'El Príncipe' 2x18 Review: Todos pierden, nadie gana

Por Betty M. MartínezBetty M. Martínez

No sé por dónde empezar. Escribo estas líneas unos minutos después de ver el final de ‘El Príncipe’ y aún no he sido capaz de procesar todo lo que ha pasado en este último capítulo. Solo me queda una cosa clara. Nos han contado una verdad a medias. Nos dijeron que en ‘El Príncipe’ nada es lo que parece, pero no nos avisaron de que había una excepción. Ha habido algo que sí ha sido lo que parecía. Todo acaba en agua salada.

¡¡CUIDADO SPOILERS!!

Mati: Thais Blume y su cuchillo en el cuello, en la retina para siempre

Uno de los escenarios centrales de este capítulo ha sido la comisaría de ‘El Príncipe’ y no ha podido haber mejor elección. ¿Recordáis por qué empezó todo? Porque el CNI descubrió en se estaban reclutando jóvenes en el barrio para convertirlos en yihadistas y se sospechaba que la comisaría estaba implicada de alguna manera. Esa fue la razón por la que Morey acabó en Ceuta.

Pues bien, se ha cerrado el círculo. El que empezó siendo el objetivo de la investigación terminó convirtiéndose en el objetivo de los terroristas. La escena del ataque, de la entrada de los adolescentes pegando tiros a diestro y siniestro ha sido espeluznante. Era tal el realismo que parecía que estaba pasando en el salón de tu casa.

Parecía que era casi imposible superar ese momento de tensión, pero nos equivocamos. Lo peor aún estaba por venir. Mati. Antes de nada porque no quiero que se me olvide. Mi aplauso para Thais Blume porque me ha tenido con el corazón en un puño durante muchos minutos. Mati, a pesar de que fue ganando peso a lo largo de la trama, no era una de las grandes protagonistas, no era una de las brillantes estrellas de la serie, pero, sin duda, con su trabajo en este último capítulo ha conseguido que cuando dentro de unos años hablemos de ‘El Príncipe’ su nombre sea uno de los que recordemos porque su imagen con el mono naranja y un cuchillo en el cuello se ha quedado grabada en las retinas de todos los que hemos sentido sus lágrimas, su angustia, su miedo.

Khaled: El derrotado y a la vez triunfador

Siempre he dicho que Khaled es muy astuto y lo ha vuelto a demostrar. Cuando todas las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado lo buscan por tierra, mar y aire, va y decide regresar a su casa. Es tan simple que resulta brillante. ¿A quién se le iba a ocurrir que iba a volver a su casa? Todo el mundo lo imaginaba buscando refugio en algún país “amigo”, pero, claro, para huir hace falta dinero y, por mucho que se sea el líder de Akrab, siempre se necesita liquidez.

Hasta aquí Khaled era el hábil villano que habíamos conocido, pero hubo un momento en que perdió definitivamente el norte y empezó a cometer errores. Bueno, no sé si llamarlo errores. Quizá fuese más correcto calificar sus actuaciones de sinsentido.

Veamos. Primero, chantajea al Gobierno. O lo dejan escapar o provoca una masacre en comisaría. Con lo bien que conoce los servicios de inteligencia, ¿de verdad se creía que el Gobierno iba a aceptar sus condiciones? Que se lo creyeran los muchachos del barrio, pase, pero ¿él? No tenía sentido.

Segundo sinsentido. Eso que no he conseguido entender durante todo el capítulo y que aún ahora, un buen rato después del final, no logro comprender. Cuando Morey se queda solo en casa de Fátima porque Fran y el resto de policías regresan a comisaría, ¿por qué Khaled no le dispara? Está solo, sin ayuda, en algunos momentos incluso se coloca de espaldas a la casa (parece que a Morey se le ha olvidado todo lo que aprendió en el CNI), ¿por qué no aprovecha para acabar con su gran enemigo? Le ha hecho la vida imposible durante meses, es la causa de que su matrimonio con Fátima no funcione, ¿y lo deja estar ahí sin más? Por favor, solo le ha faltado invitarle a tomar un café. ¿Soy la única a la que le ha parecido incomprensible esta situación?

Y, al final, Khaled fue derrotado. Es curioso, Khaled estaba tan preocupado por destruir a Morey que se olvidó de que el verdadero peligro estaba en otro sitio. A su espalda. Aunque, tal vez, habría que matizar algo.

La gran derrota de Khaled no ha sido su muerte. Su gran derrota ha sido que no pudo ver su gran victoria. Sí, al final, Khaled es el triunfador de esta historia porque ha conseguido su objetivo. Fátima y Morey no serán felices. Finalmente él consiguió separarlos. Amaba de una forma tan enfermiza a Fátima que prefirió verla muerta antes que feliz en los brazos de otro hombre.

Fran: deslucida despedida del tándem Coronado-González

Otro gran sinsentido de este final se refiere a Fran y Morey. Se han pasado toda la serie tan juntos que parecían siameses. Donde estaba uno, estaba el otro. Donde iba uno, tardaba poco en llegar el otro. Se han protegido mutuamente y se han salvado la vida más de una vez y ahora, en el momento crítico, se separan. ¿En serio? La escena en la que Mati le dice a Morey que se alegra de haberlo conocido olía a despedida por todas partes. Fue una de las escenas más emotivas de todo el capítulo. ¿Por qué no hubo un momento así entre Fran y Morey?

