Jane The Virgin 4x08 Review: ¿Por qué no probar?

Por Betty M. Martínez

Una de las características que mejor define a Jane The Virgin es que tiene un don para los cliffhangers y un buen ejemplo fue la intriga con la que nos dejó antes de irse de vacaciones. Y, ahora, más de un mes después, ha llegado el momento de descubrir si, al fin, se cierra el círculo o si, por el contrario, entramos en una nueva espiral. ¿Lo vemos?

¡¡CUIDADO SPOILERS!!

Y si sale bien

Lo primero de todo es ser agradecidos. Así que, señor narrador, muchas gracias por su exhaustivo y excelente resumen de los últimos acontecimientos en el universo Villanueva, aunque creo que nadie habrá podido olvidar dónde nos quedamos. Para los despistados, que siempre los hay, Rafael y Jane se fueron de vacaciones dándose uno de esos besos que se recuerdan durante varios capítulos.

Y, claro, después de eso, nos hemos pasado todas las vacaciones pensando, ¿será el resurgir del TeamRafael? ¿Se darán Jane y Rafael una nueva oportunidad? ¿Estaremos asistiendo al nacimiento de un TeamJafael? Sí, ya lo sé, le he robado el término a Alba. Espero que me perdone, pero es que me parece la mejor definición posible para esta pareja. Yo, desde luego, ya me he apuntado al TeamJafael, así que ya somos, por lo menos, tres: Alba, Rafael y yo. Los que estéis interesados en participar, tranquilos, el periodo de admisión aún está abierto.

La gran duda es si Jane formará parte de este nuevo Team porque su reacción al beso me ha dejado estupefacta. Ya estábamos todos lanzando las campanas al vuelo cuando llega Jane y dice que el beso no fue para tanto, que no lo sintió, que no había sido como antes… A ver, Jane, con la de cosas que os han pasado (imposible resumirlas todas, salvo que se sea como Anthony Méndez y yo tengo muy claro que no lo soy), es normal que no fuese igual, pero, lo siento, no me creo que no sintieras nada cuando Rafael te besó. Insisto. No me lo creo. Que no hace tanto, como bien recordó Xiomara, que estuviste a punto de meterte en la ducha con él.

Lo que está claro es que Jane y Rafael forman un gran equipo en todo lo que tiene que ver con Mateo. Se han esforzado al máximo para conseguir que su hijo vaya a un buen colegio, aunque eso les cause más de un dolor de cabeza. Mentir no es fácil y esta semana lo han comprobado en sus carnes. Lo peor es quien más sufre es quien menos tenía que hacerlo. Mateo. El niño no es capaz de comprender por qué en este caso es bueno mentir. Lógico y normal.

Y precisamente esa preocupación de Mateo nos ha llevado a una de esas situaciones que nunca esperábamos ver en Jane The Virgin. Resulta que a partir de ahora el niño ya no tendrá que mentir más porque va a tener una dirección real en el distrito escolar correspondiente, pero lo interesante es que quien ha sucumbido al peso de los principios ha sido Rafael y no Jane. Punto para Rafael, que cada día que pasa es más Villanueva y menos Solano. Si ya hasta hace listas sobre los pros y los contras de intentar una relación con Jane.

Por cierto, vistos los últimos cinco minutos del capítulo, creo que el TeamJafael aún tiene alguna oportunidad de convertirse en una realidad. A fin de cuentas, ¿por qué no probar?

Regresión al pasado

Otra pareja que tampoco lo ha pasado bien esta semana es la de Xiomara y Rogelio. Como recordaréis, habían decidido ir a terapia para superar su última crisis. Bueno, Xiomara decidió ir a terapia porque Rogelio no estaba muy por la labor. De hecho, se pasó parte de la primera consulta tuiteando. Es lo que tiene ser un influencer, que no hay descanso.

Menos mal que la terapeuta era una buena profesional y consiguió profundizar en los sentimientos y traumas de Rogelio. Y, de paso, nos ayudó a entender un poco mejor la personalidad de nuestro galán favorito.

Resulta que Rogelio fue un niño prodigio, lo que implicó que desde muy pequeño se sintiera responsable de sacar adelante a su familia. La verdad es que me dio lástima escucharlo hablar de la presión que sufrió por parte de su “mamager”. Señores de la RAE, el vocablo es creación de Rogelio de la Vega. A mí no me reprochen nada si dentro de unos años lo tienen que incluir en su diccionario.

Pero no solo Rogelio sufrió una regresión a su infancia. Xiomara también comprendió que, aunque agradecía todos los esfuerzos que hacía su padre por complacerla, le hubiera gustado tener una muñeca menos y pasar más tiempo con él. Lo peor de esta reflexión de Xiomara es que lastimó a Alba, que no lo veía así. Creo que es la vez que más furiosa he visto a la abuela. Menos mal que las cosas pronto se arreglaron.

Por cierto, Rogelio, no doy crédito a lo generoso que has sido con Esteban al cederle el protagonismo en la secuela de la telenovela. Sobre todo si tenemos en cuenta que media hora antes querías enviarlo a grabar un telefilme de serie B a Guadalajara (¿de México o de España?). La verdad es que creo que has hecho lo correcto.

La nueva Jane

Otra que también está en problemas es Petra, pero, ¿cuándo no ha estado esta mujer metida en algún lío? Tiene un don especial para atraer las complicaciones, aunque esta vez las cosas no pintan bien.

Como ya sabéis, Anezka se cayó por el balcón mientras discutía con Petra y, que nadie se haga el inocente, a todos se nos pasó por la cabeza la misma reflexión. ¿Fue una caída accidental o tuvo “ayuda”? Petra jura y perjura que ella actuó en defensa propia, pero la policía no lo tiene tan claro. Y no es de extrañar, dada la cantidad de veces que Petra ha sido investigada por asesinato.

En fin, que Petra ha tenido que buscarse una abogada: Jane Ramos (Rosario Dawson, bienvenida a Jane The Virgin). La nueva Jane le ha dicho a su clienta que esté tranquila, que ella se va a ocupar de todo para evitar que la acusen, pero, si yo fuera Petra no estaría demasiado tranquila. Jane Ramos parece una buena profesional, pero no sé si las personas con las que habla por teléfono son tan buenas.

A todo esto hay que añadir que Luisa está desaparecida y furiosa con Rafael porque cree que fue él quien contrató a Carl para hacerla pasar por desquiciada y quedarse así con el hotel.

No me quiero ni imaginar lo que nos espera en el próximo capítulo.