Televisión pública autonómica

Huelga en los medios públicos gallegos: nueve días de paro “contra el desmantelamiento y la manipulación”

Trabajadores de la TVG

Miguel Pardo

Más de siete años después, el personal de la Corporación Radio y Televisión de Galicia (CRTVG) vuelve a la huelga. Es la primera convocatoria para los trabajadores y trabajadoras de los medios públicos -al margen de los paros generales y feminista de los últimos años- desde aquella de octubre de 2011, cuando habían mostrado su rechazo a la reforma de la ley de medios públicos acordada entre PP y PSdeG.

Ahora, la huelga vuelve a reivindicar, entre otros muchos aspectos, el cumplimiento de esa ley y la consiguiente creación del Consejo de Informativos y Estatuto Profesional. Siete años y dos legislaturas y medio después, la legislación sigue sin cumplirse y la plantilla apoya muy mayoritariamente nueve jornadas de paro a desarrollar entre el próximo martes 20 y el sábado 22 de diciembre. En el fondo, el hastío de un personal que lleva 25 semanas seguidas movilizándose en los viernes negros, compartiendo muchas de las demandas expresadas por el comité intercentros en la convocatoria de esta huelga, también las que reclaman por el fin de la “manipulación” y del “control informativo” en la CRTVG.

Paros de 24 horas fijado para el 19 de diciembre

Son, en total, unos 900 trabajadores -entre fijos y eventuales- los llamados a una huelga contra el “desmantelamiento” que comenzará con paros parciales de dos horas los días 20, 22, 24, 26, 28 y 30 de noviembre y 2 de diciembre. Están convocados de 12:30 a 14:30 en el turno de mañana, de 18:30 a 20:30 en la de tarde y en las dos últimas horas del turno de noche. Además, el 19 de diciembre habrá un paro de 24 horas, además de una manifestación, mientras que el sábado 22 de diciembre se llevará a cabo de 8 de la mañana a 2 de la tarde. Afecta al personal de la sede principal de San Marcos y de todas las delegaciones (Vigo, A Coruña, Ourense y Lugo).

Defende A Galega, el colectivo que une al personal de los medios públicos gallegos, ya ha aclarado que “defiende y apoya esta y cualquiera otra reivindicación que afecte a la calidad del servicio público”, aunque entiende que “son los sindicatos los que deben llevar la voz de las movilizaciones que convocan”.

Reclaman la recuperación de producción propia interna

El comité intercentros, en el que están representados CUT, CIG, UGT, CCOO y USO, entregó a la dirección general el preaviso de huelga la pasada semana, en el que se especifican los objetivos de la protesta. Reclama, por ejemplo, la recuperación de la producción propia interna de la CRTVG ya que, según fuentes de la plantilla, no es extraño que en cualquier semana hasta el 70% de los programas de la televisión pública, sin contar redifusiones, sean de producción ajena. En su última comparecencia en el Parlamento, el director general de la Corporación, Alfonso Sánchez Izquierdo, advirtió de que los informativos serán lo “único que les quede” a los medios públicos.

El comité demanda, por tanto, la “supresión de la externalización de la producción y de los servicios” y pide una “negociación” para determinar la plantilla necesaria para “la prestación del servicio público en todos los centros de trabajo”. Además, solicita “garantía de mantenimiento del empleo” y el fin de la contratatación mercantil y de colaboradores “que encubren relaciones laborales comunes”, de la utilización fraudulenta de la contratación en prácticas y de la “desviación de la naturaleza de los contratos de formación y de becas Feuga”.

También demanda el respeto al ejercicio de los derechos de conciliación de la vida laboral y familiar que recoge el convenio colectivo, el relevo del personal acogido a licencias retribuidas conforme también a ese convenio y la negociación efectiva del Plan de Igualdad.

Contra la política represiva de la CRTVG

Los representantes del personal de los medios públicos piden también “erradicar la manipulación informativa de la CRTVGy poner fin a la “política represiva”. Estas demandas llegan un mes después de que se archivase un expediente que la Corporación había abierto a Beatriz Moyano, expresentadora del Telexornal Serán, labor de la que había dimitido junto al también periodista Alfonso Hermida como protesta por el control informativo. después de la alusión a los viernes negros en una gala contra el cáncer a la que había asistido Feijóo, la profesional fue apercibida por haber “indicios” de que se había maquillado en la TVG para asistir al acto. El apoyo del personal a la periodista fue masivo y en aquel expediente se vio un castigo por su explícito apoyo a las protestas.

Antes, el pasado 8 de septiembre, trabajadores de la CRTVG exigieron en la calle independencia informativa con el apoyo de oposición y sindicatos. Mientras, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha intentado siempre desentenderse de la cuestión: “Yo no dirijo la TVG”, llegó a decir, obviando que él impulsó hace siete años la ley de medios públicos de la que se reclama su cumplimiento.

Quedan por fijar los servicios mínimos

La previsión es que el apoyo a la huelga sea “muy mayoritario”, según fuentes del comité consultadas por Praza.gal. De servir las asambleas convocadas nos últimos días como termómetro, el apoyo masivo está garantizado. En la convocada el sábado el apoyo a los paros fue “casi unánime”, al igual que en las reuniones que se están realizando en las diferentes delegaciones.

Queda ahora por saber oficialmente qué tipo de servicios mínimos decreta la Corporación. Aunque el comité de huelga espera ya que sean “abusivos”, recuerdan también que el personal tiene ahora “más armas” ante esta posibilidad después de que la Justicia haya condenado a la CRTVG por vulnerar el derecho a la huelga y a la Xunta por establecer unos servicios mínimos “maliciosos” en el paro feminista del pasado 8 de marzo.

Los tribunales vieron “encuadrable en el esquirolaje interno” el relevo de una presentadora que fue a la huelga por un hombre que realizó su trabajo en el programa del 8 de marzo. Pese a todo, el acuerdo en cuanto a los servicios mínimos no ha llegado y parece difícil. Ni siquiera en eso.

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