'The Good Wife' 6x15 Review: pistolas 3D, trampa para Alicia y el ascensor

Por Javier RoizJavier Roiz

Tras el peculiar capítulo de la semana pasada, en la que nos adentramos en la mente de Alicia como nunca antes lo habíamos hecho, esta semana volvemos de nuevo a la trama principal de la serie con la compañía adicional de un caso judicial candente como sólo en ‘The Good Wife’ podemos encontrar.

(A continuación SPOILERS)

El dedo en la yaga de la sociedad

Decía la semana pasada que si no hay al menos un dilema moral en un capítulo de ‘The Good Wife’ es que no estamos viendo un capítulo de ‘The Good Wife’. Así, mientras la campaña de Alicia se acerca a su punto álgido, Diane y Polmar se alían para defender los intereses de un hombre que ha quedado en una silla de ruedas debido al mal funcionamiento de una pistola fabricada con una impresora 3D. ‘The Good Wife’, continuamente con el dedo en la yaga del devenir de la sociedad.

Sé que llego tardísimo, pero todavía sigo alucinando cada vez que pienso en la mera existencia de las impresoras en 3D. Supongo que es porque casi un sueño cumplido de la infancia, cuando te imaginabas que de la impresora multifunción de tu casa podía salir un objeto en vez de un aburrido folio plano. Por eso me da escalofríos pensar en la posibilidad de construir una pistola real, capaz de disparar balas reales, capaz de herir y de matar de verdad, desde el salón de tu casa y siguiendo unos patrones e instrucciones relativamente sencillos y que puedes encontrar fácilmente online.

Esta vez, en ‘The Good Wife’, la pregunta se plantea en el origen. En caso de responsabilidades ante un error fatal de diseño, ¿quién tiene la culpa? ¿el diseñador de los patrones de la pistola, el diseñador de la impresora 3D o el que manufactura y dispara la pistola?

El peligro de las pistolas 3D

Aunque Diane y Polmar deciden fijar su objetivo en el diseñador de la pistola haciendo que el capítulo pivote principalmente sobre unificar responsabilidades, gracias al siempre fantástico juez Abernathy, interpretado por el maravilloso Danis O’Hare (mítico Russel Edington en ‘True Blood’ y un habitual de los ‘American Horror Story’ de Ryan Murphy), accedemos a un nivel más general de la polémica cuestionando el peligro que supone que cualquiera pueda construir un arma por menos de 30 dólares. Aquí entra también otro personaje secundario que echábamos de menos: el experto en balística Kurt McVeigh, marido imposible de Diane Lockhart. Aparte de ejercer de contrapunto republicano y ultraconservador de la demócrata y feminista Diane, McVeigh siempre trae consigo algunas preguntas sobre la unión histórica entre EE.UU y el uso de las armas.

Pero como no era suficiente dilema todo el discurso alrededor del uso de armas en EE.UU, el capítulo abre también una brecha de política internacional cuando Canning, bajo los efectos de la anestesia, pide a Alicia que utilice el dinero de sus acciones (¡18 millones de dólares!) para compensar a la familia de la niña que donó el riñón que le ha salvado la vida. El conflicto viene cuando la familia de la niña pide que este dinero se done a una organización pro-Palestina.

Una trampa para Alicia

Es curioso observar cómo la concepción del conflicto árabe-israelí se percibe de manera muy diferente en EE.UU que en Europa. Hace ya unos cuantos meses Penélope Cruz y Javier Bardem, entre otros, firmaron una carta pidiendo a Israel que cesara el “genocidio” sobre el pueblo palestino. Aunque es cierto que el tono de la carta era bastante beligerante, lo que más me sorprendió fue leer comentarios a esa noticia en medios estadounidenses. (Prácticamente) Todos reducían Palestina a Hamás y (prácticamente) ninguno dudaba sobre la legitimidad de los campamentos israelíes en Palestina, al contrario del pensamiento europeo, mucho más equilibrado. A pesar de esto, y de que en el capítulo rápidamente varios personajes de origen judío (Eli, David Lee…) ponen el grito en el cielo, Alicia, tan sabia como siempre, apunta que una organización pro-palestina no necesariamente tiene que ser pro-Hamas. Al final, ni familia, ni organización, ni nada de nada. Todo era una trampa para “pillar” a Alicia buscando información sobre una organización pro-Hamas y que así le afectara en las últimas horas de su campaña política. Muy ‘House of Cards’ todo.

Y por si no hubiéramos tenido suficiente con tanta enjundia política, el capítulo termina en un ascensor. ¡En un ascensor! ¡Con todo lo que los seguidores de ‘The Good Wife’ sabemos que eso significa! Todo apunta a que los capítulos que nos quedan de temporada van a ser intensos. Muy intensos.

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