‘Scandal’ Review 4x15: políticos, esos feroces lobos con piel de corderito

Por Paola RojasPaola Rojas

(¡Cuidado spoilers! El que avisa no es traidor…)

Olivia volvía ya a las andadas en el capítulo anterior de 'Scandal' con un caso de asesinato de un joven negro a manos de la policía estadounidense. Tras volver de su secuestro, Liv decide seguir con su vida como siempre. Parece ser la mejor opción pero lo que está claro es que esa vida ya no es la misma. Enemistada con Fitz, insegura a todas horas y con un estrés creciente, se intenta convencer de que está bien pero su actitud muestra lo contrario. Si bien mostró sus dotes característicos y su continuada lucha por la verdad en el capítulo anterior, Olivia Pope no está al cien por cien. Lo sabe y lo sabemos. Le llevará más tiempo del que creía volver a ser la de antes o por lo menos intentarlo.

Tenemos nueva Vicepresidenta

Esa mujer cae bien. Tiene una cara amigable y su actitud es cariñosa. La Casa Blanca muestra su total apoyo a Susan Ross como nueva mano derecha del Presidente. Mellie tiene bien controlada la situación y cree que con esta mujer su camino hacia la presidencia será posible ya que Susan no cuenta con esa ambición con la que todos los Vicepresidentes sueñan: llegar a ser ellos mismos el presidente de su país.

Ross no es una política dura y cínica, todo lo contrario. Y por ello le pasan cosas como que, en pleno directo, no continúe con su discurso y se ponga a reír de una manera…curiosa. Su imagen va cayendo y necesitan que los americanos la sigan viendo adorable y la mejor opción para votar. Por ello entra en acción el asesor político Leo (y pareja de Abby) quien la entrena para que tenga el perfil que se busca para un Vicepresidente. Hay que maquillar la vida de Susan y enseñarle a que no siempre debe decir la verdad. Las cosas necesitan ciertos retoques, bienvenidos al mundo de la política.

Pero como Olivia no hay dos. Leo acaba siendo despedido porque no sabe sacar lo mejor de la futura vicepresidenta. Se necesita de los servicios de esa persona que consigue imposibles, que hace milagros donde otros no pueden hacerlo: necesitan que la señorita Pope vuelva a la vida pública y ayude a la Casa Blanca a preparar de la mejor manera a Susan para que sea admitida como la próxima Vicepresidenta.

El demonio del B613 no abandona

En paralelo en este capítulo no topamos con la trama del B613. Cuando se creía superada la situación del aterrador B613, organización secreta que vigilaba por los intereses de Estados Unidos por encima incluso de las directrices marcadas en la Casa Blanca, aparece la ex mujer de Huck con una serie de documentos del B613 y se los entrega a un David Rosen pálido e incrédulo. Se pensaba que todo lo relacionado con la organización había sido eliminado y que era cosa del pasado, pero no es así.

La ex mujer de Huck le convence para declarar ante el Fiscal General todo lo que le ocurrió dentro del B613. David, Jake y Huck tenían un traro: fingir que todo fue mentira para proteger a todos los que afectaban esos archivos, incluida la familia de Huck. Mientras testificaba y decía que no sabía nada de ello, numerosos flashback le vinieron a la mente. Esa vida anterior a la organización llena de amor y felicidad junto a su mujer e hijo. La rabia se apodera de él y decide contar la verdad. Los trapos sucios han salido a la luz y es cuestión de tiempo ver qué consecuencias habrá.

Un poco de paz

Hora de tomar las riendas de su vida. El capítulo termina de una manera perfecta. Tras encontrar a Lois (la vecina de Liv que es asesinada por los secuestradores) y entregarle el cuerpo a su amiga y amada, Olivia decide quitar el cojín del su sofá manchado de vino del día que la raptaron. Suelta la pistola que la acompaña dentro de su apartamento y se dispone a disfrutar de una relajante copa de vino, acompañada de su comida preferida, un enorme bol de palomitas. Parece que la paz empieza a llegarle a nuestra Liv.

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