Juego de Tronos 8x06: Tyrion Lannister

Marcos Méndez

'Juego de Tronos' ha terminado. La serie de HBO ha lanzado su último capítulo, el 8x06, como ya hemos contado incluyendo spoilers. Y tras el final de la serie, los fans empiezan a analizar qué suponen las distintas despedidas de sus protagonistas.

A modo de resumen y echando la vista atrás, explicamos cómo enmarca la ficción las despedidas de sus principales personajes, teniendo en cuenta sus historias y con detalles llamativos. Y sobre todo, las enmarcamos en la trama general de la serie.

(Aviso: SPOILERS)

· Daenerys Targaryen:

La protagonista indiscutible de los dos últimos capítulos. Su giro en el 8x05 anticipaba el giro “contra ella” en el 8x06. Sin profundizar una vez más si la cara que mostró en el penúltimo capítulo estaba o no justificada y avalada por su historia, de lo que se ha hablado largo y tendido en la última semana, la propia serie se encarga de recordarlo.

En la charla que Tyrion tiene con Jon esperando su ejecución, el Lannister le recuerda cómo la vida de Daenerys se ha forjado a base de muertes y castigos a personas, pero que como eran “malvados” todos la acababan “aclamando”. Ella misma le dice a Jon que “no podemos ocultarnos tras la piedad. El mundo que necesitamos no se erigirá con hombres leales al mundo que tenemos”, indicando el final del capítulo. Es antes de ser apuñalada, tras echarle en cara a Jon que él también ha castigado a los que le han traicionado “aunque le partiera el corazón”, lo que le da pie al Stark para acabar con su vida.

Muere sin llegar a sentarse en el Trono de Hierro que tanto ansiaba, que poco después acaba fundido por el fuego de su propio dragón, y puede entenderse que su cadáver vuela entre las garras de Drogon hasta la tierra que la vio crecer junto a él. Ambos vuelven a su origen.

De hecho, para algunos fans ese final de Daenerys ya fue “profetizado” en otro capítulo muy anterior de la serie. Cuando la Madre de dragones está en La casa de los Eternos y ve visiones, puede verse en el salón del Trono de Hierro. Inmediatamente, la siguiente visión la sitúa junto a Kahl Drogo y su hijo. Para muchos era un augurio de que cuando llegase al trono, acabaría reuniéndose con sus muertos.

· Drogon:

El más “humano” del final de Juego de Tronos acabó siendo... el único que no es humano. Drogon, el último dragón vivo de Daenerys, parece terminar tan asqueado por los que le rodean que se marcha del lugar sin querer saber nada de ellos.

Hasta el final siempre fiel a su “madre”, incluso cuando ésta le ordena arrasar Desembarco del Rey en el 8x05, tras lo que la escolta a las puertas de la Fortaleza Roja controlando quién pasa a verla. Concede el paso a Jon porque también ha acabado confiando en él, y cuando siente que algo le pasa a Daenerys aparece en escena.

En el momento más emotivo del último episodio, primero intenta despertarla, y cuando se da cuenta de que está muerta, grita de dolor por la pérdida. Y pese a la rabia de tener delante al asesino de su “madre”, demuestra ser más reflexivo que cualquiera de los humanos que la rodean y lo que carboniza es el Trono de Hierro, la causa de todos sus males. Luego, tras mirar a Jon como comprendiendo lo que ha hecho, simplemente agarra el cadáver de Daenerys y alza el vuelo, por primera vez con libertad y dejando atrás las guerras de los humanos.

· Jon Nieve/Stark/Targaryen:

Aunque su importancia en toda la trama de la serie es innegable, el final le hace quedar como una simple mano ejecutora. En el penúltimo capítulo no pudo detener la masacre desatada por Daenerys, y en el último le es leal hasta que habla con Tyrion, y hasta que habla con la propia Reina.

Jon parece estar “teledirigido” primero por Daenerys, y luego por Tyrion. Así se explica que, pese al amor que le profesa a la Madre de dragones, sea capaz de “engañarla” para aprovechar un beso y apuñalarla, pese a estar solos.

Su destino, aunque aceptado por él e idealizado por la serie ya que vuelve a “su Norte”, con “sus salvajes” y junto a sus amigos Tormund y Fantasma, es claro. El heredero legítimo del Trono de Hierro también acaba como empezó su historia: desterrado y condenado a la cadena perpetua de servicio en la Guardia de la Noche, aunque él prefiere ir más allá del Muro junto a los hombres libres. Y todo, tras hacer caso a Tyrion.

· Tyrion Lannister:

Puede ser el gran vencedor del capítulo y de la serie. Arranca ganándose su sentencia de muerte tras enfrentarse a Daenerys y desafiarla tirando su emblema de Mano de la Reina, y luego convence a Jon de cuál era “su destino”, que él mismo le marca en realidad. Termina volviendo a ser la Mano del Rey y disfrutando de las comodidades de la ciudad y del poder.

