¿Qué fue de la singular y entrañable familia de 'A dos metros bajo tierra'?

Por Paola Rojas Roiz

¡Cuidado Spoilers…el que avisa no es traidor!

El final de ‘A Dos Metros Bajo Tierra’ no podría ser de otra manera sino que enseñaros eso que tanto querían transmitirnos desde el principio: que la vida tiene un final, tarde o temprano te topas con la muerte. No puedes hacer nada contra ello, de poco te sirve llorar, enfadarte o amargarte por ello. Simplemente es el curso natural de las cosas. Y ahí estás tú, nostálgico perdido con el episodio final de esta grandiosa serie, viendo cómo va muriendo cada personaje que te ha acompañado durante 5 temporadas enteras. Vas observando como el paso del tiempo por sus vidas les ha hecho mella y que son como el resto de mortales y, que tarde o temprano, parten de la vida terrenal. A cada uno, y en cada circunstancia, les llega su muerte.

Pocas series como esta hacen que te plantees una profunda reflexión sobre la vida, sobre esas pequeñas cosas que forman parte de tu día a día y que, el día que las pierdes, tu mundo entero se desmorona. La vida hay que vivirla como mejor podamos, pues como le dijo Nate a Brenda: “no hay más que un vida, no hay Dios, ni reglas ni juicios más los que tu aceptes o crees para ti misma”.

¿A dónde han ido a parar?

Muchos de los personajes siguieron con sus carreras pero pocos consiguieron volver a la fama de una manera tan potente como Michael C. Hall (David Fisher), con su papel protagonista en Dexter. Ya vemos que su relación los cadáveres venía de antes…ejem ejem… Este actor es el reflejo de la idea de ser polifacético. Si en A Dos Metros Bajo Tierra vemos a un hombre sentimental, inseguro, lleno de sentimientos contradictorios y reacciones extremas…en Dexter nos topamos con un hombre totalmente diferente: carente de cualquier reacción en su rostro, sin empatía y seco. Y aunque sabemos el porqué, NOS CREEMOS SU EXCELENTE ACTUACIÓN, porque el conseguir que no le veamos como David Fisher, sino como Dexter, el macabro psicópata, es un verdadero logro, fruto de su gran labor como actor. Lo que queda claro es que ya sea David o Dexter…amamos a este actor.

Si bien Peter Krause, quien fue el protagonista de 'A Dos Metros Bajo Tierra', participó en muchas otras series como en 'Parenthood', donde tiene un papel principal, su personaje como Nate Fisher es el que le define y el que más aclamo le produjo en su momento. Nate nos hizo soñar con un mundo que podría ser mejor. Entusiasta, amable, cariñoso y carismático, su muerte a pocos capítulos de terminar la serie produjo un fuerte shock. Sus ganas por vivir y hacer feliz a los que lo rodeaban hizo que, a pesar de sus neuras y determinados comportamientos, todos lo quisiéramos como amigo, marido, novio, hermano, primo…

Y como no hablar de Ruth Fisher (Frances Conroy), esa madre tan rara pero adorable en sí. Esas ganas de querer controlarlo todo, cuidar y mimar a sus hijos a pesar de que los mayores se acercaban a los 40 años. Esa madre tipo años 50, ama de casa y limitada para poder soñar y vivir su vida. Pero vemos como esa rígida Ruth poco a poco se suelta la melena y se permite amar, vivir aventuras y mandar todo al carajo para permitirse un poco de felicidad. A parte de su papel en 'A Dos Metros Bajo Tierra', muchos la recordarán por su reciente aparición en las primeras tres temporadas de 'American Horror Story'. Desde encarnar a la mismísima muerte, pasando por ser una sirvienta muerta, hasta llegar a ser una cándida bruja que vela por el cuidado de sus estudiantes….Esta mujer no tiene límites y lo que está claro es que papel que interpreta, papel que se te queda grabado en la mente. Tiene ese algo que la distingue.

Otra Fisher, aunque no de nacimiento sino por casamiento, es Brenda Chenowith (Rachel Griffiths) y Fisher tras su boda con Nate. Su personalidad bipolar, manipuladora y excéntrica nos dejó grandes momentos en la serie. Es de esos personajes que no tiene término medio: o te cae bien o no la soportas. Tras su paso por 'A Dos Metros Bajo Tierra', la vimos encarnando un papel bien distinto en otra serie, 'Cinco Hermanos' ('Brothers&Sisters'). Da vida a Sara, una mujer de familia, buena, amorosa, responsable y equilibrada. Una mujer que dista mucho de esa alocada y frenética Brenda que nos trajo tantos quebraderos de cabeza.

Mientras que la pequeña de la familia Claire Fisher (Lauren Ambrose) nos empapaba con su amor por el arte, nos hacia odiarla en ocasiones por su actitud inmadura y caprichosa. Esta actriz no ha tenido mucha actividad después desde su papel en la serie, cosa rara porque sus actuaciones eran muy buenas y prometía bastante. Si algo define a Claire son su pesimista visión del mundo, el cinismo y la mala suerte en el amor. La felicidad se le resiste y no pierde ni un momento para recordarlo y gritarle al mundo lo mucho que la odia. Es diferente y lo sabe, su distinta manera de ver el mundo la hacen poco social y encontrará sus verdaderas amistades, aunque curiosas y extravagantes, cuando va a la escuela de artes. A pesar de que siempre nos muestra siempre su cara más pesimista y arisca, todos sabemos que debajo se esconde una joven que lo que busca es amor y apoyo incondicional sea cual sea su decisión a tomar en esta complicada vida.

Aunque no es un Fisher el sentido estricto de la palabra, Federico Díaz (Freddy Rodríguez) es uno más de la familia. Es un embalsamador estrella y un artista en la reconstrucción de cadáveres, por ello la familia Fisher no lo deja escapar y tantos años de convivencia hacen que acaben siendo más que compañeros de trabajo. A este actor no se le atribuye otro papel tan relevante como el que tuvo en esta serie. Igual en un futuro lo volvemos a ver en la pantalla, y es que Rico nos demostró lo que es la lealtad y el cariño por las personas que le rodean.

Por último se encuentra Keith (Mathew St. Patrick), el que acaba siendo también un Fisher tras su unión con David. Su relación amorosa, llena tanto de tormentos como de episodios llenos de amor, es una constante en la serie. Ni ellos mismos daban un duro por su relación pero al final tienen su final feliz. El carácter violento y seco de Keith era su peor parte, pero también contaba con varias virtudes como la lealtad, la compasión y el defender a sus seres queridos ante cualquier cosa que se le pusiera delante. Después de 'A Dos Metros Bajo Tierra' ha aparecido poco en la vida pública.

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