Conflicto

Polanco echa un pulso al Gobierno y a Telefónica al preferir el satélite Astra a Hispasat

No contento con haber sacado adelante la fusión entre Canal Satélite y Vía Digital, ahora se niega a cambiar el proveedor de señal de Astra, con sede en Luxemburgo y que ya utilizaba Canal Satélite, por el español Hispasat, que proveía a Vía Digital.

En un principio, el acuerdo de fusión establecía que durante los dos primeros años de actividad de Digital Plus funcionarían ambos satélites para no alterar ni los costes ni los sistemas por los que reciben la señal los abonados de Canal Satélite y Vía Digital. Sin embargo, este punto parece haber quedado ahora en papel mojado y, en estos momentos, el problema es otro: decidirse por una de las dos opciones (Astra o Hispasat).

En este sentido, a los nuevos abonados de Digital Plus se les están instalando antenas dirigidas al satélite Astra, es decir, que los operadores de la plataforma fusionada están llevando a cabo las nuevas instalaciones de antenas utilizando los sistemas y la tecnología de Canal Satélite. Esto significa que el satélite luxemburgués seguirá aumentando su peso y, por tanto, hará más costosa y difícil la opción de Hispasat.

Un portavoz oficial del Ministerio de Ciencia y Tecnología señaló ayer a este diario que al Gobierno “no le consta que esto esté siendo así”, aunque añadió que “el futuro de Hispasat es un asunto muy importante para el Gobierno ya que tiene que jugar un papel clave en la televisión de pago”. Sin embargo, un ejercicio tan simple como es llamar al servicio de atención al cliente de Digital Plus despeja cualquier duda: “En efecto, las nuevas antenas están orientadas a Astra”, contesta la operadora.

Ni el presidente de Telefónica, Cesar Alierta -cuya compañía participa accionarialmente en Sogecable-, ni el Gobierno, que comparte intereses estratégicos con la primera, han conseguido convencer a Polanco para que acepte el cambio de proveedor y garantice la supervivencia del operador nacional. Hispasat está participada en un 13,23% por Telefónica, en un 16,42% por INTA, en un 17,64% por Auna, en un 27,69% por Eutelsat y el resto se los reparten EADS-Casa, CDTI, la SEPI y el BBVA (10,75%).

A pesar de que Sogecable ha asegurado que, de materializarse la ruptura con Astra, se produciría una fuerte penalización económica, fuentes del Gobierno aseguran que la razón fundamental de esta oposición no es económica sino política, ya que se cree que Polanco quiere aprovechar el hecho de “que tiene la sartén por el mango” para obtener una compensación importante.

En este sentido, se señala que, en el fondo, lo que quiere el dueño de Prisa es presionar al máximo al Gobierno para obtener, como mínimo, las garantías regulatorias y jurídicas que despejen el futuro de Localia Televisión, la red de televisiones locales que el Grupo ha extendido por toda España.

En el Gobierno no se oculta el malestar por el hecho de que el presidente de Telefónica no hubiera resuelto este asunto antes de firmar la fusión de las dos plataformas. Ahora, el hombre encargado de intentar arreglar un conflicto que amenaza con perjudicar seriamente a Hispasat es el propio presidente de esta última, Pedro Antonio Martín Marín, que también lo es de Admira, la filial de Telefónica de la que, en su día, dependía Vía Digital.

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