Especial VERTELE

Los 10 mejores capítulos navideños para empacharse en estas fiestas

Surtido de capítulos para empacharse en Nochebuena

Redacción

Llega esa época del año en la que toca mover la hebilla del cinturón y destensarlo un par de agujeros. Esa época en la que las cadenas de televisión cocinan un guiso a base de refritos, actuaciones musicales atemporales, películas eternas y, de cuando en cuando, programación original e interesante. Esa época del año en que, por suerte o por desgracia (según cada cual), hay que rellenar horas en familia de digestión frente al televisor. Esa época del año en que hacer zapping durante el tradicional mensaje del rey en busca de un retardo (con perdón) en la retransmisión como si estuviéramos buscando una brecha en Matrix. Sí, llega la Navidad.

Llega esa época del año en que los medios nos ponemos las botas figuradamente a base de reportajes especiales con lo mejor de los últimos meses. Esa época en la que toca leer por enésima vez lo mucho que esperamos el estreno del final de Juego de Tronos o lo mucho que nos ha gustado Roma. Esa época del año en que hay que rellenar de contenidos nuestros medios que nos permitan pasar unos días ajenos a la actualidad. Sí, llegan las listas.

La redacción de VERTELE también anda ahora ultimando sus planes para la Nochebuena, comprando turrones y maldiciéndose por esa pírrica pedrea ganada. Como cualquier hija o hijo de vecino, caramba. Y como tal, también tendremos que pelearnos por el mando con el tío de turno que insiste en poner el especial de Raphael en la tele (aunque Raphael no tenga especial en la tele, como ocurre este 2018) y defender una elección alternativa de contenidos apropiados para estas fechas.

Selecciones de capítulos navideños hay muchas y muy completas, y de poco interés muchas veces podemos añadir. Sin embargo, dado que en nuestros aposentos tenemos un amplio abanico de sensibilidades y gustos, hemos optado por proponeros una enumeración más calurosa y heterogénea para esta época del año. Una lista que bien pueda contentar por igual a todos los rangos de edad, desde quienes buscan diversión infantil e ingenua a los que no se acaban de fiar de la idea de que un tipo encapuchado se cuele por la chimenea a oscuras mientras dormimos.

Caben todas las modalidades y géneros: animación, comedia, drama, procedimental, terror, thriller... Un portal de belén de la ficción internacional con guirnaldas y nieve artificial con el que esperamos invocar el espíritu navideño de nuestra comunidad lectora. ¡Feliz empacho!

Laura García Higueras: Sí, Mickey, Papá Noel también se afeita (II) (La banda del patio 2x18)

De una serie de animación cuyos protagonistas son un grupo de niños de cuarto de primaria, cabría pensar que el argumento del episodio navideño giraría en torno a su ilusión por la llegada de esta época del año, los paseos por mercadillos con adornos y disfraces o sus nervios las sorpresas que les traerán Papá Noel. En el caso de La Banda del Patio, la premisa sitúa a Mikey, uno de sus míticos personajes, decepcionado porque acaba de descubrir que Santa Claus no existe.

Quien escribe estas líneas recuerda el desasosiego que le generó que el programa que podrían estar viendo cientos de criaturas desconocedores de que son sus padres quienes leen y atienden las peticiones de sus cartas a los Reyes Magos, estuvieran asistiendo a semejante spoiler. Y lo grave no es que lo fuera de la ficción, sino de sus propias vidas. Sin embargo, lejos del drama que auguraba, la producción distribuida por Buena Vista no pretendía acabar con el espíritu navideño. Ni mucho menos.

El grandullón de la banda, que canta con una melodiosa voz Oh, Blanca Navidad en la función del colegio, se pasa el capítulo tratando de demostrar a su pandilla (TJ, Spinelli, Gretchen, Vince y Gus) que Papá Noel sí existe. Todos recordamos el día en que nos dimos de bruces con la menos mágica realidad y abrimos los ojos a que los camellos no vuelan y que cuatro ancianos no pueden pasarse una noche repartiendo presentes por el planeta.

Los creadores de la serie, a pesar de la inicial apariencia, mantuvieron el secreto con un Santa Claus vecino de los protagonistas, de tez oscura, que conoce el dilema de Mikey y que consigue darle la respuesta que tanto ansiaba: sí, Papá Noel existe. “Bailad como el reno que lleváis dentro”, le dice una de las profesoras al grupo de las Ashleys mientras ensayan su coreografía vestidas de reno. Un consejo que a más de uno le puede alegrar su perspectiva de las reuniones familiares que están por llegar.

