‘Vino el amor’ Review: ¿Un Falcon Crest a la mexicana en Nova?

‘Vino el amor’ Review: ¿Un Falcon Crest a la mexicana en Nova?

Por Betty M. Martínez

Debería haber escrito estas líneas hace un par de semanas, pero me ha costado bastante sentarme a ver ‘Vino el amor’. La llegada de ‘Silvana sin lana’ me hizo pensar que Nova daría descanso a Televisa para emitir alguna producción de Telemundo, pero me equivoqué. Además, como ya he dicho más de una vez, el recurso a la palabra “amor” me resulta ya demasiado cansino.

Sin embargo, mi experiencia telenovelera me ha enseñado que nunca se debe prejuzgar porque a veces te llevas alguna sorpresa bastante inesperada. ¿Me ha pasado eso con ‘Vino el amor’? ¿La verdad? No lo tengo claro, pero ya he visto bastantes más capítulos de los que esperaba así que hay algunos detalles bastante positivos.

¡¡CUIDADO SPOILERS!!

El escenario más romántico

No he podido comprobar si aparece en los títulos de crédito, pero, desde luego, el viñedo donde se localiza la telenovela es un personaje más de la historia. No es solo el lugar donde viven, comen, discuten, se enamoran, se pelean, etc. Es el eje sobre el que todo gira. Todos quieren tomar decisiones sobre él, para bien o para mal. Unos lo quieren casi hasta la adoración y otros lo aborrecen hasta el punto de hacer todo lo posible por librarse de él. Eso sí, previo pago de su importe, aunque sea bajo mano. Y no olvidemos a quienes pretenden utilizarlo para conseguir sus objetivos personales.

Además, el viñedo también nos trae una subtrama que, de tratarla bien, puede ser muy interesante: la de los inmigrantes indocumentados. Los primeros pasos estuvieron bien contados con la deportación de Luciana y su padre, pero después el mundo se volvió de color de rosa y todos los trabajadores consiguieron regularizar su situación, gracias a la persistencia de David, porque si de Juan dependiese los papeles seguirían acumulando polvo en su mesa.

¿Qué pasará ahora con la llegada de Luciana? Tiene ya los suficientes enemigos como para temernos lo peor y además el policía cómplice de Lilian sigue rondando por el viñedo. Precisamente el personaje de Juan Vidal está bastante desaprovechado por ahora. Podría dar mucho más de sí que sus idas y venidas con Lilian o Marta. ¿Por qué esa negación de sus orígenes mexicanos? ¿De dónde viene su amistad con Lilian?

Un veterano y una recién llegada

En cuanto a la pareja protagonista, comencemos por Gabriel Soto. No es de mis galanes favoritos, pero reconozco que últimamente ha mejorado muchísimo y ya no me provoca tanto aburrimiento. Aun así, sigo pensando que le falta algo. Es como si estuviese al 90% de su capacidad y no fuese capaz de conseguir el 100%. Y, encima, lo que lo hacía más interesante ha durado un suspiro.

Al principio David recordaba demasiado al Max de ‘Yo no creo en los hombres’. Era absolutamente perfecto. Un exitoso empresario, un jefe generoso, un marido enamorado, un padre cariñoso. Vamos, el príncipe azul perfecto, pero tanta perfección resultaba algo empalagosa así que su caída en la depresión nos regaló un personaje mucho más interesante. Y, además, también daba a Gabriel Soto la oportunidad de demostrar que es capaz de abordar otros registros. Yo reconozco que me emocionó su interpretación tras la muerte de Elisa. Sin embargo, la luz acabó demasiado pronto con esas sombras y el hombre atormentado por el dolor está dando paso, de nuevo, al galán de libro.

Y esa luz se llama Luciana. Lo primero que tengo que decir, antes de que se me olvide, es que Irina Baeva me está sorprendiendo muy positivamente con su primer protagónico. El papel la ayuda porque Luciana es una mujer fuerte, temperamental, que siempre luce más que las protagonistas ñoñas, pero, además, Irina Baeva le da una naturalidad que se agradece.

En cuanto al feeling de la pareja, aún estamos dando los primeros pasos. Esas dudas y vacilaciones de uno y otra son buenas ya que hacen que la historia sea más creíble. Sin embargo, aún no está claro el nivel de química entre los protagonistas. En fin, démosles tiempo, que aún se están conociendo.

Los villanos acaparan la atención

He de reconocer que los villanos de esta historia me tienen cautivada. Son muchos y cada cual mejor. La primera de la lista: Azela Robinson. La aborrecimos hasta límites insospechados en ‘Yo no creo en los hombres’, pero aquí tampoco se anda con contemplaciones. Eso sí, se agradece la diferencia entre los dos personajes. Josefa actuaba por odio y ansias de venganza. Lilian quiere dinero y punto. Perdón, y jorobar a Marta, pero de eso hablo más abajo.

