Vertele, con el presentador

Sobera estrena Volverte a ver: “La gente no quiere personajes en TV, sino tipos auténticos”

Sobera estrena Volverte a ver: "La gente no quiere personajes en TV, sino tipos auténticos"

Redacción

¿Qué se va a encontrar el espectador en Volverte a ver

La mecánica es muy sencilla. Alguien se dirige al programa para pedir que encontremos a una persona y le entreguemos un objetivo representativo para ella, que signifique algo a nivel emocional, y le invitemos al plató de Volverte a ver.

La razón puede ser múltiple. Desde “he tenido rencillas contigo y quiero solucionarlo” hasta “soy tu chica y quiero darte la sorpresa de que estoy embarazada”, pasando por “me has ayudado mucho en la vida y nunca te he dado las gracias lo suficiente y quiero darte las gracias aquí y ahora, delante de toda España”.

La persona que acepta [acudir al programa], que casi todas aceptan, llegan al plató y lo primero que se hace es resolver quién es la persona que está detrás del objeto y qué es lo que le quiere plantear. Cuando ya reconoce a la persona le da el mensaje que quiera darle, y a partir de ahí les ponemos en contacto para que hablen.

Son personas normales y corrientes, anónimas y que tienen grandes historias que contar. Nosotros hacemos de testigos, entrevistadores y conciliadores en algunos casos. Del programa destaco la paleta de colores muy diversa que tiene y que no es vender la lágrimas fácil. En absoluto.

Parece un programa muy emocional. ¿Cómo gestiona las emociones en plató?

Como buenamente puedo, como todo el mundo. Toda mi vida me he caracterizado por lo mismo, por no mantemerne al margen nunca. Yo me implico con la gente con la que estoy. Soy empático, me interesa lo que me cuentan, me influye lo que me cuentan y reacciono a lo que me cuentan.

En las 14 entregas que he grabado ya ha habido algún momento de congoja. Por ejemplo, con la chica que está en silla de ruedas, yo me senté a su lado y empezó a contar su historia de una manera tan auténtica y desoladora que yo me vine abajo y también lloré.

¿Y cómo aguanta el tirón en momentos así?

No creo que tenga que tirar el tirón. Yo recibo a una persona y a la otra, las pongo en contacto y pregunto qué pasa, qué quieren y si su enfrentamiento tiene solución. Pero me implico. No soy un observador que se mantenga a kilómetros de distancia. Me río cuando me hacen gracia y lloro cuando me transmiten emoción. Me parece que este tiene que ser mi papel. Soy como un espectador que tiene el privilegio de estar junto a ellos y preguntar lo que quiero. Como un espectador en casa, voy viviendo lo que ellos me van contando. Si fuese frío como un témpano pues no, pero soy muy cálido.

Es un formato en el que nunca le habíamos visto antes. ¿Qué ha supuesto para usted? A lo mejor le conocemos un poco más a través de este programa.

El que me haya seguido por tele creo que ya me conoce muy bien porque yo me abro mucho. En programas como 'Atrapa un millón' y '50x15' no me limitaba a preguntar quién descubrió América, sino que también preguntaba al concursante si tenía novia o cómo le iba en la vida. En este programa el tono es importante. El tono es muy íntimo, muy cercano y muy diferente de otros programas. Y tu propio tono y actitud también tienen que cambiar según la historia que te estén contando y los protagonistas que tengas delante.

Nunca había hecho esto, pero como lo que más me gusta es hablar con la gente pues me he dejado llevar. La gente verá que todo fluye con bastante naturalidad.

Esa es la clave de su éxito, que es muy natural.

La clave de mi éxito es que soy un tipo guapo de coj... (risas). No tengo ni idea, pero si tuviera que elegir algo, yo elegiría esto. La gente, cuando me ve en la tele, dice: “Este tío es como es”. La gente no quiere personajes, sino tipos más o menos auténticos. Cuando te percibe así te compra y si te ve un poco personaje te vende rápido o ni siquiera te compra. Supongo que será eso. Soy un tío muy transparente.

Además, la transparencia se nota más en programas como este, que trata temas que te obligan a intervenir.

Las cosas que pasan me sorprenden. Tú conoces la historia, pero no sabes cómo van a reaccionar cuando estén juntos ni lo que va a pasar.

Como comunicador busco la sorpresa permanentemente. En este programa, por ejemplo, procuro no ver a los participantes antes de que entren en plató porque quiero que el primer contacto sea allí. Así todo es más limpio y más honesto.

Cuando hacía el 'Millonario' jamás saludaba a los concursantes hasta el plató, porque era muy importante que todo lo que tuviera que haber entre nosotros y yo fuese en ese momento. Porque si yo hablo 30 minutos contigo yo ya tengo una opinión y tú estás condicionado. Así adquieres otro tono y ves las cosas de otra manera. Hay que llegar al plató lo más virgen posible para que todo lo que ocurra allí sea muy real y muy auténtico.

¿Qué tal con el equipo de enviados?

No he tenido la oportunidad de estar con ellos físicamente. Empezaron su trahajo antes que yo, pero los he visto. Me parece que están todos muy bien. Ellos son ganchos emotivos porque van a conocer al protagonista que busca algo, y luego van a por ese alguien y presentan la historia. Son un enlace para entender lo que quiere el buscador.

Como son todos muy empáticos y muy conocidos, es muy curiosa la reacción de la gente cuando va a entregarles el objeto. “¡Ay, Gloria Camila, la hija de Rocío Jurado!” Se montaba un revuelo tremendo. Pero esto facilita mucho la labor, porque digamos que son más permeables a la invitación o a la entrega del objeto.