Entiendo que quisieran mantener la intriga hasta el final, pero creo que la relación de estos dos personajes se merecía que un cierre memorable y no el que tuvieron. ¿Fue una llamada telefónica o fue cuando interceptaron el supuesto coche de Khaled? Acabo de verlo y ya no lo recuerdo. Insisto. Fran y Morey, José Coronado y Álex González, se merecían algo más.

Pero al margen de eso, sí nos ha quedado claro que Fran, el inspector corrupto del principio, el principal sospechoso de colaborar con Akrab, ha sido el gran héroe de la serie. Siempre se ha mantenido firme en la defensa de su gente y de su barrio. Siempre ha hecho lo que consideraba mejor para la seguridad de todos los que le importaban. Siempre ha mantenido la cabeza fría y ha actuado con sentido común. Siempre ha dado la cara. Siempre lo recordaremos como el hombre que utilizó sus últimas fuerzas para matar a Khaled.

Morey: Superviviente pero perdedor

Morey era el elegido. El destinado a ser el gran héroe que salvara al mundo de los malos, pero en su camino se cruzó una mujer y todas sus prioridades cambiaron. En este último capítulo, cuando la amenaza se hace real, él solo puede estar pendiente de Fátima. Sabe que debería estar en la comisaría, pero sus sentimientos hacen que sea incapaz de alejarse de Fátima. Y estuvo cerca, muy cerca, de salvarla.

Sin embargo, al final Morey, el gran héroe, ha sido el gran derrotado. Ha conservado su vida, pero lo ha perdido absolutamente todo. El CNI lo ha decepcionado. Su mejor amigo, la única persona en la confiaba, ha muerto salvándole la vida. La mujer que ama muere en sus brazos. ¿Qué le queda a Morey? Nada.

Fátima: El efecto colateral

Lo primero que tengo que decir sobre Fátima es que felicito al diseñador de ese espectacular vestido rojo porque, además de ser precioso, era a prueba de imprevistos. Con todo lo que le ha pasado a Fátima en estos dos últimos capítulos y estaba impecable, bolso incluido. Y si hablamos de detalles curiosos, tengo que mencionar dos cosas que consiguieron rebajar la tensión de este intenso final. Por un lado, Nabil conservando perfecto el nudo de su corbata a pesar de todo lo que se vivió en comisaría y, por otro lado, las camisas de Fran y Morey son un auténtico misterio. ¿De qué material estaban hechas? ¿Con qué las lavaron? Solo la sangre consiguió mancharlas.

En fin, vayamos con Fátima. Nos ha regalado algunas de las escenas más memorables de todo el capítulo. El momento en el que le dice a Morey que lo quiere con toda su alma y cuando lo abraza en el embarcadero. Ahí está su decisión. Prefiere enfrentar la muerte con Morey que la vida con su marido.

Fátima ha sido la víctima de esta historia desde el primer capítulo. Era la más inocente. No era delincuente como su hermano, ni terrorista como su marido, ni policía como Fran, ni espía como Morey. Era simplemente una profesora que intentaba ofrecer un futuro mejor a los jóvenes de su barrio. Se merecía ser feliz. Ser merecía una vida en paz junto al hombre que amaba. Se merecía ver la nieve. Se merecía viajar a Noruega.

Pero, a veces, la vida es cruel y no entiende de justicia. Su muerte ha sido la más dolorosa. Probablemente si esto fuera una historia real, lo llamarían un efecto colateral. Pero para nosotros, los espectadores, los que la ha hemos visto reír, llorar, amar, pelear, ha sido un golpe del que tardaremos en recuperarnos porque con Fátima se va la esperanza de que las cosas pueden acabar bien por mucho que se tuerzan en el camino.

El final: Todos pierden, nadie gana

A los espectadores nos gustan los finales felices, quizá sea por la influencia de Disney en nuestra infancia, pero ‘El Príncipe’ no era ni una telenovela ni un cuento de hadas. El final ha sido intenso, emocionante, duro, difícil, triste, pero, no nos engañemos, no ha sido inesperado. Era una posibilidad que se intuía desde el principio y hasta cierto punto los espectadores sospechábamos que la pareja protagonista no iba a comer perdices. Puede gustarnos más o menos, pero nadie puede negar que ha sido totalmente coherente con el hilo narrativo de la serie. Todos pierden. Nadie gana.

Y ha llegado la hora de hacer la valoración final. ¡Qué difícil es decir adiós a una serie como ‘El Príncipe’! Dentro de unos años se hablará de los récords de audiencia, de que fue la primera que trató el tema del yihadismo en España, de que fue la serie que confirmó a José Coronado como el gran actor que es, de que supuso el lanzamiento definitivo de la carrera de Álex González (¿será muy pronto para hablar de un spin off de Morey?, de que nos presentó a Rubén Cortada, de que convirtió a Hiba Abouk en la chica de moda de la televisión…

Pero, ahora, cuando #ElPríncipeFinal todavía en TT en Twitter, solo puedo pensar en que todo empezó con el lanzamiento de un cadáver al mar y que todo acabó con un cadáver al lado del mar. En mis oídos sigue el eco de esa frase que nos ha acompañado durante tanto tiempo. En ‘El Príncipe’ todo acaba en agua salada. En el mar o en lágrimas. Era una verdad a medias. Todo acabó en el mar y en lágrimas.

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