Declaraciones a VERTELE

Así eligió la Academia de Cine a Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes como presentadores de los Goya

Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla en la XXXII Gala de los Premios Goya

Redacción

Como cada año por estas fechas, la ceremonia de entrega de los Premios Goya congrega la atención del público tanto en los días previos como en las semanas posteriores. Los registros de audiencia, los momentos más destacados y también las polémicas y críticas que suscitan discursos, sketches o el evento en su conjunto surten de infinidad de noticias a los medios.

Este año, los elegidos para la ardua labor de conducción fueron Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla. Independientemente de los comentarios que suscitara el resultado, se criticó que se encomendara la tarea a dos hombres en un año tan marcado por la lucha feminista contra el acoso sexual y la brecha salarial de la industria audiovisual. Lo cierto es que la gala en sí misma satirizó con esa misma idea y, días después, los dos cómicos explicaron que hasta tres actrices rechazaron el encargo antes de que se optara por ellos.

La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas reconoce que fue así. En declaraciones a VERTELE, la institución explica cómo fue el proceso de selección y producción de la gala y matiza que “hubo conversaciones pero no negociaciones” tanto con mujeres como también con hombres antes de que los humoristas chanantes asumieran el reto.

Reyes y Sevilla, parte del paquete de producción de Globomedia

La actual presidenta de la Academia, Yvonne Blake (ausente durante la ceremonia mientras se recupera del ictus sufrido a comienzos de enero), ya había expuesto su deseo de que la cita anual del cine español estuviera comandada por una mujer. Y en ello se trabajó, aunque sin descartar también a hombres. La organización hizo su particular “lista de los Reyes Magos” valorando opciones y disponibilidades.

Sin embargo, como recuerdan, la profesión interpretativa es voluble y cuesta cuadrar un calendario con los talents cuando se trata de eventos de esta magnitud: “Estamos en un mundo con agendas complicadas: la gente tiene películas, series, están rodando fuera...”.

Llegados a este punto, conviene recordar que la gala de la trigésimo segunda edición de los Premios del Cine Español fue por primera vez externalizada. En total, se presentaron 18 proyectos a un concurso de ideas para productoras para animar a que creciera el interés; de entre todos ellos salió elegido el de Globomedia. La opción de Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes llegó entonces como parte del paquete que la productora del Grupo Mediapro presentó para la convocatoria de la Academia.

“Era otro tipo de humor y algo diferente a otros años”, comentan para justificar la decisión favorable. Con todo, y como prueba del difícil encaje de bolillos que supone organizar una ceremonia como esta, recuerdan que los compromisos laborales de ambos acarrearon que se aplazara hasta en dos ocasiones la rueda de prensa para presentarlos de forma oficial.

Sobre las reivindicaciones: “Es una gala viva”

En cuanto a la velada en sí misma, afrontan con filosofía las críticas y comentarios: “Es lo de siempre”, declaran y reivindican la importancia que la entrega de estos “cabezones” tienen en la cultura, como refleja la cantidad de artículos y análisis a los que da pie en los días posteriores. “Si no existiera la gala, habría que inventarla, porque da para mucho en los días posteriores”.

Desde la entidad son conscientes de los comentarios que generó que contaran con dos presentadores masculinos en un contexto de reafirmación feminista. “Cuando empezaron las negociaciones, las reivindcaciones estaban ahí pero no estaban tan en el foco”, explican. “Es una gala viva”, agregan sobre el desafío que ha supuesto adaptarse a este momento.

Período de reflexión e informes en la Academia

En cuanto al futuro, como es lógico, aún no hay nada decidido, por más que Ernesto Sevilla mostrara con humor su predisposición a repetir como maestro de ceremonias porque “te regalan dos esmóquines”.

Ahora, la Academia inicia un periodo de reflexión desde todos sus departamentos para ver posibles mejoras para su trigésimo tercera edición. Habrá que esperar algunos meses a que las conversaciones fructifiquen. Un año de cine español da para mucho.

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