Programa especial por el décimo aniversario

Évole reflejó las desigualdades de género a través de tres generaciones de mujeres: “Tenemos que demostrar más”

Évole reflejó las desigualdades de género a través de tres generaciones de mujeres

El programa especial de Salvados por su décimo aniversario dio voz a personas anónimas que contaron sus propias historias.

Aunque Jordi Évole entrevistó a distintos perfiles, con diferentes edades y género, tres de ellas fueron mujeres que reflejaron las desigualdades vividas en cada caso.

Estudiantes sevillanas, sobre el acoso y la responsabilidad prematura

El presentador se sentó junto a dos veinteañeras estudiantes de Sevilla que explicaban las situaciones de acoso que ya habían normalizado: “No aceptamos la invitación de un chico a una copa porque con eso ya piensa que quieres un lío”.

Habían sido víctimas de agresiones de este tipo en cualquier ocasión: “Hasta en una procesión me tocaron el culo y pensé, '¿en serio, que ni esto se respeta?'”.

Una madre que tiene que “demostrar más que sus compañeros” por ser madre

Acercándose a un entrenamiento de futbol femenino, se encontró con una madre que relató las desigualdades que vivía en el trabajo por ser madre.

Explicó que trabajaba en la logística del puerto y que algunas de los comentarios que le hace su jefe son: “¿Tanto necesitas para llevar el niño al médico?¿No quieres volver antes de los 4 meses de la baja maternal? Deja al niño donde sea…”

Añadió que se ha “encontrado con desigualdades salariales. Incluso haciendo más que ellos, porque tienes que dar más. Tengo que demostrar más porque voy a ser madre”.

También quiso dirigirse a Soraya Sáenz de Santamaría, tras las palabras de Rajoy sobre la brecha salarial: “¿Y Soraya no le dice nada?, ¿ella no es mujer?, ¿no se sintió mal nunca?”. Concluyendo lo siguiente: “Tuve a mis hijos para criarlos yo, sabiendo que podía perder mi trabajo. Lo primero son ellos, pero laboralmente te hacen dudarlo”.

Una mujer amante de la lectura: “Me revuelve las tripas no haber podido estudiar”

La tercera generación que se reflejó en el programa, la protagonizó una mujer de más de sesenta años que paseaba a su perro cuando se topó con Évole: “He estado trabajando 23 años, con tan mala suerte de que sólo he cotizado tres y ya no me queda nada”, explicó haciendo referencia a la situación que viven muchas mujeres que se han dedicado a limpiar.

La entrevistada relató que no tenía estudios porque cuando era joven tuvo que ocuparse de su familia: “No he podido estudiar porque soy la mayor de siete hermanos. Mi madre se fue a trabajar y me dejó con mis hermanos al cargo, con 11 años. Me revuelven las tripas no haber podido estudiar”.

Preguntada por la carrera a la que le hubiera gustado apuntarse: “Mi sueño era estudiar derecho, ser abogada. Me llama la atención porque hay mucha injusticia en el mundo. Pero ahora no tengo ni tiempo ni puedo”.

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