Crítica Vertele

'Las que faltaban' no sobran, pero necesitan pulir mucho sus buenas intenciones

'Las que faltaban'

Pedro Zárate

No parece casualidad que en el primer programa de Las que faltaban hayan hablado de Capitana Marvel. La película protagonizada por Brie Larson llegó hace una semana a los cines con parte del fandom superherorico masculino en contra. Básicamente, porque interpretaron su campaña promocional como un ataque continuado hacia los hombres, lo que les llevó a juzgar negativamente la cinta antes incluso de verla.

El nuevo late night de #0 se estrenó este viernes sin tanto revuelo, aunque compartiendo enemigos con la nueva superheroina marvelita. Y no hablamos de los Skrull, sino de aquellos hombres que ven esta ola feminista como una ofensa hacia su persona.

Desde luego que a ellos no va dirigido el nuevo formato cómico de Movistar, que deja claro su enfoque desde su propio nombre. Y es que Las que faltaban no esconde, porque ni siquiera lo pretende, su vocación feminista. Esa que lleva a Thais Villas y su equipo de colaboradoras a hacer humor desde la reivindicación de la mujer durante los 50 minutos que dura el programa.

Buenas intenciones que no terminan de funcionar

Un humor que, por otro lado, denotó falta de rodaje en esta primera entrega. Algo lógico en un estreno y que Las que faltaban padeció en todas y cada una de sus secciones. En unas más que en otras, pero cada una de ellas dejando un balance similar: ninguna funcionó por completo, pero todas ofrecieron algo a destacar.

Las bromas sobre arte de Susi Caramelo y “los inventos que hacen del mundo un lugar muchísimo peor”, Victoria Martín, fallaron con estrépito a la hora de sacar una sonrisa, pero ambas supieron dar un giro a tiempo a sus secciones para convertirlas en una ácida y contundente crítica social a problemas como la explotación infantil y la soledad de las personas de la tercera edad, entre otros.

El monólogo de Eva Soriano, que llegó a continuación, no fue redondo pero sí ameno. Y el FAR -que no VAR- de Nerea Pérez de las Heras para detectar titulares de prensa machistas y la sección del único rostro masculino del programa, 'Nene', centrada en proponer versiones alternativas de Capitana Marvel que sí gustarían a sus detractores, también carecieron de chispa, pero sin llegar a hacerse pesadas o aburridas.

Antes de dar paso a la actuación musical con la que concluyó este debut, Las que faltaban recibió como primera invitada a Anna Castillo, que más allá de hablar de los premios que ha ganado recientemente y de la segunda temporada de Arde Madrid, participó en el juego que le propuso Adriana Torrebejano, el cual consistió en contar anécdotas relacionadas con su carrera para ver quién era la más 'loser', si cualquiera de ellas o Thais Villas.

Y hablando de la presentadora, al desempeñar dicho rol pareció estar más encorsetada que en El Intermedio, donde saca más partido de su espontaneidad. De ahí que solo cumpliera correctamente con sus principales cometidos, que no son otros que dar paso a las colaboradoras y servir de apoyo en sus respectivas secciones.

Un formato para completar la oferta de late nights de #0

Aun así, la propia Thais Villas y su equipo han dado forma a un formato que, pese a su amplio margen de mejora, invita a decir aquello tan manido de que es “un programa necesario”. Y no solo porque Movistar -y la televisión en general- dé cabida con él al humor femenino en la pequeña pantalla. También porque #0 tiene aquí un complemento a su oferta de late nights, hasta ahora compuesta por Late Motiv y La Resistencia.

Las que faltaban no es, ni mucho menos, tan divertido y alocado como éstos, pero sí es un formato fluido, irónico y por momentos mordaz que acabará encontrando su público si consigue desmelenarse más. Y no será un público exclusivamente femenino, aunque la mayoría de sus chistes sí lo sean.

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