Repetimos, Daenerys le dijo a Jon que “el mundo que necesitamos no se erigirá con hombres leales al mundo que tenemos”. Y por eso la Madre de dragones defendía que “no podemos ocultarnos tras la piedad”. ¿Cuál es el último plano de Tyrion? Sentado en la mesa del Consejo, al frente de ella como Mano del Rey, junto a nuevos amigos decidiendo cómo gobernar los (ahora) Seis Reinos. Lo mismo que ya había hecho en su etapa Lannister.

· Bronn, Davos, Sam y Brienne:

Esos “nuevos amigos” son Bronn, Davos, Sam y Brienne. El primero, que durante toda la serie ha demostrado regirse por el color del dinero. Los otros tres, al contrario, posiblemente los personajes con más valores morales y escrúpulos de la ficción.

Las diferencias se olvidan y ahora todos ellos “son iguales”. Parecen comprometidos a lograr un nuevo reinado más justo y por el bien de los ciudadanos, pero lo cierto es que de momento lo que han hecho ha sido ascender en el escalafón del poder con distintos nombramientos, y discutir animadamente cómo regir los destinos de todas sus posesiones. Tras luchar contra el poder, ahora ellos son el poder. Y de momento actúan igual que los que estaban, aunque con “promesas electorales” dirigidas al pueblo. Tampoco se queja Podrick, nuevo guardia personal del Rey.

· Bran Stark:

Estaba en muchas quinielas para ser el poseedor final del Trono de Hierro, y al final acertaron en parte. Su elección como Rey, aunque no puede sentarse en ese Trono al acabar fundido, sirve a la serie como alegoría de lo que han supuesto estas ocho temporadas.

Hay tres momentos de diálogo muy destacados en el último capítulo: Tyrion y Jon, Jon y Daenerys, y Tyrion ante los Señores. Y es en este última, en el que acaba siendo coronado Bran, cuando el Lannister dice: “No hay nada más fuerte que una buena historia”. Juego de Tronos parece querer indicar que lo importante es el camino, y no el destino. Y de hecho, la decisión final de Bran es acorde a esa máxima.

El Cuervo de Tres Ojos había dicho repetidas veces que ni ansiaba ni quería el poder. Pero cuando Tyrion le pregunta si aceptaría ser coronado, no sólo no duda en aceptar sino que además da a entender que lo tenía previsto. Si despectivamente se dice que los políticos “son todos iguales”, que cuando alcanzan el poder actúan de la misma manera, puede aplicarse tanto a Bran como a todos los Señores, que después de reírse abiertamente de Sam cuando este propone aplicar un sistema de democracia, aceptan que se mantenga el mismo ordenamiento.

Sí, de ahí en adelante los nuevos Reyes serán nombrados por los Señores. Obviamente, una condición aceptada por todos ellos para mantener sus posiciones de privilegio y sin dejar que el pueblo intervenga. ¿Qué cambia entonces realmente?

· Sansa Stark:

De pequeña quería ser una gran señora, y tras una vida más que difícil marcada por los malos tratos, las violaciones, infravalorarla y destruirla en casi todos los sentidos... lo consigue. Sansa quería ser Reina, y aunque no lo es de los Siete Reinos (como parece desear cuando se nombra a su hermano Bran), se reserva el suyo propio.

Su último plano es el de ella siendo coronada como Reina en el Norte, un reino independiente fuera de Los Siete Reinos que gobernará Bran, algo que logra tras plantarse durante el nombramiento y reclamar su parte del pastel. Tampoco ella se opone al nuevo ordenamiento. Es más, lo apoya e incluso sonríe ridiculizando la propuesta de democracia que lanza Sam.

· Arya Stark:

Las aventuras nunca se acaban para la pequeña de los Stark, y hasta el último momento demuestra un carácter sigiloso y sorprendente. Así es como sus hermanos, sobre todo su hermana Sansa, se entera de que no irá con ella a Invernalia para ejercer como Señora en el Norte. Ella ya había dicho durante la serie que no era ni quería ser una Señora, y esta misma temporada rechazó la petición de matrimonio de Gendry diciéndole: “No soy una dama. Nunca lo he sido. No soy así”.

Si en el principio de la serie la vida de Arya está unida a las agujas de costura, porque su familia intenta convertirla en lo que ella no quiere ser, al final de la ficción también liga su destino a otra Aguja: su espada. Los últimos planos de Arya son para mostrar cómo prepara sus cosas y se sube a un barco, con bandera de los Stark, para lanzarse a explorar lo desconocido. (Ojalá de ahí salga un spin-off, señores de HBO).

Juego de Tronos acaba estableciendo un nuevo Reino, sí. ¿Pero cambia algo respecto a lo anterior? ¿Es ahora el pueblo más “libre”, como perseguía Daenerys?

En su capítulo final, la serie simplemente acaba de centrar el disparo que ya había apuntado en toda esta octava temporada. Y termina haciendo blanco: 'Juego de Tronos' no es una historia por la liberación del pueblo, sino que desde el principio era una guerra para que unos u otros alcanzasen el poder.

Y cuando llegan al poder, por una vía u otra (pero siempre con sangre), se lo reparten y se establecen para pasar a ser ellos los que mandan. Juego de Tronos simplemente ha sido consecuente con lo que propuso en un principio. Otra cosa es que guste o no.

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