Pedro Zárate: El hombre del refugio (Bones 1x09)

Una Navidad lejos de la familia no es una Navidad. O al menos no la que uno desearía. Al fin y al cabo, qué mejor época que ésta para compartir mesa y mantel con los tuyos, jugar al bingo y sustituir las diferencias diarias por una buena ración de risas (y langostinos).

Por desgracia, hay veces que estar con la familia no depende de uno mismo. Siempre surgen problemas de última hora como un atasco en la carretera, un vuelo que no sale a tiempo o una amenaza bacteriológica que obliga a cerrar a cal y canto las puertas del Jeffersonian, como les ocurre a Brennan, Booth y compañía en este episodio.

Obligados a estar en cuarentena y sin pasar la Nochebuena con sus seres queridos, nuestros protagonistas descubrirán -y con ellos los espectadores- que el espíritu navideño también puede apoderarse de un lugar tan frío como un laboratorio. Y sobre todo, que el concepto de familia no depende únicamente de los genes, sino también de los sentimientos.

En el caso de la familia de Bones, estos sentimientos se traducen en hacer piña y ayudar a Brennan a resolver un caso que le afecta emocionalmente. Ella, que vio cómo sus padres desaparecieron durante unas navidades, se esfuerza por descubrir qué pasó con un hombre desparecido en Oklahoma hace 50 años. Y no solo lo consigue, sino que además contacta con su novia de aquella época para contarle la ansiada verdad: que él no la abandonó, sino que fue asesinado antes de viajar con ella a París, tal y como le había prometido.

Brennan salda así una cuenta pendiente y la serie lanza un mensaje muy importante en estas fechas: que los mejores regalos no se pueden pagar con dinero.

Laura Pérez: Sin blanca Navidad (Los Simpson 1x01)

La primera serie que se me viene a la cabeza al pensar en un capítulo navideño son Los Simpson. Algo normal si tenemos en cuenta que el episodio Sin blanca Navidad estuvo en replay en el reproductor de vídeo de mi casa durante años, hasta que la cinta VHS en la que estaba grabado pasó a mejor vida. Por aquel entonces no sabía que la familia amarilla iba estar acompañándome durante tantos años, ni tampoco que ese no era un capítulo más.

El episodio del que hablamos no sólo es un especial navideño, es la carta de presentación de una serie mítica. Sin blanca Navidad es el primero de los 649 capítulos que lleva hasta el momento la ficción de Fox, y es que Matt Groening y compañía creyeron que la Nochebuena era el mejor punto de partida para presentar a Homer, Marge y los suyos ante los millones de espectadores que le siguieron aquel 17 de diciembre de 1989.

No falta la función de Navidad del colegio, la carta a Papá Noel –con el siempre deseado Pony, por supuesto-, ni las luces de decoración clásicas en un barrio residencial yankee, pero si por algo hay que recordar este capítulo es por sentar las bases de las tramas que se han desarrollado después durante 30 temporadas: conocemos cómo es cada uno de los integrantes de la familia Simpson, vemos a Flanders y el inicio de la rivalidad con sus vecinos, nos presentan a las hermanas Patty y Selma, entramos en el bar de Moe y nos encariñamos del bonachón Barney. Todo esto mientras Homer lucha por dar a los suyos unas navidades dignas y que termina con el mejor de los regalos: un nuevo miembro para la familia, el Pequeño ayudante de Santa Claus.

José Antonio Luna: El Deseo de Navidad de Sabrina (BoJack Horseman Especial de Navidad)

BoJack es una sátira autoconsciente de las múltiples caras de la industria del espectáculo, pero también funciona desde el otro lado de la pantalla: la serie, protagonizada por un caballo alcohólico con depresión cuyos días de gloria ya pasaron a la historia, es igualmente un espejo fidedigno del rol de los espectadores. Y, por supuesto, también de aquellos aficionados a las series en época de luces y turrones.

“Todos los episodios de Navidad son siempre estúpidos y cínicos intentos recaudatorios que hacen los ambiciosos estudios para arañar audiencia con bazofia sentimental destinada a cerebros de mosquito que prefieren pasar la Navidad viendo en la tele a una familia de mentira”, reprocha BoJack a su peculiar compañero de piso Todd, que le quiere obligar a ver un capítulo navideño de Retozando con todos los ingredientes típicos de la festividad. Es decir, chistes malos, tramas estúpidas y moralejas faltas de sustancia.

