Análisis

Reality TV, ¿hasta cuándo?

Las principales cadenas de EEUU ya han anunciado la programación que les aguarda la próxima temporada a los norteamericanos, y tarde o temprano, al resto del mundo: más reality shows. Recientemente se ha estrenado Big Brother 2, y muy pronto llegarán The Mole, Temptation Island 2, Mistery Mansion, Love Cruise y Survivor 2, entre muchos otros hasta un total de 20 nuevos programas que no precisan de un guión. En España, la situación empieza a ser parecida. Telecinco ofrecerá Supervivientes 2 a partir de otoño, y en fase de adaptación se encuentran Big Diet y Operación triunfo, basado en la vida de aspirantes a bailarines en un centro de alto rendimiento, ambos formatos de Gestmusic. Con este panorama, la duda que sigue surgiendo en todos los despachos de los directores de programación de TV es la misma que se hacían hace un año coincidiendo con el despegue mundial del género: “¿Se trata de una moda pasajera o ha venido para quedarse?”. El periodista Bill Carter intenta resolver esta duda en su artículo Reality Island: Overcrowded, but Showing No Signs of Sinking (La isla del reality: abarrotada pero sin síntomas de hundimiento), publicado por el New York Times el pasado 17 de julio. La opinión de los expertos se encuentra dividida. Mientras unos piensan que “la saturación de este tipo de formatos en todas las cadenas terminará por agotar el género” -algo que esperan con impaciencia-, otros defienden la perdurabilidad del reality. La clave está en los jóvenes Muchos expertos coinciden en pensar que los jóvenes son los que tendrán la última palabra, ya que ellos son los principales devoradores de esta programación, especialmente los menores de 30 años.

El presidente del área de entretenimiento de la NBC, Jeff Zucker, considera que el “fenómeno reality” es consecuencia de un contundente cambio generacional. Comparte su opinión Brian Graden, presidente de la MTV –la cadena pionera en este género con The Real World-, quien lo explica de esta forma: “Para los jóvenes de hoy en día, lo anormal sería que vieran series guionizadas, ya que estamos hablando de una generación de jóvenes que ha crecido divirtiéndose con los casos de O.J. Simpson y Mónica Lewinsky”. La mayoría de ellos ha crecido con una cámara en la mano o siendo el objeto de las grabaciones de su familia“

Sin embargo, el problema de atraer a una audiencia joven, según apunta Steve Sternberg -vicepresidente de la agencia de medios de publicidad TN Media-, es que los jóvenes son caprichosos e inestables por naturaleza y su programa favorito puede cambiar de un día a otro. Por otra parte, Michael Davies, el productor británico responsable del éxito de ¿Quiere ser millonario?, cree que la clave para que un reality show funcione en un país, consiste en “ser el primero”. Esto explicaría que el programa más visto en EEUU la temporada pasada -Survivor- no haya funcionado igual en España o Inglaterra, países en los que ya se habían emitido programas similares. En conclusión, muchos ejecutivos de TV comparten la opinión de que sólo los reality shows con grandes dosis de originalidad persistirán a partir de ahora, mientras que los que traten de “canibalizar” el género lo tendrán muy difícil, porque el impacto será menor.

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