Crítica Vertele

¿Cómo lo ves?: Lo que se esperaba de Herrera y lo decepcionante de TVE

Carlos Herrera

Paula Hergar

Hoy se ha estrenado en TVE '¿Cómo lo ves?, la nueva apuesta de la cadena pública con Carlos Herrera como conductor.

Un espacio de debate que pretendía hacer una radiografía de nuestro país a partir de preguntas lanzadas desde plató y respondidas por los espectadores en una app.

Pero en el programa casi ni hubo debate, ni interacción por problemas técnicos - según el presentador “100 mil millones de personas” estaban participando -, ni una búsqueda real de conclusiones interesantes.

A su favor jugó el directo, que permitió hacer algunas alusiones a temas de actualidad, y la participación de Pepe Navarro, Nuria Roca, César Cadaval, Isabel Gemio, Santiago Segura y Carmen Lomana que aportaron sus variopintos puntos de vista.

Pero si, como en el programa, tuviéramos que responder a la pregunta de si nos ha convencido '¿Cómo lo ves?' la respuesta sería “no”, por los siguientes motivos:

Una app que refleja la idiosincrasia de un país... pero no por sus respuestas

Para poder vivir el estreno de '¿Cómo lo ves?' desde todas sus vertientes, unas horas antes nos descargamos la app que, según la descripción, nos muestra de “qué pie cojeamos y, casi sin darnos cuenta, tenemos una imagen del país”.

Y lo hace proponiendo preguntas tales como: “¿Qué canción mandaría a su pareja para romper con ella?, ”¿qué ruido que no sea el despertador te molesta más que te despierte?“, ¿cuándo fue la última vez que te pesaste? y ”¿qué frase cotidiana le irrita de su pareja?“, son algunos ejemplos.

Sin duda, cuestiones fundamentales para perfilar la idiosincrasia de nuestro país. Pero la intención del programa - “queremos saber lo que piensa usted, piense lo que piense”, que decía la promo- queda cuestionada al obligar al espectador a escoger solo entre 4 respuestas:

¿Y si mi pareja no dice ninguna de estas frases?, ¿no deberían dejarnos incluir nuevas propuestas a sus opciones? Quizá esta simple limitación, de la que más tarde se quejaron los colaboradores, sí que refleja mejor al país que las contestaciones de los participantes...

Opiniones poco profundas y ninguna “modern family”

Herrera arrancaba el programa lanzando dos preguntas: “¿Qué emoción experimenta al ver la bandera de España?” y “¿qué cree que hará Puigdemont ante la respuesta de Gobierno y parte de la oposición poniendo en marcha el Artículo 155?”. Esta última usándola como cebo, sin desvelar lo que opinaba el público hasta el final y sin catalanes en la mesa.

Entre una y otra, los temas fueron tan dispares como surrealistas, pasando de hablar de la política en los clubes de futbol, a las cacas de perro, las infidelidades u orinar en las calles.

Sobre este último tema, el presentador llegó a preguntar a las invitadas si con “el dedo separando la gomilla de la ropa interior, es elegante orinar con las piernas abiertas”. Palabras que ruborizaban a Gemio mientras le pedía que cambiara de tema.

Y es que, la complicidad entre los tertulianos y su poca información sobre tal disparidad de temas hizo que no se generara debate alguno. Que cada uno expusiera su pequeña aportación intentando no herir sensibilidades e imposibilitando una reflexión profunda por parte del espectador.

Tampoco fueron de gran relevancia las opiniones de las familias escogidas: una pareja de jubilados que “discuten mucho pero no hay duda de que se quieren”. Dos gemelas de Pamplona que Herrera presentó como “¡vaya par de gemelas, y nunca mejor dicho”. Y una pareja de Valencia que el programa describía como “familia modelo” después de escuchar decir a la mujer que dejó su trabajo para “ser mamá, tener hijos y dedicarme a mi casa”.

Vamos, como era de esperar en nuestra actual televisión pública, no tuvo cabida ninguna “modern family”. De hecho, el presentador se ocupó de recalcar lo que es “normal”: “Cuando un hombre es infiel normalmente lo es con una mujer”... cuántas veces no habrá sido así.

Lo que se esperaba de Herrera y lo decepcionante de TVE

El papel de Carlos Herrera no dejó indiferente a nadie, como es habitual. Él fue el protagonista absoluto, y aunque en la app del programa prometen que el presentador busca “tu opinión, no darte la suya”, él se esforzó en dejar claro cuál era su posición en cada uno de los temas:

Cuando Santiago Segura no supo responder a lo que sentía frente a la bandera española, este corría a ayudarlo: “Espera que lo voto yo: 'orgullo'”. Sobre qué otra ciudad podría ser capital de España, aunque Toledo no estaba en las opciones, el conductor aseguraba que era “la capital ideal, más imperial imposible”.

Y así con cada uno de los asuntos tratados. Pero es que Herrera no decepcionó, esa es su esencia y por ello lo habrán contratado.

Lo que decepcionó fue que TVE malgastara un espacio de debate para llenarlo de comentarios vacíos. Una oportunidad de interactividad con su público, sin dar importancia a sus respuestas. Seguir sin dar cabida a otros perfiles más allá de sus “familias modelos”. Priorizar temas como “escupir en la calle”, antes que aprovechar el directo para tratar asuntos de actualidad graves como los incendios en Galicia.

Todo ello daría para cambiar la pregunta de la semana que viene y en vez de cuestionarnos si Herrera debería afeitarse el bigote, lanzar la siguiente:

“¿Sentimos orgullo de nuestra TV pública?”

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