'Scandal', Review 4x10: ¡Ahora es Olivia quien necesita ayuda!

*Por @123Roiz

¡Cuidado spoilers! El que avisa no es traidor…

Primera escena y ya nos dejan con la boca abierta con una Olivia Pope desaliñada, con pistola en mano y corriendo por un pasillo oscuro. Remontémonos un segundo en el último capítulo emitido de Scandal el pasado mes de diciembre. Ese final donde Jake va en busca de una manta para tumbarse cómodamente con su apasionada Liv en el piano de su departamento… Pero cuando se dirige al salón se topa con un cuadro que le desencaja la cara. La copa de vino rociada en el sofá, claros signos de lucha y una Olivia desaparecida en una cuestión de segundos. Desde ahí sabemos que el regreso de Scandal va a dar de qué hablar.

Primeros minutos del capítulo dedicados a ver en cámara lenta cómo se llevan a Olivia de su departamento. Plano lento frente a otro rápido que muestra como trasladan a Olivia justo al departamento de enfrente donde la aguardan unos encapuchados que retienen a su vecina Lois. Monitores, cámaras y sistemas de vigilancia llenan la escena. Una Olivia descolocada intenta con todas sus fuerzas gritar para que Jake le escuche pero no hay manera. Esto acaba de empezar.

Cautiverio

Ahí está esa Olivia Pope, a saber en qué punta del mundo, encerrada en una mugrienta habitación diciendo su nombre en alto a su compañero de cautiverio Ian. Dándose cuenta de que ese nombre que en su día provocó respeto, miedo y admiración en su entorno, en esos momentos vale menos que nada. La lucha por sobrevivir es lo que anima a Olivia a no rendirse y darle esperanzas a su compañero. Poco a poco va pasando el tiempo, no se sabe exactamente cuánto, pero Liv analiza todo lo que le rodea. A sus secuestradores, las armas que llevan, las llaves y esa puerta roja que puede ser su salvación. Pero pronto su suerte se ve realmente truncada cuando intenta abrir una ventana que ve en el baño y uno de los delincuentes la descubre y le hace pagar un precio muy alto, quitándole la vida a su estimado compañero. O eso es lo que nos hacen creer a mitad de capítulo. A partir de ahí, Liv empieza a perder la esperanza y la locura.

Sueños con su amado Fitz y su heroico Jake le rondan sin parar. Vive ya más en un sueño continuo que una realidad física. El cautiverio está pudiendo con ella, pero no olvidemos de quien se trata… Olivia no se rinde jamás. “Eres la única gladiadora aquí” le dice la Abby de sus sueños, solo ella puede rescatarse y lo sabe. No hay ningún súper héroe capaz de sacarla de ese apuro. Así que manos a la obra.

Tensión al máximo

En otra de sus rutinarias visitas al lavabo, patrocinadas por sus “amables” secuestradores, Olivia se topa con una cruda realidad y es que la ventana que unos días atrás parecía ser la vía de escape, ha sido tapada con ladrillos. Llega el momento más desgarrador cuando rompe a llorar y la vemos destrozada, rendida. Sin embargo la cosa no acaba aquí, pues logra desencajar una tubería oxidada del lavabo y agredir a uno de los delincuentes. Volvemos a esa primera escena al inicio del capítulo donde se la ve corriendo, con la pistola y con una cara llena de miedo. Vacila unos segundos al toparse con otro de los malhechores pero acaba disparándole.

Por fin llega a esa mágica puerta roja que parece llevarla de nuevo a su hogar pero lo que le espera fuera es aún peor si cabe. Allí se encuentra su supuesto compañero Ian, quien resulta ser el cabecilla del asunto. Le deja claro que nunca saldrá de ahí y que le espera un futuro sin esperanza. El capítulo finaliza con Olivia volviendo a su cautiverio, resignada, pero esto no puede acabar así. No nos olvidemos de que ella es una gladiadora y los gladiadores luchan, no huyen. Habrá que esperar al jueves de la próxima semana para saber qué nos deparará el nuevo capítulo. Lo que queda claro es que habrá muchas emociones, tensión y sorpresas aseguradas en lo que queda de esta cuarta temporada.

Otra mirada

Un capítulo diferente para los que estamos acostumbrados a ver a Olivia en la cúspide, manejando los hilos según su conveniencia para hacer su trabajo de la manera más eficaz. La debilidad, el miedo y la desesperanza han reinado en el capítulo.

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