Estudio

¡Horror, soy un teleadicto!

Después de estudiar los efectos que provoca en los espectadores un excesivo consumo televisivo, dos profesores de psicología han establecido, en el artículo “Adicción a la televisión” publicado en la revista Scientific American, seis criterios para identificar una posible dependencia a la “caja tonta”. Lee y contesta con sinceridad a cada una de las siguientes preguntas. Si tu respuesta es mayoritariamente “Sí”, puedes afirmar con total seguridad que tienes un problema de “teledependencia”. · ¿Pasas mucho tiempo en contacto con la “sustancia”?

· ¿La utilizas más de lo que te propones en un principio?

· ¿Piensas a menudo en reducir el consumo?

· ¿Haces repetidos y fallidos esfuerzos para reducir el consumo?

· ¿Renuncias a menudo a actividades importantes y compromisos sociales, familiares o laborales para utilizarla?

· ¿Tienes síntomas de dependencia o “mono” cuando dejas de utilizarla? Estos seis criterios son los mismos que utilizan los psiquiatras y psicólogos para determinar el nivel de dependencia de un individuo a otras sustancias, como el alcohol, tabaco o drogas. “Me llamo Ricardo y soy adicto a la televisión” Los autores del artículo -Robert Kubey, director del Center for Media Studies, y Mihaly Csikszentmihalyi, profesor de Psicología en la Universidad de Claremont, California- aseguran que la dependencia a la TV es comparable, en muchos sentidos, a la adicción a cualquier otra sustancia. “Cuando están tumbados en el sofá y pulsan el botón del mando a distancia, los espectadores declaran sentirse más relajados”, señalan los profesores. “Como la relajación ocurre rápidamente, la gente tiende a asociar el hecho de ver la televisión con el descanso y la liberación de tensión. Las drogas funcionan de una manera muy similar”. Después de una investigación, los profesores hacen una descripción de los efectos que produce un excesivo consumo de TV. Por ejemplo, la mayoría de encuestados coincide en que la televisión, de alguna manera, les absorbe la energía, dejándoles sin fuerza. Y añaden que tienen más dificultad para la concentración después de ver la televisión que antes. Según los cálculos de los autores del artículo, una persona que vea la televisión una media de 3 horas al día (como la mayoría de norteamericanos) y viva hasta los 75 años, habría empleado 9 años de su vida frente al televisor.

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