'Tyrant' 2x07 Review: sangre y victoria en una guerra sin batallas

Por Betty M. MartínezBetty M. Martínez

De ‘Tyrant’ pueden decirse muchas cosas. Una de ellas es que es sorprendente. Quizá para muchos su trama no lo sea, pero su estilo narrativo es muy peculiar. La semana pasada nos colocaron las piezas de tal forma que todos intuimos que en este capítulo íbamos a asistir a una lucha despiadada entre los diferentes bandos que se disputan Abuddin.

¡¡CUIDADO SPOILERS!!

Pero la realidad ha sido otra. Cuando esperábamos una trepidante sucesión de batallas y sangre, nos hemos encontrado con un capitulo en el que ha habido sangre, pero muy pocas batallas.

Un encuentro inesperado

Comencemos, por supuesto, por nuestro héroe. Khalil es ya de facto el líder de la resistencia. Han conseguido armar un grupo más o menos organizado y ya hasta tienen nombre: la Mano Roja. Sin embargo, Bassam sigue siendo un hombre de principios y en medio del diseño de la estrategia bélica tiene tiempo para recordar su promesa de rescatar a Daliyah. Así que, en cuanto sabe dónde está, allá va, raudo y veloz, a rescatar a la dama.

Hay veces que este tipo de series se toman unas licencias excesivas. Vale que un pediatra de California pueda orquestar un golpe de estado, vale que sea capaz de dirigir una milicia, vale que no le tiemble el pulso a la hora de matar, pero que pueda entrar en la casa del líder del Califato sin ningún problema es demasiado. Ya sabemos que Bassam es muy valiente y muy listo, pero es absolutamente imposible que en esa casa apenas hubiese vigilantes por mucho que Abu Omar e Ihab estuviesen en una reunión importantísima en la otra punta de la ciudad.

En fin, dejando a un lado estos matices, lo importante es que Bassam consigue liberar a Daliyah. Casi. Cuando ya estaban en la fase huida, los interrumpe una voz. Sorpresa.

La verdad es que no sé quién se sorprendió más. Si Bassam al reconocer la voz de la hija de su mejor amigo y comprobar que estaba dispuesta a matarlo. Si Samira al descubrir que Bassam Al Fayeed está vivo. Si Daliyah al averiguar que Khalil es el hermano traidor del presidente de Abuddin.

Debate hasta el alba

En fin, después de la sorpresa inicial, asistimos a una larga noche en la que presenciamos una larga lucha dialéctica entre Samira y Bassam. Es curioso. Los dos quieren lo mismo para Abuddin, pero son incapaces de ponerse de acuerdo. Los dos hablan de paz, de esperanza, de dolor, pero es como si hablasen en distintos idiomas. Bassam usa todo el poder de su hábil retórica (con un muy buen apoyo por parte de Daliyah), pero Samira ha levantado un muro infranqueable a base de odio, amargura y desesperanza.

Ha sido una de las escenas más estáticas de toda la serie. Los personajes apenas se mueven, pero ha sido también una de las más dinámicas. No hay disparos ni violencia. Solo palabras que van y vienen y que, a veces, hieren más que cualquier bala. Impresionante el trabajo de los guionistas y muy buena la interpretación tanto de Adam Rayner como de Mor Polanuer.

En fin, que al alba el encanto se acaba y nos damos de bruces con la cruda realidad de que no estamos en un foro de debate, sino en una guerra y es ahí, en plena tensión, donde volvemos a ver la doble personalidad de Bassam. El Al Fayeed que hace lo que tiene que hacer y el médico que intenta arreglarlo todo, aunque, como en esta ocasión, no tenga arreglo. Conclusión: manos rojas. Otra vez.

Drama en palacio

Mientras esto pasa en Ma’an, en el palacio también hay problemas. El día empezó bien. Los mercenarios de Rami han llegado a Abuddin y hasta Ahmed se ha puesto un uniforme. La verdad es que este personaje daría para una serie casi él solo. Comenzó como juerguista, siguió como ministro un tanto inútil, después consiguió ser un asesor decente y ahora se nos viste de militar. Eso sí, hasta él mismo reconoce que a veces parece que va a una fiesta de disfraces.

Pero esta semana no podemos ser duros con el heredero oficial. Pobre Ahmed. Nusrat ha perdido el bebé que esperaba y ya no podrá tener hijos. Es curiosa la forma en que Nusrat recibe la noticia. No deja de repetir que el bebé la mantenía viva y ahí aparecen las preguntas. ¿Es la reflexión de una mujer que deseaba ser madre con todas sus fuerzas y que vivía para conseguirlo? O, por el contrario ¿cree Nusrat que no la mataron cuando su padre traicionó a Jamal solo porque estaba embarazada? Ahora que ya no hay heredero, ni posibilidad de que Nusrat pueda tenerlo en el futuro ¿sería muy descabellado pensar que Leila tardará poco en buscarse una nuera nueva?

El que ha quedado devastado por la noticia ha sido Jamal. La pérdida de su nieto es una más de las muchas malas noticias que ha recibido en los últimos tiempos. El todopoderoso presidente cree que está siendo castigado por haber matado a su propio hermano. La conciencia cada vez le grita más, pero ya está Leila para acallarla.

Buenas noticias

¿Qué Jamal necesita buenas noticias? Pues las tendrá. Lo curioso es que para conseguir un poco de positivismo, Leila recurre al bastardo Rami. Haz lo que tengas que hacer, pero consigue una victoria, le viene a decir. Rami duda, pero demuestra que es muy ingenioso.

Le dice al mercenario jefe que ataque cualquier cosa, que dispare mucho, aunque no haya ni un solo muerto, aunque ni siquiera se acerquen a las posiciones enemigas. Lo importante es que haga ruido, que suene a batalla y que la televisión hable de gran victoria sobre el Califato. Dicho y hecho. jercicio magistral de manipulación informativa. Definitivamente Rami es un Al Fayeed.

La herencia para la resistencia

Otro que también parece reencontrarse con su rama Al Fayeed es Sammy. No ha llegado a tiempo para ayudar a Abdul, pero alguien con su cuenta corriente no pasa desapercibido y pronto le recuerdan que ese dinero que no pudo salvar a su amigo puede serle muy útil a la resistencia. Concretemos. El grupo Mano Roja necesita financiación.

A Sammy no le hace mucha gracia la idea. Recordemos que su primera visita cuando supo que era un rico heredero fue al concesionario de Ferrari, pero parece que el aire de Abuddin transforma a los Al Fayeed. Está dispuesto a ayudar, pero quiere ir a Ma’an a conocer a Mano Roja. No le va a dar su dinero al primero que se lo pide.

Hagamos un ejercicio de lógica. Si Sammy va a Ma’an a reunirse con Mano Roja y si el líder de Mano Roja es Bassam, entonces Sammy y Bassam se van a encontrar. La lógica indica que ese encuentro entre padre e hijo podría producirse en el próximo capítulo. Veremos si los guionistas de ‘Tyrant’ siguen la teoría o vuelven a sorprendernos.

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