'Queen of the South' 1x03 Review: Teresa, imprescindible o desechable

Por Betty M. MartínezBetty M. Martínez

Nos ha costado tres capítulos, pero ya empezamos a reconocer a Teresa Mendoza en el personaje que interpreta Alice Braga. Esta semana se ha enfrentado a varios retos. Ha asumido varios riesgos. Sin embargo, ha salido airosa de todos ellos y, sobre todo, nos ha demostrado que sí tiene madera para ser ‘Queen of the South’

¡¡CUIDADO SPOILERS!!

Prueba de confianza

Esta semana Camila sigue con su estrategia de introducir a Teresa en sus negocios. Claro, desde abajo. Desde muy abajo. Esta vez le ha tocado acompañar de a James a entregar “mercancía”. Aparentemente era un trabajo sencillo. Quedarse en el coche y vigilar que todo fuera normal, pero, claro, en este negocio nada es normal

Sin saber muy bien cómo, nos encontramos a Teresa en la parte de atrás de un furgón siendo interrogada por agentes de la DEA. Bueno, más que interrogarla lo que intentaban era que dijera de viva voz la frase mágica que le iba a solucionar la vida: “trabajo para Camila Vargas”.

Yo, por un momento pensé que iba a hablar aunque solo fuera por salir de la órbita de Camila, pero la Teresa del futuro (que se nota que tiene experiencia en estos asuntos) vuelve a hacer una de sus oportunas apariciones estelares y le recuerda a su otro yo que “un soplón es un soplón”. En otras palabras, mantén la boca cerrada si quieres vivir. Tal vez esta no sea la vida de sus sueños, pero es mejor que el cementerio. Así que Teresa se calla.

Confieso que pensé que estábamos ante el momento en el que Teresa, siguiendo el libro de Pérez Reverte, entraba en la cárcel, pero ya he comprendido que las coincidencias entre novela y serie van a ser algo así como una casualidad del destino. Así que, no, Teresa no acaba en la cárcel y, además, refuerza su posición a ojos de Camila. Y hasta aquí puedo escribir.

Por cierto, en mi primera review critiqué el uso que se hacía del español y del inglés en los diálogos porque no le veía lógica. He de rectificar. Esta vez han dado un claro ejemplo de sentido común. El “poli” (los que hayan visto el capítulo entenderán las comillas; los que no, deberían verlo porque merece la pena) malo habla en inglés, mientras que la “poli” buena lo hace en castellano. El malo intenta atemorizar para que confiese y la buena es esa voz amiga que le da el mejor de los consejos. Así, sí.

La experiencia es un grado

Todavía estábamos dándole vueltas a cómo había logrado Teresa salir airosa del problema anterior, cuando ya se mete en otro. Resulta que quiere estar presente en el intercambio comercial entre James y el cliente. James dice que no, que saber demasiado es peligroso, pero Teresa, que ya muestra algo de la seguridad que caracteriza al personaje, le da un argumento incontestable. “Si sé mucho, soy indispensable. Si sé poco, soy desechable” y está claro que Teresa prefiere lo primero. Y como siga a este ritmo, pronto lo va a conseguir.

Bueno, no es solo que lo prefiera, es que tiene madera para serlo. Con una mirada supo que algo iba mal en el negocio. Y con solo tocar un billete, descubrió que estaban intentando estafarles. A los grandes hombres de negocios presentes en la operación les faltó reírse en su cara por pensar que los billetes eran falsos, pero las pruebas demostraron que la recién llegada tenía toda la razón del mundo. La novata evitó que Camila perdiera 50.000 dólares. Superado el primer escalón hacia el ascenso.

En agradecimiento su jefa le regaló un reloj (un Rolex para más señas) y un consejo: en este negocio las mujeres no pueden parecer débiles. La semana pasada me preguntaba si Camila era amiga o enemiga de Teresa. Aun no lo tengo claro, pero todo parece indicar que se va a convertir en algo así como una mentora o maestra. Ojalá Teresa tome nota de todos esos detalles porque seguro que la ayudarán en el futuro.

Las dudas se llaman James

Pero, a pesar de sus buenas palabras, Camila no termina de fiarse de Teresa. Sabe que oculta algo (ese oscuro secreto por el que Epifanio la busca hasta debajo de las piedras) y le encarga a James que lo descubra.

James. Lo reconozco. No sé cómo valorarlo. Por momentos, parece que se preocupa por Teresa y que hasta intenta protegerla. Pero, al mismo tiempo, no podemos obviar que esa amabilidad y preocupación pueden ser una estrategia para cumplir la misión que le encomendó Camila. Es ahora cuando echo de menos a Santiago Fisterra. El gallego quería a Teresa y punto. Estaba claro, transparente, cristalino. Sin embargo, con James todo son dudas, sombras, interrogantes.

Y si con James no sabemos a qué atenernos, con Teo Aljarafe lo tenemos bastante claro. El abogado baila al son que marca Camila. Mejor dicho, al ritmo que marcan los billetes que le va a pagar por crear unas sociedades fantasma con las que torpedear los negocios de su marido. Hay que reconocer que los guionistas tienen mucho mérito porque si apareces por casualidad en esta serie y no sabes de qué va puedes llegar a creer que Camila y Teo se van a dedicar a la importación y exportación de pescado.

Es impresionante lo hábiles que son para decir sin decir. Y la verdad es que se agradecen esos toques casi humorísticos. ¿Cómo definía Teo a Epifanio? ¿Cómo gran empresario de Sinaloa? Eso es un eufemismo y lo demás son tonterías. Por cierto, a partir de ahora creo que a Teo lo voy a llamar Míster Porcentaje porque en cuanto hizo las cuentas de cuánto iba a cobrar con la oferta laboral de Camila, se le cambió la cara por completo. Poderoso caballero es don dinero que dice el dicho.

Y, a todo esto, estamos ante un nuevo salto temporal y argumental respecto al libro. Santiago y Teo no coinciden en el tiempo. Es más, el abogado llega a la vida de Teresa cuando su negocio ya empieza a expandirse. Sin embargo, aquí, ya los tenemos a los dos. Y surgen más preguntas. ¿Será James el nuevo Santiago o se le adelantará Teo? El abogado parece muy entusiasmado con Camila, ¿llegará a trabajar para Teresa?

Y, en medio de todo este entramado empresarial, laboral y económico, tenemos a Brenda y a su hijo huyendo permanentemente y a toda velocidad de los hombres de Epifanio. Teresa, ¿estás segura de que es buena idea que su destino sea Dallas? ¿No sería mejor que se alejaran todo lo posible de México y de Camila? ¿Los guías a Texas por su seguridad o porque necesitas a alguien en quien confiar cerca de ti? ¿Estás siendo generosa o egoísta?

Tal vez ‘Queen of the South’ recuerde poco al libro de Pérez Reverte, pero lo que está claro es que si logramos abstraernos de todos nuestros conocimientos previos, esa serie consigue su objetivo: cada semana enreda un poco más la madeja y nos deja con más ganas de seguir el hilo a ver a dónde llegamos.

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