Queen of the South 2x03/04 Review: La decisión de Teresa

Queen of the South 2x03/04 Review: La decisión de Teresa

Por Betty M. Martínez

Seamos claros. ‘Queen of the South’ no es una serie que esté a punto de matarte de un infarto con su ritmo trepidante, pero hay que reconocer que esta temporada ha mejorado muchísimo el tempo de los acontecimientos y ha conseguido que tengamos la necesidad de prestar atención a cada detalle porque, como decía aquel, si pestañeamos, nos perdemos.

O él o nosotros”

Comencemos por Teresa, que ha tenido un par de semanas bastante complicadas. Tras asimilar que el amor de su vida, al que creía muerto desde hacía meses, está vivo, tiene que comprender por qué la dejó en la posición en la que la dejó. Recapitulemos.

Con su “huida”, cortesía de la DEA, él salvó su vida; pero ella vivió su peor pesadilla, no solo por el duelo de creerlo muerto, sino por la huida sin control que tuvo que emprender para salvar su propia vida. Ya sé que él hizo todo lo posible por avisarla y darle tiempo para escapar, pero eso no niega la mayor: fue él quien la puso en peligro… o es que nos hemos olvidado todos ya de la dichosa libreta.

En fin, que ya nos ha quedado claro que Teresa no es rencorosa porque aún confía en él y se juega la vida por protegerlo. Si no, ¿por qué sigue acudiendo a sus citas con el consiguiente peligro que corre si Camila se entera? ¿Por qué evita que la agente federal descubra su identidad como confidente? ¿Por qué media con Camila para “olvide” que colaboró con la DEA?

En fin, si Teresa y Güero retoman su relación romántica no es lo más importante. Aquí lo interesante son los negocios. La DEA le hace una oferta bastante interesante a Teresa y ¿qué hace ella? Pues, por primera vez desde que la conocemos, tomar una decisión serena, plenamente consciente de lo que significa y sin presiones de ningún tipo. Pote se lo dijo clarito: “o él o nosotros”. Lo que Pote no sabía es que Teresa ya había decidido. Apuesta por Camila. Y por sus negocios. Ahora está claro que ha quemado los puentes que le podrían devolver una vida relativamente normal.

¿Y dónde queda el Güero con esta decisión? Eso habrá que verlo en los próximos capítulos porque no lo tengo nada claro. Es más, esta semana me ha tenido totalmente desconcertada. Aún no sé cuáles son sus cartas. A corto plazo, tendremos que ver si consigue convencer a Camila con su oferta de un nuevo proveedor. Si supera esa prueba, será interesante ver cómo se relaciona con James.

No podemos pasar por alto que en los dos últimos capítulos James estuvo dispuesto a sacrificarse dos veces con tal de salvar a Teresa. Eso son hechos concluyentes y no palabras ni promesas que se lleva el viento. Me parece a mí que va a haber demasiados gallos en un mismo gallinero.

¿El peor momento de Camila?

Camila tampoco ha tenido unas semanas tranquilas. Por un lado, su faceta de madre, esa parte de su personalidad que intenta ocultar bajo capas y capas de hielo, le ha hecho pasar algunos malos ratos. Isabela sigue acusándola de haberla abandonado porque cree que su padre es ahora un honorable gobernador que ha dejado atrás sus negocios delictivos.

La verdad es que me dio un poco de pena ver cuando comprendió que Epifanio la había engañado. Eso sí, tampoco tengo muy claro si es que no veía la realidad o no quería verla. A veces no hay peor ciego que el que no quiere ver y para Isabela resultaba mucho más agradable ser la hija del gobernador que una “narcoprincesa”.

En fin, sigamos con Camila. Esta semana ha habido una novedad en el personaje de Verónica Falcón. La he visto asustada. Es la primera vez que he visto claramente que Camila tenía miedo. Primero, cuando le contó a James lo del cuervo. Segundo, cuando Epifanio hizo su entrada triunfal en la boda de los Jiménez.

