Carlos Sobera muestra su lado más solidario

Del 23 de abril al 5 de mayo, Carlos Sobera, acompañado de personal de World Vision España, viajó a las zonas más apartadas de Bolivia y Guatemala para vivir en primera persona la dura realidad de la pobreza de las comunidades indígenas de estos países latinoamericanos y comprobar los avances del trabajo de la ONG a la que apoya desde hace 3 años.

Carlos Sobera viaja a las zonas más olvidadas de Bolivia

La primera semana, Carlos Sobera y su pareja, Patricia Santamarina, se trasladaron al suroeste del departamento de Santa Cruz, en la frontera con Paraguay y Argentina para vivir con las comunidades guaraníes las dificultades que tienen para conseguir agua – lo que significa para ellos perder sus cosechas y fuentes de alimentos- y ver de cerca las consecuencias del Mal de Chagas, una enfermedad sin cura que afecta al 80% de la población de la zona.

Pobreza en medio de un territorio rico en petróleo

El 24 de abril, después de un largo viaje por caminos sin asfaltar, Carlos llegó a Villamontes, una zona olvidada y muy alejada de los centros urbanos del país en la que los campesinos-indígenas de la etnia guaraní (la tercera más numerosa después de los aymaras y quechuas) viven en condiciones de pobreza extrema que se agrava con las constantes sequías.

En su recorrido, Carlos visitó varios caseríos y conversó con hombres y mujeres sobre la difícil realidad que afrontan debido a la falta de agua potable y la dificultad que tienen para conseguir cualquier ingreso económico.

Durante su estancia, los pobladores del lugar le mostraron lo que ellos denominan “atajados”: Lagunas artificiales en las que acumulan la poco agua de lluvia que tienen al año y que utilizan para beber y cocinar. Aunque estos “atajados” proveen de agua, son a su vez focos de enfermedades e infecciones porque no tienen ninguna garantía higiénica y porque de allí beben todo tipo de animales.

Carlos se mostró consternado ante la paradoja de ver que estas comunidades, que tienen graves dificultades para conseguir alimentos y agua, viven en una zona rica en petróleo y gas, que aunque es explotado, sus beneficios nunca llega a los campesinos.

Cara a cara con el Chagas

“Aquí hay vinchucas, yo las he visto, por aquí vi una hace poco”, le explica una mujer guaraní con una tranquilidad pasmosa a Carlos mientras recorren su casa. Las “Vinchucas” son los insectos que transmiten el parásito que produce el Mal de Chagas, una enfermedad mortal que afecta a más de un millón de personas en Bolivia y que en esa zona tiene una incidencia del 80%.

El Mal de Chagas es uno de los peores flagelos de América Latina y una de las enfermedades olvidadas del mundo porque sólo afecta a las zonas más pobres de esta región. Se produce después de la picadura de los insectos, que anidan en las rendijas y comisuras de casas hechas de materiales como arcilla y palo.

Una de las últimas visitas que realizó Carlos Sobera durante el viaje a Bolivia, fue a la escuela de la zona: una edificación hecha de palos y paja en las que niños de todos los grupos reciben clases en la misma aula porque no hay más espacio disponible. Este improvisado centro educativo recibe niños de lugares distantes.

Desde España, podemos ayudar a estas comunidades

World Vision comenzará pronto un programa de desarrollo sostenible con estas comunidades guaraníes, a través del apadrinamiento de niños. El objetivo es mejorar sus condiciones de vida para que puedan obtener agua potable, mejoren sus cultivos, tengan acceso a los servicios de salud y educación y reducir la probabilidad de contraer el Mal de Chagas.

Guatemala: Reencuentro con su niña apadrinada

La segunda semana del viaje, Carlos llega a Guatemala, este es su segundo viaje al país centroamericano y en esta oportunidad va a comprobar los cambios que el trabajo de la ONG ha realizado gracias al apoyo de los españoles, que como él, apadrinan niños de este país.

En Guatemala, Carlos se reencuentra con Blanca, la niña de 10 años que apadrinó en su primer viaje y con la que mantiene un contacto permanente a través de cartas.

Visita a las comunidades Kaqchiquel

Los primero días, Carlos visita las comunidades rurales de San Juan de Sacatepéquez, una zona de mayoría indígena Kaqchiquel, donde la población conservan sus tradiciones y su lengua autóctona, pero debido por la continúa exclusión y discriminación, han pasado a constituir una de las poblaciones más pobres del país.

Carlos fue invitado a un acto cultural en la escuela, donde pudo comprobar que todos los niños en edad escolar pueden asistir a clase, que durante los primeros años la educación es bilingüe (Kaqchiquel y castellano) para facilitar el aprendizaje de los niños.

Además, visitó las casas de varias familias para conocer los proyectos de micro créditos para fabricación y venta de textiles, cultivo de rosas y mejoras de las infraestructuras de las casas.

Carlos llega a Malacatán, en la frontera con México

El segundo día en Guatemala, y después de 5 horas de viaje por caminos sin asfaltar, Carlos llega al municipio de Malacatán, en la frontera con México, para visitar comunidades campesinas de origen indígena Man, que durante décadas dependieron de la recolección del café para su subsistencia y que después de la crisis de este producto vieron como sus condiciones económicas empeoraban.

Carlos visitó por primera vez estas comunidades hace 3 años, antes de que comenzaran los programas de desarrollo de World Vision. En este segundo viaje su objetivo era comprobar cómo había mejorado la calidad de vida de las familias gracias al apoyo de los padrinos españoles.

En Malacatán Carlos visitó familias que cuentan con huertas de hortalizas y estanques para la cría de peces y caracoles, compartió una tarde con las profesoras y las alumnas del taller de costura y visitó una granja demostrativa en la que se le enseña a los campesinos cómo mejorar sus técnicas agrícolas, entre otras actividades.

Reencuentro con Blanca

Ver de nuevo a Blanca y a su familia fue una de las razones que motivo el viaje de Carlos a Latinoamérica. El momento de su encuentro con ella fue uno de los más emotivos del viaje.

En la parte más empinada de la montaña, Blanca espera a Carlos que llega ansioso después de un largo trayecto en coche y de caminar unos metros.

El cansancio de un viaje agotador se borra en el momento que se reencuentra con Blanca y todo lo que ella significa. Aún es temprano y los niños están en clase, así que Carlos entra al aula y recibe con Blanca y sus compañeros una clase de geometría.

En la comunidad de Blanca Carlos pudo constatar que, gracias a la ayuda de los padrinos españoles, la escuela da cobertura al 100% de los niños en edad escolar de la zona; conoció la recién inaugurada cocina escolar que sirve para que las madres preparen un nutritivo “refrigerio” para los niños todos los días (lo que asegura que los niños tienen al menos una comida asegurada) y comió con los padres de Blanca, que se mostraron contentos de poder enseñar la casa que habían recibido como parte del proyecto de rehabilitación de viviendas para familias afectadas por el huracán Stan, que ha puesto en marcha World Vision.

Comunidades que necesitan la ayuda de nuevos padrinos españoles

Para finalizar el viaje en Guatemala, Carlos recorrió las comunidades del Rodeo donde World Vision España comenzará programas de desarrollo a través de la ayuda de los padrinos españoles. Allí, pudo constatar el nivel de pobreza de las familias que sobreviven con menos de 30 quetzales (3 euros) al día, para acceder a un servicio de salud tienen que desplazarse más de 10 kilómetros y no pueden matricular a todos sus hijos en la escuela por falta de recursos económicos.

MÁS INFORMACIÓN SOBRE WORLD VISION: http://www.worldvision.es/

Etiquetas
stats