'El Ministerio del tiempo' 2x11 Review: de bodorrio y confesiones

Por Juan Carlos López SáezJuan Carlos López Sáez

El amor es el tema central del episodio de esta semana en 'El Ministerio del Tiempo', y qué mejor que dos bodas en diferentes épocas para comprobar cómo ha cambiado el asunto.

Mucho humor, muchos personajes reunidos para la celebración, reapariciones , cameos sorpresas, y la confirmación de que Velázquez luce mucho como personaje cómico, han dejado un episodio más simple y cómico que de costumbre, pero que ofrece avances importantes en las tramas centrales a un episodio de terminar la temporada.

(Cuidado SPOILERS)

Las dos bodas

Ya en el anterior episodio nos enterábamos de que dos funcionarios se iban a casar en breve, y el capítulo comienza con la vuelta de la despedida de soltero del novio, que se celebra en los San Fermines del pasado junto a Hemingway, que hace una breve aparición.

La felicidad de la boda actual contrasta con la vivida en el siglo XII, donde la joven Constanza se ve forzada a casarse con el señor del castillo, el mismo que acaba de asesinar al hombre con el que iba a fugarse para vivir su historia de amor. En la historia real se escapaba y se suicidaba saltando desde lo alto de una torre, pero en la versión de la serie, durante su huída descubre una puerta que lleva a la cocina del castillo en la actualidad, donde se encuentra con Pepe Rodríguez ('Master Chef'), y unos actores que ensayan la recreación de su propia historia.

Amelia y Julián dan el esperado paso

Tras tantas evasivas, Amelia aprovecha que Julián sale del convite en el momento del baile para ir tras el y comenzar la conversación que tienen pendiente desde hace tiempo. Pero cuando se ponen románticos bailando juntos, ven a Constanza a punto de saltar desde la torre.

Consiguen pararla a tiempo, y descubren que es posible que aparezcan las personas que la están buscando.

Tras los acontecimientos, Amelia le muestra la foto a Julián, aquella donde se les ve junto a un bebé que ya no aparece, y le confiesa que se acostó con Pacino, dejando a Julián perplejo ante la inesperada confesión.

No termina de quedar claro si Amelia comienza a arrepentirse por volver a estar interesada en Julián, o es por la incógnita de la fotografía.

La función demasiado realista

Unos actores contratados en la boda iban a tratar la historia de Constanzia, pero aparecen los verdaderos protagonistas que dejan KO a los actores, e irrumpen en el salón de forma violenta.

Comienza entonces una sucesión de escenas violentas y cómicas ya que los asistentes creen estar viendo una recreación teatral, pero los guardias y su señor no se cortan a la hora de tratar de forma violenta a todo aquel que se les cruza, y cogen de rehén a Elena.

Amelia y Julián informan de que no se trata de ninguna farsa, y piden

Alonso en combate

El señor del castillo coge como rehén a la novia de Alonso, Elena, que decide en el último momento asistir como su acompañante para afianzar su relación. Justo en el momento en el los soldados y su señor van a regresar a su época, Alonso le propone un combate para recuperar a Elena.

El combate con espadas deja perpleja a Elena que no entiende nada de Alonso, que se delata tras ganar y darles algunos apuntes sobre el futuro que vivirán los visitantes, produciendo la espantada de Elena que no termina de saber como reaccionar ante el momento tan surrealista que acaba de vivir.

Ernesto y la nueva directora

Ernesto se queda en el ministerio de guardia y recibe la visita de la nueva sustituta de Susana. Tras una charla amistosa que deja patente su buena relación, están a punto de acostarse hasta que la llamada desde la boda obliga a Ernesto a enviar refuerzos para ayudar a sus compañeros. Pero los refuerzos (excusa con la que reaperece Ramón Langa) llega cuando el problema se ha resuelto.

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