TV Internacional

El “Gran Hermano” alemán se renueva fomentando la lucha de clases

La cadena alemana RTL 2 se enfrentaba a un gran reto con el estreno, el pasado 31 de marzo, de la cuarta edición de Big Brother: reconquistar a una audiencia que ya había dado preocupantes síntomas de desgaste en las últimas temporadas. El público germano se hacía la misma pregunta que se ha hecho el de todos los países en los que el formato de Endemol ha visto más de una entrega: “¿qué interés puede tener volver a ver a un grupo de desconocidos encerrados en cuatro paredes sin hacer nada?” Para conseguir atraer de nuevo a la audiencia, los responsables de Big Brother en Alemania han recurrido a una fórmula clásica y de probada eficacia en el negocio del entretenimiento: el conflicto. Según informa la publicación electrónica Intrinet, la cadena RTL le ha dado un giro de tuerca al formato original introduciendo cambios importantes en las normas del concurso. Además de las fomentar las actividades en la casa que amenizan los 3 meses de encierro –como también hizo Zeppelin en las últimas ediciones de la versión española- la cadena ha potenciado al máximo el factor “competición”. ¿Cómo? Los habitantes de la casa se dividen ahora en dos grupos: los ricos y los pobres. Los primeros viven en una zona delimitada de la vivienda en la que disponen de todo tipo de lujo, comodidades y caprichos, mientras que los segundos se han de conformar con la otra parte de la casa, donde están obligados a “sobrevivir” en la más absoluta austeridad. La organización del programa ideará todo tipo de juegos y pruebas para que ambos grupos compitan entre sí. El equipo ganador podrá decidir en qué zona de la vivienda quiere vivir. Big Brother: The battle (Gran Hermano: la batalla) arrancó el pasado 31 de marzo en RTL y, tras un mes de recorrido, se puede afirmar que los cambios han tenido el efecto esperado en la audiencia. El reality show debutó con un 9,2% de cuota y logró situarse entre los 20 espacios más vistos de la televisión alemana. Los directivos de RTL están más que satisfechos con este resultado, ya que la media de la cadena en 2002 ha sido del 3,9%, y en febrero de este mismo año no pasaba del 4,2%. A lo largo de este primer mes, la audiencia no ha decaído y, además, el programa ha conseguido atraer especialmente al segmento de la población más joven -entre los 14 y 49 años-, el más deseado por los anunciantes alemanes.

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