Comunicado de su representante

Silvia Abascal agradece el “interés y respeto” mostrado ante su “enfermedad”

Silvia Abascal agradece el "interés y respeto" mostrado ante su "enfermedad"

La actriz Silvia Abascal (Piratas, Acusados) se encuentra “clínicamente bien” aunque sufre una malformación vascular congénita cerebral de la que está siendo tratada en el hospital Gregorio Marañón, según un comunicado emitido por el centro médico.

La representante de la artista madrileña, María José Martínez Montesinos, ha asegurado que Silvia “agradece muchísimo vuestro interés y el respeto que estáis mostrando ante su enfermedad”, que ha trascendido a la prensa cuando la actriz ya se encuentra “mucho mejor”.

A primeras horas de esta tarde, el doctor Pérez Calvo, jefe de Neurocirugía del hospital Gregorio Marañón de Madrid, ha confirmado en un parte médico que el ingreso de la actriz en el centro médico se debe a “una malformación vascular congénita cerebral”, de la que aún está siendo tratada, y ha añadido que “clínicamente se encuentra bien”.

La actriz, que sufrió el pasado 2 de abril un desvanecimiento cuando participaba en el Festival de Cine Español de Málaga, fue trasladada el día 8 a Madrid desde el hospital Carlos Haya de la ciudad andaluza, donde fue atendida en urgencias por una hemorragia cerebral e ingresada en la UVI.

Ictus en menores de 35 años, por anomalía congénita o malformación hereditaria

Un ictus en menores de 35 años, como es el caso de la actriz, suele deberse a una anomalía congénita o una malformación hereditaria, según indica el coordinador del Grupo de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN), Jaime Masjuan Vallejo.

Como puntualiza Masjuan Vallejo, que también es coordinador de la Unidad de Ictus del Hospital Ramón y Cajal, el ictus puede producirse a “cualquier edad de la vida” y, aunque son más frecuentes en personas mayores de 55 años, Un “10 por ciento se produce en pacientes de menos de 55 años”.

Este pequeño porcentaje puede deberse, según el experto, a un “mal control” de los factores de riesgo o, en el caso, de que se produzca en personas “menores de 35 años a anomalías congénitas como pudo ser el cavernoma que tuvo Alberto Contador o roturas de aneurismas o causas hereditarias o de factores de la coagulación alterados que producen infartos en gente muy joven”.

Las consecuencias sobre la salud dependen del tamaño del ictus, de su localización y de la edad del paciente. “No es lo mismo que afecte a la zona que se encarga del lenguaje que a una zona con menor funcionalidad”, aclara.

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