'Nurse Jackie' 7x07 Review: viejas costumbres difíciles de abandonar

Por Juan Carlos López Sáez Juan Carlos López Sáez

Esta última temporada de 'Nurse Jackie', trata sobre la redención del personaje tras continuos altibajos y drásticos cambios en su vida. El mayor error de la serie fue abandonar su parte cómica y mordaz que tan bien funcionaba por el exquisito plantel de secundarios que rodean a la enfermera adicta, para sobrecargar de drama la vida de Jackie Peyton. Ahora que ya se ha confirmado el punto y final de las aventuras y desventuras en el hospital All Saints, el optimismo campa a sus anchas, pero poco queda de la grandeza de sus dos primeros años.

Se echan en faltan las intervenciones de Akalitus, la más perjudicada por lo guionistas con el cambio brusco de humor, y la gran Zoey, el mejor personaje para un servidor, a la que apenas dejan brillar com antaño, y anda perdida en una posición incómoda para élla, en la que los guionistas no están aprovechándola .

Esta semana el episodio trata sobre poner puntos finales y el cambio de Jackie, si realmente ha cambiado a la hora de tomar decisiones o le es imposible seguir el camino correcto. ¿Seguirá mintiendo o realmente ha aprendido la lección?

Mientras tanto en el All Saints, Akalitus y Zoey estallan en sus respectivas situaciones, superadas por los acontecimientos, y con nuevos e inesperados aliados

(¡Cuidado SPOILERS!)

Las viejas costumbres son difíciles de abandonar

El episodio comienza con Jackie, Kevin y Grace reunidos para decidir el futuro de la hija mayor en la universidad. Si en el episodio anterior Jackie supo lidiar con sus hijas para hacerles ver que intentaba por todos los medios estar junto a éllas, aquí vemos que ese gesto tuvo efecto en Grace, y por primera vez defiende a su madre ante Kevin, pidiéndole una tregua para la nueva Jackie.

Grace cree que su madre esta completamente alejada de las drogas, y que ya no miente, pero en cuanto volvemos al hospital, donde en las primeras (y las más grandes) temporadas vivía una vida en la que su familia no existía, vemos cómo reincide al mentir a Zoey para poder ir a vender las pastillas sobrantes con su fiel Eddie, utilizando a su hija menor como excusa.

Esta claro que Jackie no va a estar en el hospital como una subordinada más, sino que actúa por instinto, y dejando claro que las viejas costumbres son difíciles de abandonar. Poco le ha durado el castigo impuesto por Akalitus gracias a la manipulación que ejerce sobre sus compañeros, a los que lleva sin que se den cuenta a la huelga, además de contar con el doctor Bernard ayudándola para que vuelva a su puesto de trabajo a pesar de las prohibiciones.

Zoey es incapaz de decir que no

Zoey no puede negarle el permiso a la que fuera su gran amiga y mentora, porque si ya de por sí se siente culpable por tener la posición que disfrutaba Payton antes de que la descubrieran, la reprimenda de Grace en episodios anteriores al ver como ahora esta por encima de su madre le afectó. Siempre queriendo quedar como una buena persona, Zoey es incapaz de decir no.

Tras fallar en el caso médico que se presentaba como uno muy ameno y hasta cómico, Zoey se hunde pensando que jamás llegará a estar a la altura de la infalible Jackie Peyton. Pero Carrie (a la que los guionistas no saben donde meter tras la marcha Cooper), se presenta como una amiga y la consuela proponiéndole de quedar tras el trabajo, algo que Zoey, como una niña pequeña con zapatos nuevos, agradece y necesita.

En esa salida, ambas acaban colocadas y siendo rescatadas por Thor que las advierte de que Akalitus no esta en el hospital. Este final, aunque funciona por la gran vis cómica de Merritt Weever (Zoey), es un claro síntoma de la serie va dando tumbos cuando no sabe donde posicionar a sus personajes.

El esplendor de Akalitus

Akalitus, con la que disfrutaba mucho hasta esta temporada, sigue su cruzada contra la protagonista, a la que no perdona su traición. La intervención del doctor Bernard que busca la reconciliación entre ambas no ayuda en nada, pero si que facilita que la directora del hospital se sincere con él contándole su sufrimiento por el alcoholismo de su hijo, y lo que tuvo que lidiar. Experiencia que le hace más vulnerable con el tema de las adicciones de su antes protegida Jackie.

La escena en el restaurante devuelve el esplendor al personaje en el momento en el que pide al camarero quitar élla misma las espinas del pescado, dejándolo entero para asombro de todos.

Es la única trama que realmente me ha parecido interesante del episodio, porque la extraña clínica clandestina donde Eddie y Jackie consiguen vender las pastillas y saldar la deuda del abogado me parece inverosímil y absurda.

Una vez más, vemos que la protagonista es enfermera por vocación al salir en ayuda de la drogodependiente que tiene en la sala de espera.

Todo esto para resolver rápidamente la trama del abogado, y dejar a Eddie como el caballero que rescata a su dama.

¿Conseguirá ser feliz?

El episodio finaliza con Jackie proponiendo matrimonio a Eddie antes de que él pueda hacerlo. No lo ama, pero siempre ha estado ahí, hasta en sus momentos más oscuros, y eso le vale.

Lo que queda en duda es si la protagonista conseguirá ser feliz ahora que esta encauzando su vida y cuenta con el apoyo de sus hijas, o volverá a ser la de siempre.

Sobre el cierre del hospital, que es el problema principal de esta temporada, no se ha mencionado nada, pero se deduce que los últimos episodios girarán en torno a eso, y la boda sorpresa

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