Entrevista Vertele

Eduardo Aldán: “Dani & Flo y Zapeando son humores muy diferentes”

Eduardo Aldán

Marcos Méndez

Dani y Flo tienen un refuerzo muy conocido para sus tardes de los lunes. El programa vespertino de Cuatro ha sumado a un viejo conocido como es Eduardo Aldán, que fue su director en “Sopa de gansos”, y que ahora se encarga de una sección que él mismo define como “nostalgicómica”.

Cada lunes, lleva al plató del programa objetos que permitan apelar a la nostalgia de los 80 y 90, que dejan a su público millenial “flipado”. Unos objetos, además, que salen de su propio archivo personal: “Por fin estas cosas que he acumulado durante años tienen una utilidad y valen para algo”, bromea.

Sobre la capacidad evocadora de la televisión, cómo afronta el reto, y su explicación de por qué Dani & Flo y Zapeando son dos formatos perfectamente compatibles, hablamos con Eduardo Aldán antes de que proponga otro de sus particulares viajes al pasado.

¿Cómo es esa sección qué tú mismo defines como “nostalgicómica”?

Es un género sacado de la manga, porque realmente esto de recordar y de reír a la vez es una cosa que llevo haciendo 12 años con mi espectáculo, y ahora es llevarlo un poco al plató de Dani & Flo todos los lunes. Llevaremos recuerdos pero en forma de objetos, de imágenes, de una forma mucho más visual. Y me encanta, porque me obliga a tirar de mi archivo personal, de mi colección particular. Tengo en mi casa un museo del recuerdo que es flipante. Los iré llevando al plató, iremos seleccionando temas, y nos echaremos unas risas juntos.

Más allá de objetos y juguetes, ¿podremos ver algún invitado que nos cause nostalgia?

Pues me acabáis de dar una idea muy buena [ríe]. No estaba pensado, pero sí sería una sorpresa para ellos. Hay que tener en cuenta que hace muy poco hicimos Espinete no existe en La 1, y cada día llevábamos un par de invitados especiales, gente que nos traía recuerdos, iconos de nuestra infancia. Incluso estuvo Espinete en persona, bueno, en peluche. Molaría poder hacerlo en este plató, es una idea muy buena. Pero de momento vamos a tirar de objetos.

¿Y con qué objetos nos vas a llevar de viaje nostálgico?

El primer día estuvo dedicado a los juguetes inútiles. Algo que parece muy de los 80, pero que hoy en día sigue estando en boga, y de repente aparecen los spinner, que no tienen ninguna utilidad, que gira y ya está, y cuando un juguete no vale para nada dicen que es anti estrés. Pues anda que no hubo “juguetes anti estrés” en los 80... Da para otra segunda parte, ya la haremos.

Otro tema serán los electrodomésticos absurdos. Por ejemplo la yogurthera. Ese aparato ochentero infernal para hacer yogures que encima sabían a demonios, y que se usaba un día y luego los chavales decían: ¿pero esto para qué, si los que compro están mejor? También el teléfono góndola, que fue un avance tecnológico porque era más ligero al tener la ruleta en el propio teléfono. Pero claro, ahora los millenials con su móvil en la mano lo ven y dicen: ¿Esto es del pleistoceno?

En un programa tan millenial, ¿qué caras se les van a quedar a los más jóvenes?

Van a flipar, y esa es la gracia. Creo que la comedia nace de ese contraste, y sobre todo de dejarlo en sus manos. Darles un teléfono antiguo y ver si lo saben utilizar, o ver si saben qué hacer con una cinta de casette y un boli Bic. Es muy interesante y nos va a dar muchísimo juego.

La nostalgia funciona en programas como Cachitos, Viaje al centro de la tele... ¿esperas el mismo buen resultado?

Sí, aunque en este caso no tenemos imágenes sino objetos. Es más palpable, más de tocar, más real. El hecho de tener el objeto y poder manipularlo genera otro punto de nostalgia, recordar hasta cómo olía por ejemplo el blandiblú, uno de los juguetes más míticos de los 80. La gente en casa no puede tocarlos, pero sí ven cómo lo hacen en el plató y recuerdan con ellos.

¿Hemos cambiado mucho?

Yo también soy muy fan de coleccionar las publicidades, los anuncios de la época. Cómo se anunciaban los juguetes. Y eran publicidades algunas tan incorrectas, que hoy diríamos: ¡Madre mía! Muñecas que hacían todo tipo de funciones escatológicas y te lo describían con pelos y señales: ¡hace caquita!, como una virtud. Cosas que lees y no te lo crees, y eso va a ser muy divertido también. Sólo con lo que tengo en mi casa tengo archivo personal para un año de programa.

¿Es una satisfacción especial por ser tu propio archivo?

Tengo tanto material que le tengo que dar salida. Y por fin estas cosas que he acumulado durante años tienen una utilidad y valen para algo. Mi madre que me decía que para qué quería tanta mierda acumulada, pues ahora puedo aprovecharlo en la televisión y sobre todo hacer comedia con ello, porque es un viaje al pasado alucinante.

A nivel personal, nuevo proyecto televisivo, ¿cómo lo afrontas?

Es una cosa muy pequeñita, no deja de ser una sección semanal, pero me hace mucha ilusión estar con Dani y Flo, con los que ya he trabajado en Sopa de Gansos que ellos presentaban y yo dirigía. Compartimos durante muchísimos días plató y proyecto, y nos hicimos muy amigos. Creo que esa complicidad se va a trasladar al plató de Dani & Flo, además compartiendo pantalla. Somos un trío de frikis impresionante. A Lara no la conocía hasta ahora, y es un encanto. Para mí más que un trabajo es ir allí a echar la tarde con ellos.

¿Te gustaría tener presencia más días, o ser colaborador diario?

De momento está planteado así. Si luego estoy más tiempo, ahí sí que tendré un problema porque no sólo tendré que buscar en mi archivo personal de objetos, sino en otros sitios. Se me agotarán. [Ríe].

Tu fichaje deja claro que Cuatro sigue intentándolo con el programa, aunque las audiencias no son buenas, ¿os ha dicho algo la cadena?

Como me acabo de incorporar, no tengo ni idea. Soy un recién llegado. Soy ese vecino al que llamas para pedirle un poco de perejil. Me han llamado, y les traigo un poco de perejil, que es la nostalgia. Sí puedo decir que el ambiente que se vive en plató es muy divertido. El público es parte de la familia, porque se lo pasan pipa, y si esa energía llega a casa, tiene que ser alucinante.

¿Cómo ves a la competencia, sobre todo a Zapeando?

Es un programa que está también lleno de compañeros y de amigos personales míos, con lo cual nunca diré nada en contra. Yo creo que hay espacio para todo el mundo, anda que no hay opciones, y anda que no hay gente que las ve. Encima son humores muy diferentes, y cada cual elige el suyo.

Zapeando tiene su público y Dani & Flo tiene otro, y pienso que todos aportan. No debe ser algo incompatible. Dani y Flo tienen un humor muy particular, que como son tan colegas es muy de ellos, y prácticamente sin guión hacen comedia. Es muy interesante y muy valorable, y es algo diferente al tipo de humor que hace Zapeando, con más imágenes, guiones divertidos... Tienen un humor muy diferente.

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