La ficción narra la forma que ha quedado el mundo tras un terremoto. Ahora, los coches en vez de funcionar con gasolina lo hacen con sangre humana. El último buen policía de Los Ángeles (Alan Ritchson) se unirá a una carrera de la muerte por el país, con la esperanza de sobrevivir gracias a la “femme fatale” Grace (Christina Ochoa)
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