‘Pretty Little Liars’ 6x04 Review: Tras la pista de Charles DiLaurentis

porPaola Rojas

De verdad que yo ya no puedo más con la intriga. Van ya cuatro capítulos de esta sexta temporada de PLL y tenemos más incertidumbres que nunca. Pero sin duda mis sospechas sobre Sara Harvey aún siguen presentes.

Los secretos se apoderan de los DiLaurentis

Todo indica que el sujeto que tanto ha acosado a las chicas durante años es el supuesto hermano de Jason y Alison, Charles. En este capítulo se desvela su triste pasado. Un niño diferente, con problemas y que por razones que aún no sabemos odiaba a su pequeña hermana Alison. Era tal su odio que un día casi intenta ahogarla en la bañera…la medida que tomaron los padres fue internarlo en Radley, la institución mental de Rosewood. ¿Pero, por qué tanto empeño en hacer desaparecer cualquier rastro de él? Aquí hay algo que no cuadra.

Pero si es cierta esta historia que Kenneth, el padre de Alison les cuenta a ella y a su hermano, ¿por qué Charles ataca a las amigas de Alison? ¿por qué nunca ha perjudicado a Jason que también es su hermano? ¿fue él quién mató a su propia madre y la enterró como venganza por internarle y abandonarle…? Muchas interrogantes rondan por nuestras mentes y escasas respuestas.

¿Muerto o resucitado?

Supuestamente, Charles DiLaurentis está muerto. Cuando tenía 16 años se suicidó. Pero nadie se cree ya nada. Kenneth les cuenta como Jessica, la madre de familia, decidió incinerarlo y echarlo al lago. Pero…sorpresa! En uno de los archivos de Radley, las chicas leen el historial de este supuesto Charles y ven que entre los visitantes estaban su madre y su tía Carol. Deciden seguir la pista e ir a la casa abandonada de la tía y ahí se encuentran con una tumba…es la tumba de Charles. Pero ¿de verdad está muerto? Si es así ¿entonces quién ha usurpado su identidad para ser A? Porque en el búnker ese era el nombre que aparecía, era la identidad tras la que se esconde el acosador. Si lo ha elegido es porque en realidad es Charles o es una persona que le conoció y cuando murió aprovechó el momento para apoderarse de su identidad.

Alejadas de la realidad

Spencer, Hanna, Aria y Emily siguen en shock. Esas semanas de cautiverio y todo lo que A les fue haciendo marcó sus vidas. En este capítulo vemos más flashes sobre cómo jugaron con ellas. Spencer es la más perjudicada de momento. ‘A’ sabe donde darle y recrea con Spencer un momento de su vida pasado, esa época en la que era adicta a las pastillas. Por aquel entonces, una noche, medio drogada, apareció con una pala y por más que lo intentaba no recordaba nada. No sabía si había herido a alguien o no. Pues bien, ‘A’ aprovecha esta debilidad y vuelve a llevarla a ese infierno manchándola de sangre y también el suelo de su falsa habitación. Spencer totalmente aterrorizada y desconcertada no sabe si ha herido a alguien o no. Definitivamente, la crueldad de este sujeto no tiene límites.

Pero Aria tampoco se salva. A pesar de sus negativas a teñirse el pelo de rosa como solía hacerlo, ‘A’ la obliga de una manera muy sencilla: mientras duerme, le corta el pelo. Le deja un “precioso” mensaje donde le dice que si no se tiñe, no le quedará nada de pelo. Ante la realista amenaza, Aria no tiene alternativa, y retrocede a aquellos primeros años de instituto donde la inocencia, la felicidad y sus mechas rosas eran lo que definían su vida.

De Emily y Hanna no hemos tenido noticias nuevas. Solo que Sara cada vez está más cercana a Emily y ya sabemos que nuestra Emily es una enamoradiza…esperemos que no caiga ante la fragilidad que muestra Sara….porque seguro que nos llevamos una gran sorpresa con este personaje. Y que Hanna, agobiada por la sobre protección que Caleb ejerce sobre ella, le dice que necesita espacio. Pero no nos asustemos, sabemos que esta pareja es de hierro y que sus caminos no los puede separar nada, ni siquiera A, ¿o si? Ojalá todas vayan volviendo poco a poco a la normalidad y que nos muestren ya todo lo que ocurrió en ese búnker. El siguiente capítulo tiene muy buena pinta, ojalá la trama avance, aunque sea solo un poco.