Y el Goya es para... Los díez mejores momentos de los premios del cine español en TV

Esta noche es la gran noche del cine español. La vigésimo sexta para ser más exactos. En estas fechas tan señaladas, que diría Don Juan Carlos, actores, actrices, directores, y demás personajes de la farándula visten sus mejores modelos en una velada en la que celebran los esfuerzos más destacados del año.

Este año, la industria española ha contado con una cosecha de lo más variada: desde el violento y áspero film de Urbizu No habrá paz para los malvados, a la arriesgada aproximación al horror y suspense de Almodóvar con La piel que habito, sin olvidar la ciencia ficción (Eva), el drama histórico (La voz dormida) y hasta un género tan anglosajón (bueno, Leone y Corbucci no dirían lo mismo) como Blackthorn. Eva Hache será la encargada de dar paso a los premiados y repartir chanzas a diestro y siniestro, sucediendo en el puesto a otros como Andreu Buenafuente, José Corbacho, Rosa María Sardá, Carmen Machi, Antonio Resines o... ¡Hasta Montserrat Caballé!

Desde este Top Ten no vamos a pronosticar cuántos grandes momentos, cuántos gazapos para el recuerdo y cuántos emotivos reconocimientos en la emisión de esta noche de entrega de galardones. Tampoco vamos a aventurarnos a montar nuestra quiniela de ganadores (para eso, ya tenemos a Elsa Aguado y Lorenzo Ayuso, que dan voz a la porra de Vertele). Nuestro objetivo, a unas horas de que se despliegue la alfombra roja verde, es la de recordar algunos de los instantes más destacados de ceremonias anteriores, prestando especial atención a aquellos protagonizados por rostros televisivos. Gags, subidas al escenario, situaciones improvistas,... Aquí recogeremos algunas de ellas (¡Ojo! Solamente algunas) para vuestro disfrute y el nuestro.

Sin más dilación, empezamos:

1. Goya 2010: las películas de Buenafuente

Comenzamos nuestro repaso con Buenafuente. El showman, que ultima su regreso a las pantallas en Antena 3, ha antecedido a la presentadora de El club de la comedia como conductor de la ceremonia, tarea de la que se encargó en 2011 y en la anterior en 2010. Fue precisamente esa la que mejor recuerdo dejó en el público, entre otras razones, por el desopilante sketch inicial: una disparatada película que narra su complicada llegada al escenario de los Goya, y en la que le acompañan rostros tan cinematográficos (y televisivos) como Antonio Resines, Fernando Tejero, Olivia Molina, Manuela Velasco y Lola Dueñas (próximas incorporaciones a Aída), Eloy Azorín...

Su monólogo posterior redondeó su inmejorable inicio de la gala, y sirve para empezar de la mejor manera posible este listado.

2. “¡No a la guerra!”: los Goya más reinvidicativos

Pasamos de una de las más divertidas galas recientes a la que es, sin género de dudas, la más reivindicativa. La ceremonia de entrega de 2003, conocida popularmente como la del “No a la guerra”. Alberto Sanjuán y Willy Toledo, cabezas visibles (que no únicas) de la compañía teatral Animalario levantaron ampollas entre la clase política: con estos cómicos a la cabeza, la industria española se erigía como estandarte popular contra la guerra de Iraq y la participación española en la contienda. Javier Gutiérrez, Javivi.

3. La hora de 'la Muchachada': los “cuatro fantásticos” del humor

En 2009, la tropa de Muchachada Nui -o lo que es lo mismo, Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla, Julián López, Raúl Cimas o Carlos Areces- hizo acto de presencia en los Goya, con el objetivo de impregnar con su humor absurdo y surrealista una gala que tenía visos de resultar demasiado seria y monótona. Sus (contadas) apariciones cayeron como agua de mayo en el público, que pudo disfrutar de momentos tan descacharrantes como los que acompañan a este texto. En el primer vídeo, Reyes da la nota al salir disfrazado del mismísimo Reed Richards, líder de los Cuatro Fantásticos. La segunda pieza es uno de los sketches que los artífices de Museo Coconut (y pronto de Retorno a Lílifor) prepararon sobre la triste vida de un director maldito con tendencia a hablar en “inglés inventado”.

4. Carmen Machi y José Corbacho: besos para todos

En 2003, el bueno de Adrien Brody consiguió con El pianista el premio más ansiado de la historia del cine: un apasionado beso con Halle Berry (ah, sí, también se llevó el eunuco dorado). En España, fueron Carmen Machi y José Corbacho quienes decidieron imitar al intérprete de perfil aguileño y poner en práctica la lengua (con perdón) y hacer arrumacos a algunos de los rostros más deseados de nuestro país: Hugo Silva, Alejo Sauras, José Coronado, Elsa Pataky o Santi Millán no pudieron resistirse a los encantos de estos 'besucones' reincidentes.

