VERTELE, en la presentación de 'El gran secuestro'

Máximo Huerta: “España ha perdido la sonrisa, y yo el primero”

Máximo Huerta en una imagen de archivo

Redacción

Durante los últimos días, los espectadores de Playz han podido ver a Máximo Huerta como hacía mucho que no aparecía en televisión. Ha sido el experimento El gran secuestro el que ha recuperado una faceta más divertida y natural del comunicador valenciano. Una faceta que parecía haber quedado perdida después de su efímera experiencia como ministro de Cultura y Deporte, que terminara apenas una semana después de acceder al cargo tras conocerse la sanción de Hacienda de más de 250.000 euros por utilizar una sociedad para pagar menos impuestos.

Un año después, el presentador volvió al redil televisivo con A partir de hoy, un magacín relajado y mesurado que va camino de cumplir cinco meses en las mañanas de La 1. Ahí ya habíamos podido verlo progresivamente más dicharachero y cómodo en su viejo rol. Sin embargo, ha sido la escape room interactiva ideada por Manuel Bartual y Modesto García, donde ha terminado, en sus propias palabras, de liberarlo.

No fue una decisión fácil para él acceder a mostrar otra cara de sí mismo a la audiencia. “Lo pensé muchísimo, por razones obvias”, reconoce en un encuentro con medios, VERTELE incluido. La exposición era algo que temía: “Dos años antes habría dicho que sí en el minuto uno, como habría hecho con mil cosas de mi vida. A esta le habría dicho que sí porque me fascina, porque es televisión pura, es ingenio, me excita... Pero a ese Màxim lo había perdido, y había algo que me frenaba, el miedo”, explica.

“Su principal miedo era volver a enfrentares a las redes y convertirse en una burla, adonde van todos a golpear”, apunta Baldomero Limón, productor ejecutivo de Shine Iberia, sobre la situación de Máximo. “Sin embargo, teníamos claro que iba a arrastrar una corriente de simpatía por enfrentarse precisamente a eso”.

“Hay un montón de proyectos a los que he dicho no por miedo”

La liberación llegó en el preciso momento en que quedó enclaustrado dentro del juego, en el que ya estaban involucrados Ruth Lorenzo y Arkano, y al que un día después se uniría María Gómez, a la postre compañera de Máximo en A partir de hoy. “En cuanto se cerró la puerta, tabicaron y clavaron, sentí angustia verdadera, no ya por el encierro, sino por preguntarme dónde estaba. Y en cuanto se rompió la pared físicamente, también se rompió la mía emocional. Empecé ya a decirme, ”Mira, diviértete como lo has hecho toda tu vida, hazlo que te apetezca sin pensar en lo que van a decir, bébete otra cosa más... Haz todo“. Era el Màxim pequeño quien me lo estaba diciendo, quien me decía que fuera el que he sido siempre”.

En este caso, además, el evento multiplataforma tenía a su favor la capacidad de sorpresa intrínseca a un formato como el producido por, que ha sido capaz de convertirse en trending topic en Twitter durante los cuatro días que duró el directo, con un impacto de 13,5 millones de personas. “Aquí se recupera la inocencia perdida como espectadores”, destaca. Con ello, concuerdan todos, se recupera una imagen de las redes sociales más cercana a la bonhomía de los comienzos que al perfil más crispado de la actualidad.

“Hay un montón de proyectos a los que he dicho que no por miedo al qué dirán, a pensar en lo que opinaran... Es algo que se ha contagiado en esta España llena de ruido, donde hemos perdido lo que somos, nuestra risa y nuestra forma de pasarlo bien, yo el primero”, prosigue Huerta, muy satisfecho con la experiencia: “Por eso agradezco a El gran secuestro que paradójicamente sea un secuestro para que me haya liberado”.

Ana Rivas, directora de entretenimiento de la productora, celebra haber contribuido a esta recuperación del perfil más televisivo de Huerta. Un perfil que ya cuando estaba al frente de la desaparecida edición de madrugada de Informativos Telecinco quedaba de manifiesto. Él mismo lo recuerda con cierta nostalgia: “[Xavier] Sardà me llamó. Me veía porque iba después [de Crónicas marcianas], claro, y decía que quería hacer algo conmigo”, dice. “Fueron grandes tiempos”.

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