Ya sabemos que la relación de Epifanio y Camila es complicada. En los negocios y en el matrimonio. Ya sabemos que se odian, pero también se respetan lo suficiente como para no enfrentarse frontalmente. Es más, después de verlos bailar juntos casi me atrevería a decir que se quieren y se odian con la misma intensidad y simultáneamente… si es que eso es posible.

Eso sí, cuando se vieron frente a frente, la verdad es que me asusté porque pensé que la situación se podía salir de control. Recordemos que el coronel había “envenenado” a Epifanio diciéndole que lo del atentado había sido obra de Camila. Ahí, reconozcámoslo, el coronel se pasó de listo. Camila es, como dijo su abogado, “una excepcional mujer de negocios” y no cometería semejante error.

Y hablando de la empresa, las cosas no han ido demasiado bien estas semanas. Por un lado, la DEA, con la inestimable colaboración de aplicados confidentes, le ha dado un buen golpe al incautarse su último envío de mercancía. Además, ha perdido su alianza con el cartel de Jiménez, lo que la deja sin proveedor, lo cual es el más grave de sus problemas porque sin abastecedor no hay mercancía y sin mercancía no hay distribución y sin distribución no hay beneficios y sin beneficios no hay negocio. ¿Resultado? Camila tiene un grave problema. ¿Aceptará la solución que le propone el Güero?

El enemigo en casa

Al que tampoco podemos perder de vista es al coronel Cortez, que se está mostrando como una peligrosa serpiente. Su inteligencia queda demostrada con su habilidad estratégica. En cada reunión con los socios de Epifanio siempre consigue quedar como el gran salvador del negocio (los drones de vigilancia y la “desaparición” de Manuel Jiménez). El problema es que Epifanio se enteró al mismo tiempo que los demás de las “novedades” en el negocio y eso, sinceramente no está bien. Coronel, no está bien que el jefe sea el último en enterarse de cómo funciona su propia empresa.

Y, además, coronel, hay que ser un poco más cuidadoso con los detalles. En el atentado era demasiado evidente la planificación previa. Ya sé que es un coronel del Ejército, que es valiente y tiene muy buena puntería, pero ¿un solo hombre contra varios sicarios y consigue eliminarlos a todos y salir sin un rasguño? Perdón, pero eso no hay quien se lo crea.

Pero sigamos con el negocio de Epifanio. Bueno, habrá que añadir lo de “presunto” negocio de Epifanio porque, como dije antes, las grandes decisiones empresariales las toma ahora el vicepresidente de la compañía. Si Camila tiene problemas por la falta de proveedores y por tener a la DEA pegada a sus talones, Epifanio tampoco vive su mejor momento.

En teoría sigue siendo el amo y señor del cártel, pero ¿en qué posición queda el líder cuando es su lugarteniente quien toma las decisiones importantes? Es demasiado evidente que el coronel aspira a un ascenso. Como dijo Camila, se “huele” su ambición.

Lo que no entiendo es la actitud de Epifanio. ¿No se supone que es el gran jefe del cartel de Sinaloa? ¿Cómo es posible que le consienta todo lo que le consiente al coronel? Vale que el militar tiene al ejército detrás de él, que es imposible olvidar lo que le hizo a Batman y que ha medio amenazado a Isabela, pero, aun así, esperaba bastante más de Epifanio.

Epifanio, ten mucho cuidado. Estás tan ocupado peleándote con Camila que, a lo mejor, cuando termine esa guerra, lo que quede sea para uso y disfrute del coronel. ¿Es muy aventurando avanzar que el próximo gran duelo podría darse entre el coronel y Teresa como herederos de los actuales líderes del mercado?

Así pues, haciendo un breve balance, tenemos varios frentes abiertos que no podemos descuidar. En primer lugar, el futuro inmediato del Güero. En segundo lugar, la capacidad de Teresa de nadar entre dos aguas. En tercer lugar, la disposición de Camila a hacer negocios con El Santo. En cuarto lugar, la evolución de la alianza entre Epifanio y el coronel.

Lo dicho. ‘Queen of the South’ no es una serie de sobresaltos, pero consigue abrir las suficientes puertas y ventanas como para que sigamos adentrándonos en ella semana a semana.

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