'The Following' 3x15 Season Finale: un desenlace muy a la altura

Por Silvia MartínezSilvia Martínez

Ahora sí que sí. Durante las diferentes reviews de la serie hemos estado hablando de este momento y, desgraciadamente, ha tenido que llegar. ‘The Following’ llega a su series finale tras X capítulos repartidos en tres temporadas. Y, debido a la notable bajada de los datos de audiencia, no va a haber una cuarta.

Se acabó seguir la pista de Ryan Hardy en su lucha contra ese misterioso séquito de criminales que actuaban con el objetivo común de complacer a lo que podríamos denominar un líder común: Joe Caroll, ex profesor y escritor obsesionado con Edgar Allan Poe y, sobre todo, con la muerte.

La misma muerte que ha acabado con incontable número de personas a lo largo de las tres temporadas es la que le ha llegado ahora a la ficción de Williamson- ante el descontento de sus fans y los constantes rumores sobre si plataformas de series como HULU o Netflix iban a continuar con la trama-.

Puesto que de momento tampoco tenemos ninguna noticia que nos diga lo contrario, parece que todo apunte a que dicha continuación no va a ocurrir.

Así pues, con bastante expectación en las redes sociales sobre todo propiciada por la interacción de sus dos protagonistas (Kevin Bacon y James Purefoy) el desenlace de ‘The Following’ ha llegado y, ya os podemos adelantar que ha estado a la altura. Aunque ha dejado alguna trama abierta para tener a qué agarrarse en caso de ser continuada –y sería un agarre más que interesante, por cierto –.

A NINGÚN LUGAR

El ‘ajuste de cuentas’ – en inglés ‘The Reckoning’, título original del episodio – entre Theo y Ryan esperadísimo durante toda la temporada parece ir a tener lugar en muy breves: Hardy comienza el último episodio de ‘The Following’ en el maletero de un coche sin tener ni idea de dónde se dirige. Por supuesto, sabedor de que probablemente no sea a un destino muy deseable por nadie. Con él, la agente Barton a la que intentó salvar en la carretera minutos antes de que apareciera Theo.

Una vez el vehículo se para y su conductor y los dos polizones se bajan de él, acaban entrando en un edificio abandonado con una pinta un tanto horrorosa que, al parecer, se encuentra a aproximadamente unas cuatro horas de la casa de la agente Mendez en la que se encontraban anteriormente.

Y el ajuste de cuentas, da comienzo.

Bueno, para ser francos, no hay ningún ajuste de cuentas cuando una de las dos partes está inmóvil sin poder hacer nada al respecto y la otra, la que lleva las de ganar de momento, pretende acabar con su vida y quedarse a gusto por siempre jamás. Claro que se le olvidaba que, entre tortura y tortura, por mucho que él decida deshacerse vía telefónica de Eliza – a quien, no nos olvidemos, había prometido entregarle a Hardy – ésta parece tener un radar oculto que va a acabar localizándolo.

ELIZA Y SUS AMIGOS EN EL FBI

Y, en efecto, allí se planta con parte de su equipo a torturar a Theo por su desobediencia y a interrogar a Hardy por si en algún momento ha dado su nombre o algún tipo de detalle de ella a su equipo. Hay que salvarse las espaldas, claro. En cambio ella sí que parece estar bastante informada, tanto es así que incluso sabe que va a tener un hijo y tiene hasta su ecografía. Esa ecografía que Gwen iba a enseñarle la noche anterior, ésa.

Mientras tanto, la propia Gwen se encuentra en el hospital y, mientras operan a Mike de urgencia, se entera por Max de que Ryan ha desaparecido y por eso no le da señales de vida. Eso sí, para sacar algo positivo de todo este embrollo que parece no tener contento absolutamente a nadie en toda la serie… ¡Mike por fin ha despertado? Tras la operación, y mientras Max se dedicaba a rastrear con su tablet los datos que un compañero del FBI le había mandado, Mike por fin empieza a recuperar la consciencia. Ante la enorme alegría de Max e incluso le insta a seguir con la investigación dándole algunos consejos. ¡Qué bonito es el amor y qué ganas teníamos de que se despertase Weston, por el amor de Dios!

Y allá que va Max, dispuesta a seguir las pistas que ha visto en el vídeo no sin antes, por supuesto, llamar a la inspectora Campbell e informarle de lo que había descubierto para que fuera a investigarlo con ella.

