'El Príncipe' 2x17 Review: un penúltimo capítulo de infarto

Por Betty M. MartínezBetty M. Martínez

No sé cómo va a acabar ‘El Príncipe’. No sé si morirá alguno de los héroes. No sé si Khaled recibirá su castigo. No sé si Morey y Fátima conseguirán ser felices. No sé si tendremos un happy end o si todo acabará en lágrimas. Recordemos, “todo acaba en mar salada”. Pero sí sé que como ese último capítulo se acerque mínimamente a lo que hemos visto esta semana, va a ser inolvidable.

¡¡CUIDADO SPOILERS!!

El fracaso de Ismail

La semana pasada nos dejaron con el corazón en un puño. Morey y Fran fueron descubiertos por Ismail y los suyos, con lo que corrían un grave peligro dado que estaban justo al lado de la bomba que pretendía acabar con la vida de los reyes. Sin embargo, Ismail cometió dos errores. Es raro porque ha resultado ser muy hábil, pero esta vez se equivocó. Por suerte para todos.

Primero, falló en la selección de personal. Los muchachos a los que reclutó para llevar a cabo tan importante misión se vieron desbordados muy pronto por la presión, perdón, voy a ser más clara, por la idea de que iban a morir. No estuvieron a la altura de lo que Ismail y Akrab esperaban de ellos. Y todo lo malo que le pase a Ismail es bueno para todos los demás.

Y ahí viene el segundo error de Ismail. Subestimó a Fran y Morey. ¿De verdad creía que se iban a quedar quietecitos mientras corría la cuenta atrás? ¿En serio pensaba que los héroes oficiales de la serie no iban a hacer nada por evitar la explosión? Ismail se confió y, claro, pasó lo que tenía que pasar. En la primera oportunidad que tuvieron, Fran y Morey le dieron a la vuelta a la situación.

Pero después empezó la angustia. Desarmaron a los malos, pero los minutos seguían corriendo. Pero ahí estaba Morey sacando esas cualidades que lo convirtieron en uno de los mejores agentes del CNI. Hay que reconocerlo. No lo han tratado nada bien últimamente, pero lo formaron de maravilla. Cuando todos estábamos ya encogiéndonos en el sofá pensando que íbamos a decirles adiós a los protagonistas de la serie, Morey desactiva la bomba. Y todos respiramos aliviados. Se habían salvado.

Una pesadilla en Granada

Pero poco nos duró la alegría. Hemos aprendido lo suficiente en esta serie, conocemos lo suficiente a Khaled como para saber que esta aventura aún no había terminado. Y entonces empezó la pesadilla.

Ya lo habíamos intuido en las promos, pero, aun así, fue espeluznante ver a las niñas con sus cinturones explosivos. Y a partir de ahí se sucedieron toda una serie de acontecimientos que provocaron que estuviéramos todo el capítulo con el corazón en un puño. Que si una explosión, que si varios muertos, que si numerosos heridos, que si otra explosión, que si las bombas las llevan camareras, que si los malos las buscan para conseguir que su plan tenga éxito, que si los buenos intentan impedirlo…

Consiguieron crear tal sensación de angustia que casi se nos pasan por alto algunos detalles importantes.

Punto uno. El comisario Castilla y Charlie (lo siento, me cuesta horrores dirigirme a él como comisario Márquez). Hasta aquí llegó su crossover. Castilla regresó a Madrid una vez que los reyes estaban a salvo y Charlie se fue a la Delegación del Gobierno a dar explicaciones. Ha sido muy emocionante ver cómo se despedían deseando que puedan reencontrarse en otra ocasión. No son los únicos que esperan que eso pase. Nosotros también.

Punto dos. Salinas les ha dejado muy claro a los grandes jefes del CNI que el agente al que defenestraron la semana pasada, había conseguido salvar muchas vidas al evitar el atentado. Robledo aparenta estar muy seguro de sí mismo, pero yo no creo que deba sentirse tan tranquilo. No es lo mismo rebatir las acusaciones de un agente caído en desgracia que las de un héroe que ha desactivado una bomba in extremis y que ha demostrado que sus sospechas de que se preparaba un atentado eran más que fundadas.

Punto tres. Sophie. Nunca me ha caído bien por su fe ciega en Khaled, pero esta semana ha recuperado bastantes puntos porque fue lo suficientemente observadora como para darse cuenta de que Salman y su sobrino tramaban algo. Es más, incluso entendió que las camareras eran parte del plan. Lástima que tardara tanto en descubrir la verdad. La historia hubiera sido otra.