Aun así, después de la sobredosis de algodón de azúcar y villancico, y de destacar cada escena bañada de vergüenza ajena, resulta que en el fondo hay algo reconfortante. “Ya sé que es otro día dentro de un año lleno de días que no tienen nada de especial salvo el significado que le damos. Pero, aun así, me alegro de pasarlo contigo”, dice Todd, a lo que BoJack responde pidiéndole ver otro episodio navideño. Probablemente, también para criticarlo.

M. Méndez: Así fue como Lily robó la Navidad (Cómo conocí a vuestra madre 2x11)

Lo cierto es que al relacionar televisión y Navidad, se me vienen primero a la cabeza algunas películas de esas que las cadenas siempre se reservan para estas fechas. Pero al centrarme en las series, mi memoria recurre rápidamente a dos clásicos como Los Simpson (como cuenta mi compañera Laura Pérez) y Cómo conocí a vuestra madre.

En el caso de Los Simpson lo veo normal puesto que sus episodios navideños o de Halloween, por ejemplo, los hemos podido ver repetidos hasta en junio. Sin embargo, en el de Cómo conocí a vuestra madre la razón la encuentro más bien en ver a la “dulce” Lily convertida en una especie de Grinch del siglo XXI, intentando por todos los medios que el grupo no celebre la Navidad llegando a robar todos los adornos.

En ese capítulo, las diferencias entre Marshall y Lily son más evidentes y divertidas que nunca porque mientras él está como siempre emocionado con la Navidad, ella intenta destruirla tras descubrir un mensaje de Ted en un antiguo contestador en el que piensa que la insulta. Como si fuera el Ying y el Yang, Marshall y Lily enfrentan su ilusión con su enfado, hasta que el espíritu navideño vuelve a unir a todo el grupo.

Mónica Zas: Mujer de moral cuestionable (Las chicas Gilmore 5x11)

Cualquier fiel seguidor o seguidora de Las chicas Gilmore sabrá lo mucho que adora Lorelai el invierno y sus inclementes condiciones meteorológicas. “Todo parece mágico en la nieve. ¿Sabes que las mejores cosas de mi vida han ocurrido cuando nevaba?”, le decía a su hija Rory en la primera temporada, brindando la idea equivocada de que la serie de Amy Sherman Palladino es la cursilada “para chicas” que muchos menosprecian -un mito que ya hemos tratado y que no viene al caso rescatar-.

Las chicas Gilmore se encierran a veces en su burbuja de caramelo pero, como en la vida misma, en Stars Hollow también hay espinas que se las explotan. Y eso es lo que ocurre en el episodio 11 de la quinta temporada, Mujer de moral cuestionable.

Dentro de no ser típicamente navideño y estar englobado en una temporada poco brillante, el capítulo explica con elocuencia los sentimientos agridulces que despiertan estas fiestas. Lorelai predice que caerá la primera nevada durante la noche, “en copos, en aguanieve, en nevisca, sea como sea, la adoro”. Pero los temporales cambian, no siempre llegan iguales. Y las navidades tampoco. Hay años en los que cuesta mantener el espíritu navideño alto, o incluso tenerlo en absoluto.

Las riñas familiares, la nostalgia, las dudas sentimentales o la distancia, son los lastres que empañan la deseada llegada del invierno a Lorelai. ¿Y a quién no? La moraleja es que no existe la nevada perfecta, pero podemos rabiar, llorar, enfadarnos y, después de todo, calzarnos los patines y disfrutar un rato sobre el hielo.

Francesc Miró: La Navidad de los Animalitos del Bosque (South Park 08x14)

Los especiales navideños de South Park se cuentan entre los episodios más celebrados de una serie ya de por sí corrosiva, amarillista y exagerada. Entre ellos abundan títulos como El Sr. Mojón, la Mierda Navideña o ¡Feliz Navidad, Charlie Manson!, ambos geniales revisiones de algunas de las narrativas clásicas con las que la ficción repite constantemente durante la celebración favorita de la sociedad capitalista moderna, metiendo el dedo en el ojo a todo aquel que se atreva a celebrar de más cualquier cosa en estas señaladas fechas.

Y sin embargo, de tantos especiales memorables, servidor se queda con el que mejor lo pasó: el de la octava temporada -la serie va por la vigésimo segunda-, La Navidad de los animalitos del bosque. Una cáustica revisión de la figura kawaii de los animalitos más abundantes de los cuentos infantiles, así como del nacimiento del niño Jesús.

Un día, Stan se encuentra con un puñado de monísimos animales parlanchines que dicen estar celebrando la Navidad y le piden ayuda para construir un pesebre y colocar una estrella en su árbol de navidad. Pronto los favores van aumentando y termina teniendo que matar a un puma para descubrir que los animalitos son realmente adoradores de Satanás, que pretenden traer a la vida al Anticristo, y que lo quieren hacer mediante el cuerpo de su amigo Kyle, que es judío y no celebra la Navidad. Todo termina, obviamente, de forma sangrienta y divertidísima… si te van los chistes que ofenden a cualquier ser humano.

