Entrevista

“Creo que yo no pasaría de la tercera pregunta del Millonario”

Antonio Garrido conduce en Antena 3 el concurso “¿Quién quiere ser millonario”, que mañana presenta su último programa de la temporada antes de tomarse vacaciones.

Desde el próximo lunes, el horario del concurso que produce Martingala TV será ocupado durante la época estival por “El Diario”, que ampliará su horario y pasará a emitirse de 19 a 21 horas.

“Tenía mucho respeto y un poco de vértigo por presentar un programa como ”El Millonario“, que es un clásico de la televisión”, comenta Garrido en esta entrevista concedida a Antena 3.

¿Cómo se sintió por haber sido el elegido para presentar este concurso?

Muy contento, feliz y me alegro muchísimo que hayan confiado en mí para este proyecto, les estoy muy agradecido. Tenía mucho respeto y un poco de vértigo por presentar un programa como “El Millonario”, que es un clásico de la televisión.

¿Qué ha supuesto para usted este reto?

Una oportunidad importante, porque puedo presentar uno de los concursos que más gente ha visto en el mundo y eso es muy importante. Lo asumo con mucha humildad, pero también con ganas porque me gustan los retos y jugármela un poco, así la vida es más divertida. Con respeto, cautela pero a por ello.

¿Cómo se sintió haciendo doblete en Antena 3?

Yo siempre digo que descansar es cambiar de actividad. La serie estaba grabada y no tenía que compaginarla con el programa. Si hubiera que tenido que compaginarlas habría sacado tiempo de donde no lo hay y dejando una foto en casa para que mi mujer se acordara de mí (risas).

Qué vestuario prefiere, ¿el del concurso o el de la serie?

El de ‘¿Quién quiere ser millonario?’ sin lugar a dudas (risas). Del vestuario de ‘La chica de ayer’ me sorprendía, por ejemplo, los tejidos, porque ahora los pantalones no pican, pero antes sí. Con los zapatos de la serie pasamos mucho frío este invierno grabando la serie, porque ahora estamos acostumbrados a llevar suelas de goma, zapatillas... en aquella época si te querías poner un zapato abrigado tenías que llevar un muerto (risas).

¿Hasta qué pregunta cree que hubiera llegado Gallardo en el concurso?

Creo que llegaría lejos y podría llevarse fácilmente 75.000 euros que es el premio de la novena pregunta porque Gallardo, pese a que es bastante bruto es un tío listo, inteligente y culto. Lo que pasa es que es listo de calle y de tonto no tiene un pelo.

¿A quién cree que llamaría con el comodín de la llamada?

Yo creo que llamaría a Samuel porque se ha dado cuenta de que sabe mucho.

¿Y hasta qué pregunta cree que llegaría usted?

¿Yo? A la tercera y punto (risas). Creo que los concursantes de ‘¿Quién quiere ser millonario?’ deben tener una cultura bárbara y saber mucho.

¿Con qué pregunta cree que no fallaría nunca?

Con preguntas sobre Sevilla, aunque yo no se mucho de nada.

¿Se imaginó alguna vez sentado en la silla del “Millonario”?

Yo nunca pensé que presentaría ‘¿Quién quiere ser millonario?’, nunca. Me encantaba, lo veía y flipaba, pero nunca me lo plantee ni pensé “a ver si algún día lo presento”. Pero la vida es así y de buenas a primeras te sorprende con cosas, porque la vida es eso que pasa cuando estás haciendo planes.

¿Ha visto ‘Slamdug Millionaire’?

Sí, y me pareció una 'pedazo' película y me alegra mucho lo que le pasa al chaval al final, pero el presentador no tiene nada que ver conmigo (risas). En todas las pelis siempre tiene que existir un malo, pero aquí no.

No levanta la ceja como Sobera pero ¿cuál es su gesto más característico?

Sabes que pasa, cuando Carlos Sobera empezó a hacer el concurso no era consciente de que iba a pasar a la historia por ser el presentador que movía una ceja, supongo... porque él lo que hacía era presentar con la mayor naturalidad posible, que es lo que yo intento, pero cada uno tenemos nuestros gestos y el del pelo es uno de ellos.

¿Cree que con la crisis la gente se anima más a participar en los concursos?

Antes los concursantes venían para sacarse un dinero para comprarse un coche, para hacer un viaje... Ahora vienen con un elemento más en juego, el emocional, porque ahora lo que quieren es pagar la casa, llegar a fin de mes, pagarle el profesor de Inglés a los niños... Antes el premio era un poco más caprichoso y ahora es mucho más necesario.

¿A quién le gustaría tener enfrente y hacerle las doce preguntas?

Me gustaría ver cómo reacciona a algún jefe máximo de un banco mundial, que son los que de verdad mueven el mundo y manejan el dinero. Y ya me encargaría yo para que no acertara ninguna pregunta (risas).

También me gustaría tener delante a gente que se parte la cara por conseguir algo por lo demás (ONG’s, misioneros...), y ya me encargaría yo de que acertaran todo para que se llevaran el premio más grande.

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