Y Lilian nos lleva a una de las grandes sorpresas. Christian de la Campa, el recordado Samuel de ‘Tierra de Reyes’, candidato a galán de cuanta telenovela se produjo después, se pasa al lado oscuro. Por mucho que vaya de gran amigo del protagonista, es villano con todas las letras. Primero, por sus sucios manejos con las cuentas del viñedo. Segundo, por su relación con Perla. Tercero, por su actitud con Susan y Luciana.

Y Christian de la Campa nos lleva a otro personaje inesperado. Kimberly dos Ramos, la pequeña de las Del Junco en ‘Tierra de Reyes’ es ahora quien hace todo lo posible por quedarse con el galán protagonista a costa de amargarle la vida a Luciana. Esto aún no lo hemos visto, pero creo que no me equivoco si avanzo que esta va a ser su estrategia.

Al margen de los personajes de Juan y Graciela, creo que estos dos actores han tomado una gran decisión. Estaban en un punto en el que podían encasillarse como galán y heroína, pero su elección de interpretar a villanos dice mucho sobre ellos. No tienen miedo a arriesgarse y eso siempre es de aplaudir. Y, encima, esta vez les ha salido bien.

¿Qué le ha pasado a Cynthia Klitbo?

Pero las sorpresas no se acaban aquí. Cuando vi a Cynthia Klitbo en los títulos de crédito hice eso ya he dicho que no se debe hacer. Prejuzgué. Si salen ella y Azela Robinson en la misma historia, es que van a ser aliadas en fastidiar a alguien o se van a sacar los ojos entre ellas. Pues bien, por lo visto hasta ahora, me equivoqué por duplicado.

Primero, no es la villana y eso siempre es noticia. Ya había intentado alejarse de los papeles antagónicos, pero aún resulta extraño verla como abnegada madre y sumisa empleada. Eso sí, deja claro, una vez más, su valía como actriz.

Segundo, asumiendo que no es la villana, me cuesta reconocerla en esa especie de estoicidad zen. Una cosa es que Marta sea buena persona y otra muy distinta es que se deje avasallar por Lilian. Por favor, que se dé esa escena que todos estamos esperando. Ese momento en el que Cynthia Klitbo saque las uñas y le diga un par de cosas bien dichas a Azela Robinson. Tengo que confesarlo. La guerra entre estos dos personajes me parece muchísimo más interesante que el romance de los protagonistas. Aquí sí hay historia porque hay un pasado que no acabamos de ver claro (¿de verdad estuvo Marta con el marido de Lilian?), porque ya nos hemos llevado alguna sorpresa (¿Marta sale con el policía para dar celos a Lilian o de verdad le interesa?), porque solo acabamos de empezar y ya podría escribir una review completa solo con sus secuencias juntas.

Sin embargo, Cynthia Klitbo aún nos puede dar mucho más y Marta tiene los suficientes frentes abiertos como para permitirle lucirse. Lilian es un dolor de cabeza, pero la jaqueca puede agravarse si tiene que escoger entre sus hijos y los de David. Llegará un momento en que la situación en el viñedo sea insostenible porque Luciana y David tendrán todos los problemas del mundo en su relación, ¿qué hará entonces Marta?

¿Demasiados secundarios?

Pero en ‘Vino el amor’ aún hay más personajes y por momentos creo que incluso pueden ser demasiados. Evidentemente tenemos al tercero en discordia. Miguel, el gran amigo de Luciana, que suspira por ella desde que era un niño y que ya es consciente de que tiene un gran rival en el patrón.

Y a partir de ahí ya empiezo a liarme. Está Carito, que quiere a Miguel, pero él la ignora. Sin embargo, León, el hermano de Luciana, hace todo lo que puede por conquistarla. También está Tano, a quien le gusta Susan, la enóloga, a la que también pretende el mejor amigo de David. Y encima, a Fernanda, la hija de David, le gusta Tano. Por otro lado, tenemos a Perla, amiga de Carito y, por tanto, enemiga de Luciana, que es la amante de Juan. ¿Ha resultado confuso mi resumen? Sí, lo sé, pero es que las subtramas son un auténtico lío. ¿De verdad era necesario abrir tantos frentes? Yo ya casi he desistido de entenderlos todos.

El hecho de que ‘Vino el amor’ se desarrolle en un viñedo hizo que me acordara de ‘Falcon Crest’, aunque, para ser sincera, solo recuerdo dos cosas. Ángela Chaning y que era mala. ¿Pasará lo mismo en ‘Vino el amor’?. Los protagonistas cumplen con corrección, no hay nada que reprocharles, pero van a tener que espabilar porque los villanos les están robando las mejores secuencias.

Sobre este blog

Etiquetas
stats