Vanesa Rodríguez: La constante (Lost 4x05)

Hace ya casi 11 años se emitía uno de los capítulos que pueden considerarse historia de la televisión. Lost, la serie que nos tuvo perdidos seis temporadas y una de las primeras con las que aprendimos a darnos atracones de un episodio tras otro, nos regalaba 43 minutos brillantes.

En lugar de los habituales flashbacks que iban arrojando destellos de luz narrativa a la trama, en esta ocasión los creadores optaron por los viajes en el tiempo para terminar de volarnos la cabeza. Era el año 2004 cuando Desmond y otros compañeros de la isla intentan llegar a un carguero para encontrar una salida, pero su conciencia comienza a desplazarse de forma intermitente a 1996. El capítulo no es un especial navideño al uso; la navidad solo aparece de pasada porque es la época en la que el Desmond del presente tiene que llamar a Penny, su amor y su ‘constante’, ese elemento referencial al que necesita aferrarse para no verse perdido en los viajes temporales y finalmente morir. La Penny de 1996 estaba enfadada con Desmond, pero escucha su petición de que cuando llame la noche del 24 de diciembre de 2004 conteste al teléfono. Cuando llega la fecha, ella finalmente está al otro lado de la línea.

La Constante es una historia de amor, de perdón, de reencuentros. De tener en la cabeza a alguien de quien te acuerdas especialmente, de anclas sentimentales, de personas que están ahí pase lo que pase. Que contestarán al teléfono cuando te encuentres perdido. De reunión con nuestras ‘constantes’. Y si eso no es el espíritu de la navidad, que baje el humo negro y lo vea.

Lorenzo Ayuso: Y por toda la casa (Historias de la cripta 1x02)

Seamos sinceros, ¿qué tienen de bueno las Navidades? ¿La posibilidad de reunirse a la mesa con todos esos parientes con los que has estado renegando durante los meses previos por problemas comunes? ¿Recibir obsequios inservibles de parte de gente que ni te conoce de verdad ni se ha molestado en intentarlo? ¿Reventar comiendo en Nochebuena y Nochevieja con el único propósito de dedicar el día siguiente a culminar la digestión más pesada que se pueda imaginar? ¿Plantarse ante el televisor temiendo que el presentador o presentadora de turno se pierda en su propia explicación de los cuartos?

Para aquellas buenas gentes que ante la aparición del espíritu navideño reaccionarían convocando un exorcismo, el Guardián de la Cripta se ofrece como anfitrión para un festín como estas fiestas de verdad merecen. Y por toda la casa, segundo capítulo de Historias de la cripta, comienza como desearíamos que terminara cualquier reunión de cuñados, con una cabeza abierta cual manzana, dejando al descubierto la verdadera pretensión de quienes hurgan en busca de regalos bajo el árbol, la de la pura avaricia. ¿Y Santa Claus? Tampoco falta, claro, con las encías roídas y los ojos desorbitados de Larry Drake, psicópata desbocado a medio camino entre el Maniac de Lustig y el Sam Bigotes de las melodías animadas de los Looney Tunes.

Robert Zemeckis ejecuta con brío y mala baba (aún le sobraría algo más para sazonar La muerte os sienta tan bien) el menú elaborado por Fred Dekker (Una pandilla alucinante), otro de esos autores que han hecho carrera portándose mal para que el resto lo pasemos bien. Prueben a hacer lo mismo ustedes y recuerden que se aconseja empezar el año llevando algo rojo puesto. Y por toda la casa seguro les dará alguna idea.

Paula Hergar: White Christmas (Black Mirror)

Como todas las historias de Black Mirror, esta te enfrenta a un triple reflejo de tu peor pesadilla. Una de esas que por cercanas, aún dan más miedo. Y lo hace con una trama cruel, otra que logra rizar a la anterior y una tercera que, cuando creías que no se podía llegar a más, lo consigue.

Por supuesto, el elenco escogido es casi inmejorable con Jon Hamm, Oona Chaplin y Rafe Spall, tan atractivos como talentosos.

Desde luego, no existe una felicitación navideña más propia de Charlie Brooker que ésta, dedicada a aquellos que piensan que las fiestas son las fechas más “bonitas” del año y a los que las detestan, porque gracias a este capítulo, ambos bandos acaban con la misma agria sensación de haberse empachado.

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