disculparme con Xiomara porque, lo confieso, la semana pasada pensé mal de ella y me equivoqué. Bueno, en mi defensa, diré que no fui la única. Rogelio también desconfió del “maldito zarrapastroso” (hay guiños telenoveleros que merecen una mención especial). Los dos nos equivocamos y justo es reconocerlo. Eso sí, Rogelio, perdona que te diga, pero lo tuyo es peor. ¿Se puede saber qué haces localizando a tu mujer a través de una app? ¿Lo ves? Si es que Xiomara tiene razón. Eres un un poquito agotador.

Pero, todos tranquilos. Después de la tempestad, llegó la calma, esto es, Xio y Ro han hecho las paces. Esa es la parte buena de esta historia. La mala vino al final del capítulo y sobre eso solo voy a decir una cosa. Xiomara, tranquila, todo va a salir bien. Tiene que salir bien. Debe salir bien. ¿Me han leído bien, señores guionistas? Queremos que todo salga bien.

Sobre este blog

Etiquetas
stats