Pero si echamos la vista atrás nos acordaremos de la poca gracia que le hacía a la citada Lisa Campbell que Hardy metiera mucho las narices en la investigación o también nos acordaremos de que, ahora, ella ha sido la que principalmente ha insistido en señalar que las huellas del coche de Theo se habían perdido y, pues eso, perdidas están… ¿Vais atando cabos? ¡En efecto! Algo pasa con Lisa. Algo, concretamente, del tamaño de estar infiltrada en el equipo de Eliza a cambio de sustanciosas cuantías de dinero y, además, un supuesto ascenso. Qué pronto nos vendemos todos, hay que ver.

No obstante, Max aún no tiene ni idea de lo que ocurre y es por eso que decide emprender con ella la búsqueda a Ryan aun con la insistencia de ésta de no hacerlo.

UNA CRUEL AMENAZA

¡Y allá que van! Mientras Theo escapa no sin antes jurarle la venganza eterna a Hardy en forma de secuestrar a Gwen, dejar que tenga su bebé y criarlo de la misma manera maltratada en la que él fue criado, Hardy se ve forzado a buscar otra salida puesto que la especie de pozo del que podría haber salido acaba de ser tapado por el susodicho Theo. Finalmente la encuentra y casi es asesinado por un guardia cuando, por suerte, Max lo salva y corren a avisar al FBI de que Gwen no está a salvo ni siquiera en un piso franco.

Al mismo tiempo, Lisa encuentra en los aledaños del edificio abandonado a Eliza y le advierte de que van a ir tras ella, al mismo tiempo que ésta le advierte de que Theo y Ryan ya han salido. Sin embargo nadie le advirtió que Theo iba a ir sin ninguna duda tras ella dispuesto a obligarle a llevarle hasta el piso franco de Gwen haciendo creer a los policías que la custodian que tienen que transportarla a otro lugar.

No obstante, Ryan también ha llamado para advertirles del peligro y, de todos modos, toman todas las precauciones posibles llevándola incluso por otra puerta diferente para sacarla de allí. Y claro, como todos sabíamos, allí les esperaba la cruel realidad: Theo dispara a todos los guardias, incluida la propia Lisa que iba con él y, aunque al principio se le escapa, consigue llevarse a Gwen con él. Ryan, que llegar un tanto tarde, se entera de que se han llevado a Gwen gracias a la moribunda Lisa y decide montar un equipo que vaya tras su pista, incluido un helicóptero.

LA HORA DE LA VERDAD

Y ahí es cuando finalmente Ryan encuentra a Gwen y tiene lugar el verdadero ajuste de cuentas entre él y Theo: Hardy, mediante el uso de alguna que otra trampa, dispara a Theo en la cabeza y éste cae redondo al suelo, aparentemente muerto. Pero en medio del abrazo entre Ryan y Gwen, pasa lo que todos sabíamos que iba a pasar si no se remata al malo de la película: que no estaba muerto. Así que salta encima de Hardy y los dos caen puente abajo al agua más que revuelta. Ryan en principio no, pero finalmente acaba soltándose y haciendo que tanto su búsqueda como la de Theo al día siguiente, sean totalmente infructuosas.

…Pero – y ahora viene el cliffhanger que podría perfectamente dar pie a una cuarta temporada – no todo se ha acabado: Eliza, en un coche, vemos cómo habla con un misterioso jefe al que le dice que todo está acabado y que ella se hará cargo de todo.

Mientras, en el hospital, un encapuchado al que no vemos el rostro hasta que se dirige a la habitación donde Lisa Campbell descansa medio al borde de la muerte, acaba definitivamente con su vida no sin antes pedirle toda la información posible sobre Eliza y su equipo. Y sí, es Ryan Hardy quien, bajo un total anonimato prefiriendo creerse muerto para nunca más poner a nadie en peligro, decide emprender su venganza final contra todos los restos de quienes le han llevado a esta situación.

Y, mirando en la lejanía a Gwen y Max en la habitación con Mike, se aleja a emprender su nuevo destino. ¿Será un destino que alguna vez nosotros podamos ver? Todo apunta a que, por el momento, no, por lo que sólo nos queda desearle a Ryan Hardy toda la suerte del mundo en la búsqueda de Eliza.

Y, por qué no decirlo, hacerle saber que le echaremos mucho, mucho de menos. Tres temporadas no han sido suficientes para cansarnos ni de él ni del resto de personajes. Ojalá podamos volver a encontraros a todos algún día en la plataforma que quiera resucitaros, pero por el momento…

Hasta siempre, 'The Following'.

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