“ANHQV”, Ramón García y Eddie Murphy se disputan la última noche del mes

María José Suárez y Carlos Castell, padrinos de “Grand Prix” TVE ofrece hoy en prime time la undécima entrega del concurso del verano de La Primera, con dos nuevos pueblos en competición: la localidad asturiana de Corvera, amadrinada por la ex Miss España y presentadora María José Suárez, y el municipio castellonense de El Toro, apadrinado por actor y presentador de televisión, Carlos Castell. Ramón García, presentador habitual del concurso del verano de La Primera, estará ayudado por María Rodríguez y Vanesa Rubio, que explicarán los juegos a los equipos concursantes. Las localidades en competición serán, en esta ocasión, Corvera (Asturias) que concursará de azul, y El Toro (Castellón) de amarillo. Ambos equipos estarán acompañados por sus respectivos alcaldes, Luis Berlarmino Moro y Ana María Orduña, así como por algunos de sus vecinos, que han acudido a los Estudios Buñuel de TVE, para apoyar a los concursantes. Como siempre, los alcaldes de ambos municipios serán decisivos en la prueba final, “El diccionario”, donde tendrán que adivinar qué preguntas son falsas y cuáles verdaderas. Los pueblos concursantes se esforzarán en conseguir la máxima puntuación para poder participar en la Gran Final. El ganador recibirá 40.000 euros, y el segundo clasificado, 15.000. Corvera y El Toro tendrán que enfrentarse en el juego con vaquilla “Los Trogloditas”; en “Los troncos locos” y “La patata caliente”; en el juego con gymkhana “Maratón”; en “Baloncesto en pañales”; en las pruebas “Los tomatazos” y “Manos musicales”; o en las pruebas fijas del programa como “Los Bolos”, entre otros. Además, los concursantes participarán en la prueba de fuerza y habilidad que recoge la tradición de los pueblos españoles, “La cucaña”, un mástil por el que los concursantes deberán ascender hasta conseguir el jamón que les espera arriba. “Érase un desalojo” y “Érase una parabólica”, en “Aquí no hay quien viva” Antena 3 repone hoy en prime time los episodios de “Aquí no hay quien viva” titulados “Érase un desalojo” y “Érase una parabólica”. En el primero, la fachada del edificio aparece una mañana pintada con grafitis firmados por un tal Tornado. La policía sorprende al autor que no es otro que José Miguel. Una asistente social recomienda a Juan Cuesta que pase más tiempo con su hijo y él decide dejar la presidencia de la comunidad para dedicarse de lleno a la familia. Vicenta pasa a ser presidenta en funciones, y Andrés consigue convencerla a ella, a Marisa y a Concha para realizar varios estropicios en la comunidad y contratar a unos chapuzas conocidos para realizar los arreglos a cambio de una comisión y engañar así al seguro. Tras el fracaso del restaurante, Lucía está deprimida y se encierra en casa a comer helados. Roberto intenta, entonces, la reconciliación. A Bea la despiden de la clínica veterinaria por estar embarazada. Mauri comienza una cruzada a favor de los derechos de las embarazadas, pero en medio se cruza Rosa, la abogada de la clínica, que también resultará ser lesbiana. Alicia conoce al padre de Carlos y le gusta, así que deja a Carlos que otra vez se vuelca en Lucía. En el segundo capítulo, Lucía ha instalado, sin consultar con la comunidad, una antena parabólica en su balcón. El hecho provoca la indignación y envidia de Paloma que intenta desviar la dirección de la antena para que no tengan señal. Juan Cuesta convoca una junta de vecinos para tratar del tema y será Belén, como nueva portera del edificio, la que ocupe el puesto de Emilio. Emilio está muy agobiado con su trabajo de portero en una finca de lujo. Sufre el acoso de la presidenta y Mariano le dice que es mejor que le echen para que pueda cobrar indemnización. Bea quiere dar una segunda oportunidad a Ines, su ex pareja, mientras Mauri, loco por salir de marcha y hacer vida social para recuperarse de su ruptura con Fernando, no consigue concretar una cita con ninguno de sus viejos amigos. Eddie Murphy y Nick Nolte protagonizan “48 horas más” Telecinco emite hoy en prime time, dentro de su contenedor de cine “5 y acción”, el filme estadounidense de 1990, “48 horas más”, dirigido por Walter Hill y protagonizado por Eddie Murphy, Nick Nolte, Brion James y Kevin Tighe. Cuando un par de asesinos sin escrúpulos consigue huir de prisión, dejando tras de sí un horrible reguero de crímenes, al malhumorado detective Jack Cates no le queda otra opción que sacar al timador Reggie Hammond de la penitenciaría para que le ayude a encontrar a los criminales. Sin embargo sólo dispondrán de 48 horas antes de que Hammond deba regresar a la cárcel. Henry Fonda y Charles Laughton frente a frente El espacio cinematográfico “Cine de novela” emite hoy a las 22:40 horas en La 2, la película “Tempestad sobre Washington”, de Otto Preminger con Henry Fonda, Charles Laughton y Walter Pidgeon. Otto Preminger, director, productor y actor de cine y teatro vienés –nacionalizado estadounidense-, contó para esta producción de 1962 con el guión de Wendell Mayes (“Anatomía de un asesinato”, “The Revengers”, “La aventura del Poseidón”) y la fotografía de Sam Leavitt (“Adivina quien viene esta noche”, “Mayor Dundee”, “El señor de Hawai”, “Anatomía de un asesinato”). Washington se despierta sorprendida por los titulares de la prensa: el Presidente ha designado a Robert Leffingwell (Henry Fonda) como Secretario de Estado. Leffingwell no es un personaje que atraiga muchas simpatías, por lo que las protestas no se hacen esperar. El Senador y Portavoz de la Mayoría del Senado, Bob Munson (Walter Pidgeon) recuerda al Presidente que Leffingwell es un intelectual controvertido con numerosos enemigos en el Congreso. Sin embargo, este nombramiento hace que los detractores al Presidente tengan una baza para desautorizarlo. Entre estos, destaca el Senador Seabright Cooley (Charles Laugton). Los detractores y partidarios de Leffingwell se enzarzan en una batalla en la que la ambición para obtener mejores puestos es el objetivo común de todos. Para lograrlo, unos y otros se valdrán del chantaje, las calumnias, las más variadas acusaciones y toda serie de acciones para derrocar o mantener, según conveniencia propia, a Leffingwell en su puesto.