'Vikings' 3x01 Review: Una profecía empaña el regreso de los saqueadores

Por Marta AiloutiMarta Ailouti

La buena noticia es que 'Vikings' está de vuelta y, como viene siendo habitual en sus principios, lo hace de la mejor manera posible. Dos temporadas le han valido a Ragnar Lothbrok, el que fuera campesino, para convertirse en el hombre poderoso que estaba destinado a ser. Su regreso nos devuelve a una Kattegat completamente nevada, de la que nadie se ha podido mover. Como si todos, vikingos y espectadores, anduviéramos a la expectativa de verles zarpar de nuevo en este episodio que marca las pautas de lo que será esta nueva travesía y donde hay un poco de todo: peleas, conspiraciones, alianzas y estrategias.

(¡Cuidado SPOILERS!)

Una misteriosa profecía

También hay profecías. Esa es la mala noticia. 'Vikings' regresa con ese presagio que ocupa los primeros minutos de este capítulo y que incluye una advertencia. Algo que nos llevan contando demasiado tiempo. El poder es peligroso porque siempre atrae lo peor. Se lo dice Ragnar, ahora rey, a su hijo Bjorn. Pero bien le podría valer a Lagertha, convertida en conde Ingstad. A ella van dirigidas las oscuras palabas del vidente, que indican un final trágico para este personaje al que habría que hacer un spin-off. O levantar un altar.

Sea como sea lo bueno de las profecías es que nunca son lo que parecen. Las señales, no obstante, nos hacen prever lo peor. Por lo pronto -aunque sospecho que tendremos que esperar hasta el final de temporada para despejar nuestras dudas-, Kalf, el hombre de confianza que ha dejado al mando en Hedeby (Escandinavia), ha empezado a conspirar con Einar, el sobrino de su difunto marido, para arrebatarle a ella su título. Porque el poder, además, corrompe también lo mejor que conocemos.

Mientras tanto en Kattegat

Por su parte, ya lo he dicho, en Kattegat todos esperan impacientes al final del invierno, o más bien de la nieve, para poder zarpar hacia Wessex y ocupar las tierras que el rey Ecbert les había prometido en la segunda temporada. Especialmente Torstein, que deja en tierra a dos mujeres muy enfadadas con él. Pero también Porunn, muy a pesar de Bjorn, Rollo, el único personaje al que hemos visto desdibujarse un poco y del que echamos de menos algo más de protagonismo, y el mismísimo Floki. El más imprevisible e impulsivo de los vikingos no puede con tanta felicidad y se ha empachado de su vida familiar y estable con Helga, que comprende, para su mayor irritación, su creciente necesidad por el caos. Floki es feliz y tiene la impresión de que el amor, ese mal mayor que adolecen hasta los sabios, ha estropeado de alguna manera la diversión.

Todo lo contrario que Ragnar con Auslag. La princesa siempre fue más un medio que un fin para él, que no se atreve aún a acercarse a su hijo, Ivar sin Huesos, que, como recordamos nació con alguna enfermedad o carencia. No obstante, entre lo mucho que se le puede reprochar al rey vikingo, no lo es precisamente su falta de devoción por cada uno de sus hijos, con quienes con frecuencia ha protagonizado sus escenas más humanas y emotivas. Ninguna otra vez lo hemos visto tan conmovido como con la muerte de la pequeña Gyda, o tan tocado, como con la decisión de Bjorn de irse con su madre en la segunda temporada. También ahora, mira en la distancia al pequeño de los Lothbrok, consciente de que algo no funciona del todo bien en él, impotente, con miedo a acercarse y dañarlo del todo.

Un apunte sobre el rey Ragnar Lothbrok

Y es que es Ragnar uno de esos tipos de los que siempre se sabe más por lo que hacen que por lo que dicen. Lo que gusta de su personaje es esa tranquilidad absoluta ante todo lo que está por venir que, más que un exceso de confianza, es su capacidad por aceptar los acontecimientos y tomárselo todo con humor. Tampoco se le cambia la expresión al afirmar que en realidad, nunca se trató de su felicidad. Es probable que para él todo se deba más a una cuestión del destino, Odín de por medio, que de poder.

Con todo, no sé si serán cosas mías, pero parece ligeramente cambiado, algo más reflexivo y pausado, probablemente más maduro. Y lo cierto es que más allá de las escenas que comparte con Athelstan, en esa relación de extraña lealtad y cariño que suele dejarnos los mejores diálogos de la serie - no en vano se ha declarado su Juan Bautista dispuesto a seguirle a todas partes-, a Ragnar le ha dado por impartir sabiduría a los demás en este episodio. Primero con su primogénito y más tarde con la princesa Kwentrith, a la que recuerda que lo que ella llama magia, es para él un mero engaño.

Rumbo a Wessex y Mercia

Porque curiosamente los vikingos siempre salen ganando, la serie también, cuando se mezclan con las culturas y tradiciones de los cristianos y se ponen en evidencia los unos a los otros, destacando lo mejor y lo peor de ambos bandos. Por el momento, nuestros hombres acaban de llegar a otro acuerdo con el rey Ecbert. Por un lado, Athelstan y Lagertha parten hacia las tierras prometidas, acompañados por el propio rey de Wessex que, parece, se ha encaprichado de nuestra heroína. No obstante, es Ecbert un personaje ciertamente oscuro que hace que nada de lo que haga resulte fuera de sospecha. Ni si quiera una atracción más que justificada. De ahí que no resulte tan descabellado cuestionar sus verdaderas intenciones de ganarse el favor de la que fuera mujer de Ragnar. Solo una cosa echa por tierra esta teoría. Parece un exceso pensar que a Lagertha la puedan engañar en un mismo capítulos dos hombres distintos.

En cualquier caso, mientras tanto, el resto de los vikingos han vuelto a zarpar, en esta ocasión hacia Mercia, para luchar por la corona de la princesa Kwentrith que ha sido usurpada por su tío Brithwulf y por su hermano Burgred. Ambos esperan a cada lado de la orilla, lo que les da una oportunidad bastante previsible a Ragnar y sus hombres de atacar solo al primero de ellos, mientras el sobrino se limita a ser testigo, en una de esas batallas que tanto gustan en 'Vikings' y que acaba, como no podía ser de otra forma, con la vida de su tío, ante la mirada, en parte arrepentida, de la propia Kwentrith.

Próximamente en 'Vikings'

Y con la batalla llega el capítulo, titulado con razón 'Mercenarios', a su punto final. Es este en general un buen inicio para una temporada de la que se prevén nuevas conquistas, suena el nombre de París, y dudo que algo de calma. De momento la maquinaria ha empezado a rodar. Y solo queda lo propio: disfrutar del viaje. Que leven anclas.

Os dejo con la promo de su segundo episodio:

'Vikings' 3x01 Review: Una profecía empaña el regreso de los saqueadores 360

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