¿Por qué silencia Telecinco la enésima crisis sentimental de Belén Esteban?

¿Por qué Telecinco silencia hasta el momento la situación sentimental de su colaboradora estrella? Se ha filtrado que Belén Esteban y su marido atraviesan por su enésima crisis, hasta el punto de que Fran lleva tiempo durmiendo en casa de amigo.

Parece que ahora, que es verdad, nadie se lo cree. Sin embargo, en el programa que co-presenta la ‘princesa del pueblo’ no han utilizado esta vez el nuevo “drama personal” de la de Paracuellos, tal y como ha ocurrido en innumerables ocasiones. De hecho, problemas de esta pareja, han sido expuestos en sonados “belenazos”, en prime time, generalmente en momentos estratégicamente muy interesantes, en lo que a contraprogramación se refiere.

No están claras las razones de este “silencio belenático”. Fuentes muy cercanas a Fran Álvarez nos explican que el ex camarero no atraviesa por su mejor momento: le despidieron del bar de su familia y económicamente anda tocado, vamos, que siente la crisis mucho más que su esposa. De hecho, cuentan que en un apasionado encuentro que vivieron hace poco (una cosa es que prácticamente vivan en casas distintas y otra que no ejerzan de matrimonio en algún momento de necesidad mutua) él tuvo que pedirle a ella unos cientos de euros.

Fran busca financiación en los medios, pero parece que hasta ahora no hay televisión ni revista que pague lo que él pide por ir a contar de viva voz lo que aquí adelantamos. La cantidad, en euros, alcanza las cinco cifras. Pero los tiempos no están para tirarlo y además la reiteración de las rupturas y reconciliaciones entre la colaboradora de Sálvame y su marido ha rebajado mucho la credibilidad del asunto y el interés. Por tanto, se negocia a la baja.

También hay que recordar que ésta sería su segunda intervención en televisión, después de la que protagonizó en octubre de 2010, para pedir perdón públicamente a Belén Esteban (23.3% de share y 2.995.000 espectadores), y que se supone que realizó a coste cero, cuando “en otra cadena le ofrecían 500.000 euros”, según dijo entonces Jorge Javier Vázquez.

Por otra parte, en el mercado audiovisual (las revistas representan otra ventana comercial) Telecinco actúa casi en régimen de monopolio en los asuntos del corazón: Fran lo tiene difícil para irse, por ejemplo, a Antena 3 y buscar contraofertas. En Mediaset lo saben y por tanto imponen los precios. Incluso dentro de la propia cadena, la competencia que pudiera haber entre los distintos programas, o sea, entre las distintas productoras, no es tan fuerte desde que hubo que amputar Enemigos Íntimos de la parrilla, para que no se gangrenara la cadena, tras la crisis de La Noria y la Madre del Cuco.

Antes, Mandarina (Vuélveme Loca, Qué Tiempo Tan Feliz, Piratas) podía contratar (aunque con cachés bajos) algunos personajes que no querían ir a programas de La Fábrica de la Tele

Vuélveme Loca, Qué Tiempo Tan Feliz, Piratas(Sálvame, de Luxe, La Noria Y hasta podíamos asistir con alguna frecuencia a piques gordos entre algunos colaboradores de un grupo o el otro. Incluso Vasile (Telecinco participa mayoritariamente en ambas empresas) tuvo que aguantar enfados como el de Belén Esteban e imponer toque de queda. Y Cuarzo (Ana Rosa Quintana) no parece estar para estos fregaos desde que no producen Dónde estás corazón.

Si el marido de Belén no puede ir a ninguna otra cadena y tampoco puede acudir a otra productora que no sea la que paga (y venera) a su mujer, éstos no sólo van a manejar la lista de precios sino que van a hacer lo mismo con los tiempos y los modos: cuándo y cómo va a intervenir Fran Álvarez será, si una revista no lo impide (y de momento no hay acuerdo) decisión de los jefes y compañeros de la princesa del pueblo. Y eso suponiendo que interese, porque a lo mejor ella veta esa intervención aunque venga… ¿regalá?

Esa es otra: Belén no está dispuesta a que Fran diga lo que le dé la gana en público. Pero, ¿qué se supone que va a contar este señor que valga tanto como cree él? ¿Que han roto? Eso ya ha pasado muchas veces. ¿Que está con otra? Eso ya ha pasado. ¿Que Belén le engaña? No parece (nunca se sabe). ¿Que no la aguanta más? Eso pasa en las mejores familias.

No sabemos qué contaría. Pero sí sabemos que Belén quiere controlar este asunto, y que si se finalmente Fran arrojara la bomba ella querrá modelar el impacto a su gusto y sacar tajada. Primero, para que no dañe su imagen (¡!). Segundo, para que ella pueda luego rentabilizar sus respuestas en diferentes medios y fechas. Y recibir así la mayor cantidad de dinero posible. (¿Quién no lo haría así?).

Belén (por sí misma o delegando) presiona en su trabajo y presiona a Fran. A él, al parecer, le tiene dicho (como ella acostumbra a decir en su programa) que cuidadín. Y le ha mirado fijamente, y ha sacado ese dedo índice que agita como todos sabemos, tal vez para indicar que ella sabe muchas cosas de su Fran que todavía no ha contado. ¿Tendrá este hombre algún vicio oculto, con lo sano que parece?

Aparte de todo esto, Telecinco podría estar aguardando antes de meterse en este tema a que pase del todo el remolino de los programas violentos, el que provocó que los anunciantes se ausentaran de La Noria. Además de los programas que cerraron, parece que hay una orden de que el corazón, irrenunciable por supuesto, deje por un tiempo momentos de lucha salvaje en pantalla. Y un dramón entre Fran y Belén, a saco, podría generar audiencia pero… ¿Y si se nos va de las manos y empiezan otra vez a marcharse los anunciantes?

De momento, en junio empieza el juicio de la Pantoja, a la que piden dos años y pico de cárcel y no sé cuántos millones de euros por blanqueo de capital. Pero parece que a Telecinco eso no le importa y en este caso la presunta Pantoja y su hijo van a blanquear su sonrisa con lo que sacarán dando las campanadas al final de este 2011. Seguro que para las campanadas de Telecinco ya tienen todos los spots vendidos, aunque la protagonista (junto a Julián Muñoz y Mayte Zaldívar) vaya a ser juzgada por un asuntillo relacionado con el dinero todo un pueblo… Las siguientes, si seguimos aquí, a lo mejor contratan a Urdangarin para que dé la campanada, del todo.