5. Pocoyó y Manuela Velasco: la encantadora pareja

De cara a la gala de 2010, la Academia, con Álex de la Iglesia a la cabeza, decidió pulsar la opinión de los internautas y espectadores y darles la oportunidad de elegir a uno de los presentadores de la ceremonia. Entre Carmenes de Mairena, Batmans y demás personajes estrambóticos, la red se unió para hacer que el simpar personaje infantil Pocoyó cambiara el pijama por el esmoquin y entregara un Goya. Al final, decidió vestir informal, pero allí estuvo, compitiendo con por el protagonismo con Buenafuente. Pocoyó presentó a los nominados a Mejor Película de Animación, y para entregar el trofeo, contó con la inestimable ayuda de otra tan encantadora como él (esta de carne y hueso), Manuela Velasco. Planet 51 se llevó el gato al agua.

6. Jimmy Jump, 'tocando los Goyas' al personal

Cada año, anécdotas trufan la entrega de premios, aunque siempre dentro de un orden y una normalidad. El año pasado, en plena lectura de los nombres candidatos a Mejor Actor, subió al escenario que por no estar, no estaba ni invitado. Jimmy Jump, ese señor que tiene como profesión la de “irrumpir espontáneamente en grandes eventos” (no sé a él, pero le digo a mi madre que me dedico a eso y más que un Goya, me propina un guantazo a mano abierta), decidió 'saltar' a la palestra para hacer de las suyas. La cara que se hubiera quedado a Ryan Reynolds ante tan esperpéntico personaje no hubiera diferido mucho de la expresión de angustia que tiene en la foto que utilizaron en la ceremonia.

7. Antonia San Juan: una noche para olvidar

Antonia San Juan ha demostrado en más de una ocasión que tablas tiene de sobra como para atraer al público. No hay más que ver cómo los fans de Estela Reynolds se mantienen en vilo, esperando a que su deseado regreso a La que se avecina se consume. Sin embargo, todos tenemos malas noches. En el caso de la actriz canaria, esta se produjo, lamentablemente, en plena retransmisión de los primeros Goya del nuevo milenio. Con el boom de Todo sobre mi madre, la recién descubierta San Juan fue elegida para la difícil tarea de llevar la gala sobre sus hombros. Y... Bueno, las cosas no salieron como ninguno hubiera deseado.

El cabreo de la intérprete se hizo patente cuando se quedó compuesta y sin Goya a la Mejor Actriz Revelación (que fue a parar a Ana Fernández, por Solas): desganada y malhumorada, la ceremonia transcurrió con más pena que gloria. Si a eso le sumamos los graves fallos en la retransmisión, el resultado fue una noche deslucida. Poco después, Rosa Vergés, directora de la ceremonia, no tardó en bramar en arameo contra San Juan y lamentó haber pensado “que una persona candidata a un premio puede tener las tablas suficientes para presentar la gala”, según recogió El País. Mal rollito.

8. Pablo Carbonell y Concha Velasco: presentadores cantarines

Este momento no es quizás de los más destacados, pero incluye a una de las parejas más extravagantes que han presentado los Goya. Pablo Carbonell (al que veremos pronto curando a gente en la -agárrense- vigésima temporada de Hospital Central) y Concha Velasco (que ahora lleva la cofia puesta en Gran Hotel) eran uno de las tres parejas, junto a las formadas por Imanol Arias y Loles León y María Barranco y José Coronado, a las que el director Juan Luis Iborra encomendó la ardúa tarea de presentación de una edición musical de los premios, en 2001. Carbonell y Velasco cantaban y bailaban para dar pas a cada nueva categoría para deleite de los espectadores. Aquí una pequeña muestra.

9. El lápsus de Corbacho: ¡Se armó el Belén!

José Corbacho presentó en 2008 y 2009 las respectivas ediciones de los premios del cine español. Tal vez por los nervios por “desvirgarse” en tan crucial papel, el showman de los trajes fosforescentes cometió un pequeño (gran) desliz al llamar a Belén Rueda... Belén Esteban. Aunque afortunadamente y con su habitual humor, consiguió salir del entuerto, nos generó una duda de lo más trascendental: ¿Se imaginan El Orfanato protagonizada por la princesa del pueblo? Seguro que ni un solo huerfanito se hubiera muerto, de tanto pollo que hubieran comido...

10. Pedro Almodóvar: “Volveeeeeeeeer, con la frente marchita...”

No incluir este momento sería como un año sin nominación para Maribel Verdú. Faltaría algo. Y es que esto más que el retorno del hijo pródigo, era El retorno del Jedi: Buenafuente aparece mano a mano con Rosa María Sardá (quizás la más lúcida y brillante maestra de ceremonias de que han gozado los Goya) pronunciaban el nombre, y las puertas del anfiteatro se abrían para dar entrada a -toma fórmula manida- nuestr0 cineasta más internacional, Pedro Almodóvar, el presentador del último premio de la vigésimo cuarta edición de los Premios.

El regreso del Ave Fénix era celebrado con júbilo por los miembros del cine español, que volvían a ver a una de sus figuras más importantes junto a ellos. La hazaña la logró Álex de la Iglesia, cuyas gafas no podían ocultar lo henchido de orgullo que estaba por lo que había conseguido. “Tenéis un presidente muy pesado”, decía el director de La piel que habito, cerrando una reconciliación con la Academia, y cerrando también nuestro goyesco Top Ten.

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