Cinco motivos para creer en ‘Yo no creo en los hombres’, lo nuevo de Nova

Por Betty M. Martínez

Después de semanas de promoción, por fin ha llegado a España ‘Yo no creo en los hombres’, una de las telenovelas que más ha dado que hablar en los últimos tiempos. Visto el arranque, podemos avanzar varias razones por las que es posible que acabemos creyendo en esta propuesta de Televisa.

¡¡CUIDADO SPOILERS!!

Un título atípico

Lo primero que sorprende de esta telenovela es el título. Por una vez, y esperemos que sirva de precedente, no aparecen las palabras amor, romance, corazón, pasión, cariño y demás aspectos almibarados.

Aparentemente se trata de una declaración de intenciones que nos indica a los espectadores que no debemos esperar a una protagonista convencional que suspira enamorada desde el primer al último capítulo por el galán de turno. Digo aparentemente porque, por lo visto hasta ahora, nuestra heroína está resultando bastante convencional, pero, también es verdad, que ya podemos intuir de dónde le va a venir ese presunto rencor hacia el género masculino.

Así pues, espero y deseo que el título no se quede en una mera estrategia de marketing y que podamos disfrutar de una telenovela donde sea la heroína la que marque los tiempos de sus sentimientos y que no se limite a suspirar por el galán.

Una pareja con posibilidades

Sigamos con la pareja protagonista. Comencemos por la heroína. Televisa ha decidido apostar por Adriana Louvier, quien asume así su primer rol protagónico. No se trata, ni mucho menos, de una recién llegada al medio, por lo que se le presuponen las tablas suficientes para defender el personaje.

Yo reconozco que la he visto poco (apenas algunas secuencias en ‘Emperatriz’), pero la verdad es que ese poco me ha gustado, así que, aunque sea por curiosidad, voy a seguir sus aventuras y desventuras como María Dolores.

En cuanto al galán, he de confesar que desde hace años arrastro un problema con Gabriel Soto. Ya en los tiempos de Kairo pensaba que era un poco como el pan sin sal. Muy apetecible, pero insípido.

Cuando cambió la música por la interpretación, el condimento propio de cada personaje hizo evolucionar mis impresiones hasta los extremos. O me aburre soberanamente o me conquista sin remedio. O apago la televisión en el primer capítulo o los veo todos de principio a fin. Esta vez aún no me atrevo a prometer que veré la telenovela entera, pero ya tengo ganas de ver el siguiente capítulo, así que vamos bien.

Además, a pesar de lo poco que se ha visto todavía, Gabriel Soto ya me ha sorprendido positivamente. Lo he visto muy natural, bastante cómodo, en su personaje mientras que a Adriana Louvier aún se le nota que le está tomandola medida a María Dolores. Confiemos en que esas primeras impresiones se confirmen en los próximos capítulos.

En cuanto a cómo funcionan como pareja, por ahora es difícil avanzar algo. Apenas se han mirado y han cruzado un par de palabras. Eso sí, Max ya ha quedado prendado de la humilde costurera desde la primera mirada, mientras que ella apenas se ha inmutado. Parece que Max va a tener que esforzarse para conquistar a María Dolores.

¿Estaremos ante una telenovela donde sea el galán el que sufra las dudas de la heroína? Si es así, puede resultar muy interesante.

Unos villanos odiados desde el primer día

Si los protagonistas son importantes, los villanos son fundamentales para darle emoción a la historia. Por ahora, ya tenemos a dos perfectamente identificados.

Por un lado, está Daniel, interpretado por Flavio Medina, un actor que parece condenado a ser el tercero en discordia. Yo guardo un buen recuerdo de su interpretación como villano en ‘Amor bravío’ y aquí parece que va a seguir la misma línea de hacerle la vida imposible a la heroína.

