Crítica Vertele

'Bake Off': un envoltorio exquisito para una receta con sabor a tróspido

'Bake Off': un emplatado exquisito para una receta con sabor a tróspido

Paula Hergar

Cuatro se ha puesto de gala para recibir a Bake off, su nuevo talent pastelero Bake off que amplía la oferta de producción propia de la cadena junto a la productora Boxfish.

El nuevo espacio, conducido por Jesús Vázquez, ha presentado unos exteriores y decorados de ensueño que ponían la guinda de la edulcorada apuesta.

Mientras que los doce concursantes han aportado el sello “tróspido” con el que Cuatro impregna toda su programación. Un elemento diferencial que le ha distanciado (para bien y para mal) de las fuertes semejanzas con Masterchef.

En cuanto al jurado, formado por Dani Álvarez, Miquel Guarro y Betina Montagne, ha destacado esta última como revelación televisiva.

Un casting entre el drama y la comedia

Esta primera entrega ha servido para presentar a los protagonistas de la edición: los doce concursantes. Entre ellos hay un estudiante, un wedding planner, una responsable de cafetería, una exempresaria, la ama de casa católica, una psicóloga, el enfermero atractivo, el cantante alegre, un cocinero, un comercial y, por supuesto la que no podía faltar en estos tiempos, una influencer.

Es decir, un casting en el que prima el show por encima de los dotes culinarios. Por lo que, siendo conscientes del eficaz y simple objetivo de entretener, la seriedad y el talento pasan a un segundo plano. Conscientes de ello, tampoco han querido prescindir de un primer flirteo entre concursantes, así como de los dramas personales de cada uno, que acababan virando en superación (cómica).

Pero los aspirantes a pasteleros no eran los únicos protagonistas, también lo ha sido un Jesús Vázquez muy presente y los jueces. Entre los que ha destacado Betina Montagne, la jueza revelación que se ha encargado de trivializar, con gracia y conocimiento, las exigentes valoraciones.

Un ritmo trepidante pero falto de contenido

El perfil de los concursantes es atractivo, así como los postres que cocinan y el “envoltorio” en el que trabajan, pero el ritmo del programa es tan vertiginoso que resta interés al contenido.

Porque al “cocinar a fuego tan rápido” se quema el exterior y el interior se queda crudo. Por lo que vemos pasteles de todos los colores, que nos abren el apetito cruelmente, pero no sentimos la pasión por cumplir los retos, la tensión de los fallos, ni algo esencial: la emoción por el desenlace.

Una superficialidad que deja al espectador catando un prometedor postre con sabor a comida rápida.

Un cocinado con gusto a 'Masterchef'

Degustar Bake off ha recordado mucho, mucho a Masterchef. Con sus tres pruebas, su trío de jueces, conceptos como “las cocinas”, el delantal ganador y el anuncio del tiempo, por lo que no ha extrañado a nadie que hasta uno de los concursantes levantara las manos al acabar su cocinado y Jesús Vázquez exclamara: “¡Eso es en Masterchef!”.

Pero mientras el exitoso talent de TVE le da sentido a ganar cada una de sus pruebas, en este formato, nada ocurre por ello. Tampoco muestra una lógica en la exigencia creciente de cada receta. Aunque sí que hay algunos ingredientes novedosos que llaman la atención: como la cata a ciegas y las reflexiones de los jueces sobre las recetas.

Solo falta saber si para la audiencia tiene tanta magia el cocinado del postre, como la sigue teniendo el resto del menú.

Primera favorita y el expulsado de la carpa

La “prueba de autor” consistió en reinterpretar una tarta familiar con una receta propia y cocinando con una masa mínimo, tres texturas y una horneada.

Los dos concursantes que más destacaron fueron David y Jorge y los que menos Rubén, Mónica y Victor por no cumplir las pautas exigidas.

La segunda prueba era la “técnica”, en la que replicaron de la manera más fiel posible una milhojas. A través de una cata a ciegas, los jueces decidieron que la de Sonia era la mejor.

“El reto final” proponía libertad creativa casi total, por lo que cada uno se definió a través de su postre. El jurado, tras probar todos los platos, dio su primer delantar a Steffana, por su “constancia y regularidad”, mientras que Víctor se convirtió en el primer expulsado de la edición.

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