Crítica Vertele

Review: Los fantasmas de la Guerra Civil y un oscuro secreto sacuden “Cuéntame”

"Heridas abiertas",  en "Cuéntame como pasó"

Pedro Zárate

Aviso: esta crítica contiene spoilers del capítulo de ayer de 'Cuéntame'

Con 338 capítulos a sus espaldas, 'Cuéntame' sigue teniendo una salud de hierro. No solo en cuanto a audiencias, sino también en lo que a historia se refiere. El 339, que TVE emitió para retomar la 19ª temporada de la serie, es una muestra inmejorable de ello.

'Las viejas heridas', como así se titula este regreso de los Alcántara, se presenta como un episodio redondo en cada una de las tramas que plantea. La principal y más emotiva es la protagonizada por Herminia, que pasará un mal trago al recordar viejos fantasmas del pasado.

Carlos está convencido de que la vida de su abuela debe ser el eje de su próxima novela, y por eso insiste en escuchar la historia que Herminia vivió con Samuel, un profesor republicano al que salvó de los nacionales en los primeros compases de la Guerra Civil.

Cómo lo hizo es algo que ella no termina de contar a su nieto para impotencia de éste. Y no es para menos. Herminia escondió a Samuel en su casa después de que éste estuviera vagando durante días huyendo del enemigo. Sin embargo, acabó siendo descubierto por uno de los compañeros del marido de Herminia. Ambos se enfrentaron en una pelea que el nacional, con pistola en mano, estuvo a punto de ganar a Samuel. Pero Herminia lo impidió cogiendo un cuchillo y apuñalándole por la espalda, acabando así con su vida y salvando la del querido profesor.

Un fortuito crimen del que solo saben su protagonista y su principal testigo. Y es que Herminia sigue tan atormentada por este suceso que aún no ha sido capaz de contárselo a su familia.

Antonio sufre un duro golpe por las bodegas

La trama de Herminia, en cualquier caso, es solo la punta del iceberg de un capítulo ambientado en el verano de 1987 y con el que 'Cuéntame' siembra el terreno para próximas entregas. María, por ejemplo, está en el internado mientras el resto de los Alcántara viajan a Sagrillas para asistir al homenaje a Miguel, cuyo nombre pasa a presidir la plaza del pueblo.

Un tributo que queda en poco más que en una anécdota cuando Antonio descubre que no es el propietario mayoritario de las bodegas, sino que lo es Paquita, con quien protagoniza un tenso reencuentro durante el homenaje. La pérdida del control del negocio supone un duro golpe para los Alcántara, que una vez más vuelven a unir fuerzas para salir adelante de esta situación. Sin embargo, la historia aún daría un giro más cuando al final del episodio las bodegas empiezan a arder.

En cuanto a Carlos y Karina, su protagonismo en este episodio ha sido mínimo, si bien el joven ha tenido tiempo de contarle a su familia que suenan campanadas de boda. Una noticia que no llega en el mejor momento por lo ocurrido con las bodegas, pero que la familia recibe igualmente de buen grado.

Esta fue la nota feliz, en definitiva, de un capítulo que volvió a poner a prueba la resistencia de los Alcántara. No así su envidiable estado de forma. De ese llevan presumiendo 17 años.

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