Alguna vez he dicho que me apetecía ver a Morey soltándole un “te lo dije” cuando se supiera la verdad. Morey no se lo dijo. No hizo falta. Sophie con su “tenías razón” lo dejó todo claro.

El plan no salió bien

Después de las explosiones, de sembrar el caos en la ciudad, de los muertos, podría esperarse que Khaled estuviera contento, pero no lo está porque, a pesar todo, nada salió como estaba previsto. Las bombas no estallaron como deberían, con lo que el número de muertos no era el adecuado. Khaled cada día consigue horrorizarme aún más.

Llevaba un tiempo dándole vueltas a por qué quería atentar en Granada y ya lo descubrimos. Quiere el puesto de Marwan en Akrab. Por eso lo entregó. No para poder dedicarse a vivir feliz con su familia. Pero ahora viene lo horrible. El atentado de Granada tenía que ser lo suficientemente mortífero para que nadie dudara de su capacidad como líder terrorista. No tengo comentarios. No sé cómo definir el horror de sus palabras.

Pero aún puede ser peor. El muy cínico aún se atreve a decir que tienen que protegerlo porque el atentado es una represalia de Akrab por haber entregado a Marwan. ¿Qué pretende Khaled? ¿Qué lo protejan de sí mismo? Sigo diciéndolo. Khaled ha sido un rival muy duro porque es muy hábil. Una vez más, su argumento es perfectamente factible. Hasta en el CNI lo manejan como hipótesis. ¿Cuándo será el día que escuchen a Morey cuando habla?

Sin embargo, el gran plan de Khaled falló por un pequeño detalle. Nayat. La pequeña de los Ben Barek, la causa de que Fátima tuviera que regresar con Khaled, reconoció que fue su cuñado el que ordenó los atentados. Con Khaled desenmascarado, ya se acaba el problema. Pues no.

Nayat nos recuerda a Abdu

Con la emoción de ver a Khaled descubierto casi se nos olvida que Nayat tiene un cinturón con explosivos pegado a su cuerpo. ¿Y quién es el valiente que intenta desactivar la bomba? ¿Quién va a ser? Nuestro héroe oficial. Morey. Eso sí, con Fran cubriéndole las espaldas. Eso es un amigo. Ni en los peores momentos lo deja solo.

Y es ahí cuando se produce la que para mí es una de las escenas claves del capítulo. Nayat pregunta a Morey si la va a matar a ella igual que hizo con Abdu. Si a mí se me pusieron todos los pelos de punta, no quiero ni pensar qué se le pasaría por la cabeza a Morey. Hay que reconocer que las dos situaciones son tremendamente parecidas. Una amenaza de explosión, un hermano de Fátima y Morey con la última palabra. ¿Qué decisión tomará Morey? ¿Se repetirá la historia?

La verdad es que no sé cómo me dio tiempo de recordar la muerte de Abdu y hacerme tantas preguntas en tan pocos minutos porque Morey tenía las cosas muy claras. Las tenía entonces y las tuvo ahora. La diferencia es que él ya no es el mismo. O simplemente es que esta vez tiene más opciones. Eso ya queda bajo el punto de vista de cada espectador.

La desesperación de Khaled

Y mientras pasa todo esto, ¿dónde está Khaled? Pues observando la situación desde donde mejor se mueve: las sombras. Salman tenía el detonador de la bomba que llevaba Nayat y decidió aprovechar su gran oportunidad de acabar con todos los enemigos de Akrab cuando vio junto a la pequeña de los Ben Barek a Morey, a Fran, a Fátima y a un buen número de policías. Es el final. Pensamos. A Salman no le va a temblar la mano.

Y no le tembló, pero Khaled tiene también muy claras sus prioridades. Quiere ser el líder de Akrab, pero también quiere a Fátima y no va a permitir que nada malo le pase. Ironías del destino. Morey solo piensa en proteger a Fátima de Khaled y al final ha sido ella la que los ha salvado a todos. Salman tiene razón. Fátima es la perdición de Khaled. Está claro que a Khaled tampoco le iba a temblar la mano si su mujer no estuviera en esa sala.

De lo que vino después. Solo voy a decir tres cosas. Una, que Khaled aún no ha dicho su última palabra. Dos, que Fátima vuelve a estar metida en un buen lío. Tres, que Álex González está en muy buena forma.

La próxima semana le diremos adiós a 'El Príncipe’. Como dije al principio, no me atrevo a aventurar lo que puede pasar. Lo que sí tengo claro es que voy a reducir mi consumo de cafeína y aumentar el de tila porque hace ya un buen rato que se terminó el capítulo y aún estoy al borde de la taquicardia. Si en el penúltimo tengo la tensión por las nubes, no quiero ni pensar qué va a pasar en el último.

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