Formatos ficción EEUU

Mujeres enamoradas de mujeres

El mundo está cambiando. “Salir del armario” es algo normal entre hombres y empieza a serlo entre mujeres. Las palabras “bollera”, “tortillera” o “lesbiana” ya no tienen la carga profundamente despectiva que tenían en la época de la España más negra. En Estados Unidos, cuando la sociedad cambia, la televisión también cambia. Las malas lenguas aseguran que cuando Britney Spears y Madonna se besaron en la boca en televisión, sin que casi nadie se rasgara las vestiduras, sus compañías discográficas habían realizado un intenso estudio de mercado para llegar a la conclusión que la sociedad americana estaba madura para ello. Y si lo está para el beso de las cantantes, también para el estreno de una serie como “The L Word”. Mujeres ricas, guapas, jóvenes y lesbianas “The L Word” se estrenó en Estados Unidos el 18 de enero y a finales del mismo mes, once días después, Showtime ya había decidido su renovación tras haber cuadruplicado su rating en prime time. La primera temporada incluye 13 episodios, que se emiten semanalmente los domingos a las diez de la noche. La segunda empezará a rodarse en junio e incluye otros trece capítulos. Vidas cruzadas de mujeres “The L Word” cuenta historias de vidas cruzadas, al estilo de “Sex and the city”, que pasan en Los Ángeles, California. Entre las historias que se han narrado estos días está la de una joven escritora (Mia Kirshner, de “24”) que sin saberlo su novio está empezando un romance con otra mujer (Karina Lombard); la de una pareja comprometida (Jennifer Velas y Laurel Holloman) que se está planteando tener familia y están buscando un donante de esperma y la de otra joven, de profesión liberal, jugadora de tenis, (Erin Daniels) que aún no ha salido del armario aunque se siente muy atraída por las mujeres. La serie es revolucionaria porque cuenta la intensa vida sexual de una gran ciudad de los Estados Unidos en las que los hombres son irrelevantes. Pero “The L Word” no pretende ser una serie “gay”. No es una guía televisiva sobre la experiencia lesbiana y, a diferencia del programa “Queer as folk”, intenta no caer en los tópicos. Cuando dos de las protagonistas, Bette y Tina, empiezan a buscar un donante de semen para quedar embarazadas y formar una familia, no se utiliza el tono de reivindicación política sino que se acercan al humor propio de la comedia. Cuando el padre de Tina rechaza su actitud, “The L Word” no critica a la sociedad americana sino que refleja, simplemente, la actitud de su padre. Ver a chicas morrearse es normal en los institutos de EEUU según The Washington Post El estreno de “The L Word” fue saludado con normalidad en la prensa norteamericana. A pesar de la ola de puritanismo que invade el país, las cadenas de cable parecen tener una vida plácida para su programación trasgresora. El diario “The Washington Post” publicó un largo artículo en el que se refería al cambio de costumbres sexuales de los americanos. Afirmaba que ver a chicas “morrearse” es habitual en los institutos norteamericanos: “Puedes ver a las parejas de novias delante de Union Station con los labios unidos en largos besos… o en los pasillos de escuelas como South Lakes en Reston” – escribía textualmente. Como pasa siempre en estos casos, los periodistas acudieron inmediatamente las estadísticas. Si por una parte se está de acuerdo en que la homosexualidad masculina lo invade todo, que monopoliza la publicidad y copa el mundo de la noche, por otra los sexólogos recordaban que las chicas jóvenes que dicen haber sentido alguna atracción por una persona de su propio sexo son numéricamente el doble que los chicos que dicen haber sentido lo mismo. “The L Word” no es una serie política “The L Word” ha querido dejar de lado la militancia, la reivindicación, y se limita a describir historias de la vida real. Refleja un mundo en el que muchas chicas juegan a la bisexualidad, sin ser lesbianas, y en el que los comportamientos sexuales ya no tienen que ser constantemente explicados y defendidos. Apuesta por la normalidad. Las estadísticas afirman que hay 300.000 mil familias formadas por lesbianas en Estados Unidos, cinco veces más que en 1990, aunque el número real podría ser el doble. Hollywood ya no rechaza el lesbianismo Cuando la sociedad americana cambia, Hollywood cambia, aunque vaya siempre un paso atrás. En los últimos años han ido apareciendo lesbianas en la televisión y en las películas de los grandes estudios de Hollywood. En la serie “L.A. Law” se vio un primer beso entre dos mujeres en el ya remoto 1991. El primer personaje femenino homosexual de una serie era Ellen Degeneres en “Ellen” (1997) y la primera escena de sexo entre mujeres, en el programa “Queer as folk” en el 2000. En el 2001 “Killing Jessica Stein” –una comedia romántica sobre el enamoramiento de dos jóvenes mujeres– se convirtió en película taquillera. Llega cuando hay nueve programas sobre homosexuales en prime time en EEUU “The L word” llega a las pantallas de Showtime cuando los programas gays masculinos han invadido las pantallas del mundo occidental –hay nada menos que nueve programas sobre homosexuales masculinos en “prime time”- y en el momento en que empiezan a nacer canales temáticos homosexuales.

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