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Blanca Portillo: “He dejado de creerme a los políticos, no me producen confianza”

Laura Pérez

Blanca Portillo vuelve a televisión con Promesas de arena, la nueva ficción de TVE, que debutará apenas un día después de las elecciones del 10 de noviembre. La política se hizo un tema inevitable, más aún sabiendo que tiempo atrás se le ofreció entrar en este pantanoso terreno, tal y como ella misma revelaría. Rechazaría la oferta porque le “echaba para atrás”, una sensación que no ha cambiado a apenas horas de estos nuevos comicios.

La actriz se muestra desilusionada con los políticos: “La sensación que tengo es que han perdido credibilidad. He dejado de creérmelos. No me producen confianza. Se dicen cosas que luego no se hacen, la gente suele hablar mucho y hacer menos de lo que dice”, medita en una conversación con VERTELE. “Eso me produce una cierta decepción”.

El sentimiento contrario se lo despierta la ficción de La 1 en la que asume uno de los roles principales. “Tiene elementos muy interesantes, como ver a personajes que te pueden ser muy reconocibles en un entorno distinto al suyo habitual”, comenta sobre la adaptación de la novela homónima de Laura Garzón. Esta nos transporta a Libia, siguiendo los pasos de Lucía (Andrea Duro), que inicia una nueva vida como cooperante de una ONG y que entrará en contacto con Andy (Daniel Grao) y Hayzam (Francesco Arca). “Ahí se producen historias con emociones al límite porque el entorno es hostil”, explica. “Esa sensación de pasión, de sentimientos apasionados puede ser muy atractiva”, apuesta.

En su caso, ella encarna a Julia, una veterana encargada de los suministros de la organización no gubernamental con una “misión oculta”. Su personaje tiene un punto misterioso que podría equipararla, por ejemplo, a la Carrie Mathison de Homeland. Ella no ve descabellada la comparación sobre el papel: “Lleva una doble vida y en un entorno profundamente hostil tiene una tensión añadida porque tiene que comportarse de diferente manera según con qué personas”, comenta. “Tiene una doble personalidad y esa otra faceta de su vida se convierte en una obsesión donde le hace correr riesgos tremendos”, apunta. Ha sido, en sus palabras, “un trabajo difícil”, que es precisamente lo que busca cuando acepta un proyectos: “Es lo que más me gusta del mundo, hacer algo que me complique la vida”.

La intérprete, que en la actualidad está también en el Teatro María Guerrero de Madrid con Madre coraje y sus hijos de Bertold Brecht (en versión de Ernesto Caballero), se muestra agradecida de estar haciendo papeles como este: “Últimamente me tocan profesionales importantes y con mucha carga. Es maravilloso dar visibilidad a mujeres que hacen cosas increíbles. Yo hago mucho menos de lo que hacen mis personajes, pero es un regalo”.

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