Por ahora ya sabemos que está engañando a María Dolores haciéndole creer que es un empleado, cuando en realidad es el señorito de la casa, pero aún no está claro si está jugando con ella o la quiere de verdad. Yo me atrevería a decir que se trata de un capricho, vista su disposición a cumplir los deseos de su madre y seducir a la millonaria Ivana.

Por otro lado, está Josefa, quien desde el primer momento que apareció en pantalla llevaba el cartel de villana colgado en la espalda.

Alguien que mira con esa intensidad, solo puede ser la mala de la historia. Y se ha ganado el título a pulso desde este primer capítulo. Escena en la que ha estado, escena en la que ha derramado veneno. Azela Robinson es toda una experta en interpretar villanas y parece que va a volver a demostrar su talento en esta ocasión.

Otra posible villana es Maleny. Es la novia de Max, la hermana de Daniel y la amante de un vecino de María Dolores. Además de todo esto, tiene toda la pinta de ser una niña bien, millonaria, malcriada, mimada y caprichosa, así que tiene todas las papeletas para ser incluida en el club de los villanos.

Tengo más dudas con Isela. Por ahora es la mejor amiga de María Dolores, lo que la descartaría como villana, pero la influencia de Josefa, su “madre”, podría ser muy negativa. Habrá que estar pendiente de su evolución porque puede ser un personaje clave.

Un inicio potente

Si una telenovela consigue captar la atención del espectador en el primer capítulo, tiene el trabajo medio hecho. Si ya aburre con las primeras secuencias, mala señal. En este caso yo personalmente no he tenido tiempo de aburrirme. Han pasado tantas cosas y tan intensas, que cuando acabó solo pude pensar que si todo esto pasa el primer día, ¿qué nos depararán los restantes 120 capítulos?

Recapitulemos. En este primer episodio a la protagonista intentan violarla, la despiden, matan a su padre y su novio ‘desaparece’ cuando más lo necesita. Se llama María Dolores y la verdad es que el nombre es más que acertado.

No sé cómo Adriana Louvier no se deshidrató de tanto como lloró este primer día. Y después de curiosear un poco sobre lo que viene, me parece que va a seguir derramando muchas lágrimas.

Muchas preguntas en el aire

Ha sido uno de los arranques más intensos que recuerdo, no solo por la cantidad de cosas que han pasado, sino también por los indicios que nos han avanzado las posibles subtramas.

Por un lado, tenemos las ansias de venganza de Josefa contra la familia Bustamante. Intuimos que tiene algo que ver con la muerte de su hija mayor y parece que Isela será la mano ejecutora, pero aún tenemos que saber por qué quieren vengarse de Max y su familia y cómo pretende ejecutar esa venganza. Y por cierto, Josefa parece odiar a María Dolores ¿Por qué? ¿De dónde viene tanto rencor?

Otra subtrama que puede dar mucho juego es la del hermano de Max. Por ahora sabemos que Leonardo está en clase, pero no en la escuela que debería. Y, además, intuimos que tiene algún tipo de relación con Clara, la hermana de María Dolores.

Entonces ¿Se enamorarán los dos hermanos de las dos hermanas? ¿Qué hace un niño rico en la misma clase que la hermana de una humilde costurera? ¿Estaremos ante una situación similar a la de Jorge (Mauricio Henao) en ‘La impostora’?

Tampoco podemos perder de vista al personaje de Ivana, una exitosa empresaria que no consigue ser feliz porque todo el mundo le recuerda que su look no tiene nada que ver con el de su estilosa y elegante madre. Su relación con Daniel la va a colocar en primer plano, pero también puede resultar muy interesante ver cómo se aborda su pelea con la báscula. ¿Defenderá su derecho a ser como quiere ser o sucumbirá a los dictados de la moda?

En resumen, ‘Yo no creo en los hombres’ ha llegado pisando fuerte. Si mantienen este ritmo de emoción e intensidad y los protagonistas consiguen dotar de magia a su romance, es muy probable que acabemos creyendo en esta nueva propuesta de Nova.

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