¿Los enviados son siempre los mismos?

Sí, los 5 (Sofía Cristo, Gloria Camila, Abraham García, Guillermo Martín y Manu Lombardo) se encargan de ir a buscar al buscador y al buscado.

Cuando uno trabaja entre tantas emociones, ¿cómo llega luego a casa?

Te influye. Ayer [por el martes], que tuvimos un programa muy emotivo, yo le decía a mis compañeros de la cadena que no volvía (risas). Claro que te afecta, aunque pasa un tiempo relativamente prudente y ya está. Te limpias emocionalmente, pero hay cosas a las que te quedas pegado.

Hay historias en las que tienes que ser muy frío, no mostrar interés por nada y que te importe todo un pimiento para que no te lleguen. Pero te llegan, te pongas como te pongas. Es intenso. Incluso desde el punto de vista mental es más cansado grabarlo, al no ser ligero y tratar temas muy sensibles y emocionales.

Con un programa como este, que recoge amores y desamores, ¿cree que el amor es el gran motor que mueve el mundo?

Sí, no te quepa la menor duda. En First Dates hemos podido hablar con 6.000 personas, y todas buscan exactamente lo mismo. Vale, de los 6.000 puede haber 60 que hayan venido para tener un minuto de gloria o porque han hecho una apuesta, pero 5.940 vienen porque necesitan encontrar el amor, un compañero de viaje o porque se sienten solos y la vida se les hace tremendamente dura si no tienen con quién compartirla.

La gente se mueve por el amor y hace lo que tiene que hacer. Es el motor por excelencia, aunque luego hay otros que también son importantes como el dinero o la gloria, pero el amor para mí es el primero.

Paula Echevarría interviene en el primer programa. ¿Veremos a más famosos en próximas entregas?

Supongo que sí. Lo que pasa a veces con las personas que tienen problemas y objetivos es que tienen un ídolo o alguien que les tiene muy enamorados, que son un referente para ellos. Paula estará en el primer programa porque tenemos a una niña que quiere ser modelo y que pasa por una situación personal un poco peculiar y que su referente es Paula Echevarría.

Paula vino, conoció la historia de primera mano, se emocionó muchísimo, lloró, conoció a esta chica que quiere ser modelo y habló con ella. Estuvo soberbia, se implicó a tope.

En su caso, ¿hay algún ídolo al que le gustaría volver a ver?

Me gustaría volver a ver a muchísima gente con la que he trabajado y compartido grandes momentos, y espero volver a reencontrarme. No puedo decir un nombre porque sería injusto.

Después del éxito de First Dates

Yo hay una cosa que agradezco muchísimo, y es que el público cuando hay un programa siempre se acerca a verlo. Luego pueden opinar si les ha gustado o no, pero se acercan y ello significa que la gente tiene confianza en ti.

Por otra parte, lo que sé es que hay un equipo extraordinario en el programa que sabe hacer esto de una manera orgánica, natural y fabulosa. Sé que hay protagonistas de historias soberbios que van a emocionar y gustar. Ahora, ¿si va a triunfar o no? ¿Qué es triunfar, hacer un 14% o un 12%? ¿Ser primera opción o ser segunda? Eso es mucho más complicado.

¿Qué opina del horario de esta primera entrega? Es más tarde de lo normal pero cuenta como telonero con el Real Madrid, que eso siempre ayuda.

Sí pero no sé si el público que ve fútbol es el mismo que luego ve Volverte a ver, aunque ojalá sea así. No implica éxito asegurado de audiencia pero viene muy bien. Y luego el horario es muy tardío este jueves porque es la Copa, me imagino que ya el próximo jueves será más normalizado, a las 22:30 horas.

Tras el éxito pasado de Hay una cosa que te quiero decir,Hay una cosa que te quiero decir Hay una carta para ti

Después de hacer una comedia tan grande como las que hacía Billy Wilder, como espectador podría llegar a preguntarse si es necesario hacer más comedias. Claro que hay que recuperar los géneros. Lo bueno además de este programa es que es un género en sí mismo. Y hay que recuperarlos porque aunque el formato sea igual, el contenido es bueno, fresco, distinto, y son gentes nuevas que cuentan historias nuevas y de diferente forma. Y porque siempre tenemos que estar escuchando y regalándonos ese tipo de buenos momentos.

Por otra parte, ¿profesionalmente hay algo nuevo que quiera hacer?

A mí me gustaría algún día volver a hacer una serie en televisión porque es muy divertido. Trabajo mucho como actor en teatro, pero en televisión desde que hice con Félix Sabroso Quítate tú para ponerme yo no he vuelto a hacer nada.

Además, me gustaría presentar un late night, un magacín de mañana... Soy muy curioso; me gusta hacer cosas distintas, no aburrirme, conocer gente nueva... Eso me da vida. No voy a decir, porque sería injusto, que me aburriría toda la vida haciendo el mismo formato, pero sí es cierto que soy un culo inquieto y necesito hacer cosas diversas.

Por el momento, ya ha firmado el contrato de larga duración con Mediaset.

Sí, estoy muy contento. Desde que vine a Mediaset, de hecho, con First Dates en Cuatro. Fue volver a mi casa porque, a nivel nacional, mi primer canal fue Telecinco, donde estuve casi cinco años hasta que me marché. Entonces me he sentido como en casa; me he reencontrado con gente maravillosa a la que quería mucho. El contrato de cadena es la culminación de un proceso de confianza y creencia mutua, así que estoy encantado.

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