Y Simon Cowell voló

Hace un par de semanas Simon Cowell decía que afortunadamente la gente seguía entusiasmada con los concursos de talentos. (Se ve que no seguía OT). Y lo decía por el interés que había en torno a su aventura americana.

El proyecto de X Factor saltaba hace unos meses de Reino Unido a Estados Unidos y poco a poco tomaba forma. Se sabe ya que se estrenará en FOX en otoño y que el ganador del concurso se llevará un más que suculento contrato discográfico de 3.6 millones de euros. También se sabe que el propio Cowell, creador del formato, formará parte del jurado. Y en un par de semanas como mucho se espera que se confirme el resto de jueces, en el que podría estar la musa de los ingleses, y jurado también en la versión británica del concurso, Cheryl Cole.

Todo pinta bien para el gurú musical... pero no para ITV, la cadena que emite el programa en Reino Unido. El porqué está en las noticias que aseguran que Cowell no tiene pensado ser jurado en la próxima edición británica porque la prioridad en su agenda ahora es USA. No quiere que peligre su costosa apuesta, ni que su principal rival, Simon Fuller, le doblegue con su ya consolidado American Idol.

¿Y qué ha hecho entonces ITV? Sobre todo temblar. Cowell es el verdadero carisma del programa y sin él, el buque insignia del canal naufragaría. Ycon él se irían a pique los 14 millones de espectadores que tuvo de media la última edición y los más de 30 millones de euros que ingresaron por publicidad.

Por eso la única salida es conservar a Cowell. “El dinero manda”, dicen en la cadena, mientras piensan ya en cuánto aumentar el actual caché del productor, de 6 millones de euros al año.

¿Y qué pasará con Cheryl Cole? Aunque ella no está aún confirmada como jurado en América todo el mundolo da por hecho, por lo que estaría en la misma situación de Cowell. Sería una pérdida también importante – cuando ella se incorporó al jurado el programa incrementó en dos millones sus espectadores – pero algo más asumible.

Ante este panorama, ITV ya se está moviendo para comprar por 9.5 millones de euros a FOX los derechos de emisión del X Factor USA, con la idea de emitirlo en el prime-time británico. Qué abundancia de talento.

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