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Yo viví desde Supervivientes el día que la Pantoja enterró el hacha de guerra con Telecinco

Yo viví desde Supervivientes el día que la Pantoja enterró el hacha de guerra con Telecinco

Demandó a Telecinco, visitó al mismísimo Paolo Vasile para pedir su amparo y fue el objetivo número uno de Aquí hay tomate, presentado, al igual que esta edición de Supervivientes, por Jorge Javier Vázquez. Sin embargo, Isabel Pantoja no dudó en hacer una tregua y llamar en directo a su hijo Kiko Rivera, “su pequeño del alma”, para animarle a seguir en el concurso cuando ya había decidido abandonar por sus problemas de salud.

Vertele.com vivió en directo, desde el plató de Supervivientes, este histórico momento televisivo en el que Pantoja disparó la audiencia de su cadena 'enemiga' hasta el 40% de share durante los seis minutos que duró la intervención de la tonadillera, entre la 01:11 y la 01:17 horas de la madrugada. A continuación le contamos lo que no vieron los espectadores: cómo se vivió ese momento en el backstage y en el plató durante las pausas publicitarias.

Pantoja intervino en el programa para apoyar a su hijo: “¡Llama mamá!”

“Te damos la oportunidad de que te quedes hasta el lunes y te lo pienses”, dijo Jorge Javier a un Kiko Rivera que había decidido abandonar el concurso por sus continuos ataques de gota, a pesar de que acababa de recibir el apoyo de su familia a través de una carta de su abuela y una llamada de su hermano mayor, Fran Rivera, “el guapo”, como dijo el propio Paquirrín.

“¿Te gustaría conocer la opinión de Isabel Pantoja sobre tu decisión de marcharte?”, preguntó Jorge Javier. “Por supuesto, ¡llama, mamá!”, respondió Kiko. Y mamá llamó, por sorpresa y ante la incredulidad de todo el plató, que rompió en aplausos cuando supo que la Pantoja iba a intervenir en el reality show, sin importarle que estaba a punto de disparar la audiencia de la cadena que fue su azote durante varios años.

¿Cómo se gestó la llamada sorpresa de Isabel Pantoja?

Todo había comenzado minutos antes. Durante la última pausa publicitaria y una vez que Paquirrín ya había anunciado su abandono, la prima de Kiko, Anabel, lloraba desconsolada mientras llamaba por teléfono (¿a su tía Isabel?) y recibía el apoyo de Raquel Bollo, que apareció de repente en el backstage.

“Qué pena que se vaya Kiko”, le comentó Jorge Javier al entrar de nuevo en el plató para seguir con el directo. El programa acababa de perder a una de sus principales ‘estrellas’ tres semanas después del estreno. Fue entonces cuando Anabel explicó al presentador algo que luego él desveló a los espectadores: “En casa Pantoja están llorando”.

El teléfono de la prima de Kiko 'voló' por varias manos para establecer la conexión

Cuando Jorge Javier preguntó a Kiko si quería saber qué opinaba su madre, el presentador propuso una medida intermedia, quizás para que la tonadillera no se viera obligada a entrar en directo: Anabel llamaría con su propio móvil y transmitiría a su primo lo que su madre dijera.

La prima de Kiko salió en busca del teléfono. “Tengo dos llamadas perdidas”, dijo justo antes de llamar a Cantora y saber que su tía quería hablar directamente con su hijo. Fue entonces cuando el móvil de la prima de Kiko voló de mano en mano, de Anabel a Jorge, de Jorge a la regidora y de ésta a otra persona del equipo que corrió hacia el control del programa.

En pocos minutos la conexión España-Honduras estaba lista, la cantante entraba en directo en su papel de ‘madre del artista’ y la audiencia se disparaba por encima del 40%.

Isabel Pantoja: “Te adoramos, con gota o sin gota”

“Te adoramos, con gota o sin gota, sentado, pescando o sin pescar”, dijo la cantante, una frase que causó furor entre los seguidores del programa que comentaron la gala a través de Twitter.

Pantoja hizo un último llamamiento a su hijo: “Francisco Rivera Pantoja, p’alante, p’atrás ni para coger impulso, espera hasta que te lo diga el médico, hasta que no puedas más”.

Esta llamada telefónica hizo olvidar por unos minutos la expectación que en el plató había levantado anteriormente la llegada de Aída Nízar tras su expulsión la semana pasada. Una esperada visita que había calentado el ambiente en el estudio de Telecinco, que arrancó algunos gritos del público en contra de la colaboradora y que acabó con un rifirrafe entre la madre de Aída y Chayo Mohedano, que al grito de “¡cállese, señora!” optó por cambiar el sitio que ocupaba en el sofá de invitados para dejar de estar a su lado.

Malena Gracia y Mayte Zúñiga, cuatro horas sin hablar

Por cierto, la hija de Rosa Benito protagonizó otro enfrentamiento con una de las invitadas al término del programa, en los pasillos, ya con los focos apagados, aunque la sangre no llegó al río.

La gala de anoche contó también con la presencia de otros invitados conocidos que acudieron para apoyar a sus familiares y amigos, como Loli Álvarez, Malena Gracia o Mayte Zúñiga. Estas dos últimas, por cierto, se fueron de Telecinco sin pronunciar una sola palabra en las casi cuatro horas que duró el directo.

El guardia que “protegía” a Aída en las pausas y el grito desesperado de Chayo

La llegada de Aída al plató para enfrentarse a la entrevista con Jorge Javier vino acompañada de medidas de seguridad para evitar que los familiares, amigos y el público en general dieran información a la ex concursante que le pudiera ayudar en la charla con el presentador.

Por este motivo, la ex gran hermana tuvo que 'esconderse' durante las pausas publicitarias tras la pantalla gigante del plató, 'protegida' por un guardia de seguridad para que nadie se acercara a ella.

Por su parte, Chayo protagonizó otra de las anécdotas de la noche. Tenía como propósito 'colar' un grito en directo para que su madre supiera que el bebé que espera es una niña, y tras un intento fallido, lo consiguió. Al final del programa, Chayo se levantó, se amarró al micrófono de corbata de Jorge Javier que en esos momentos hablaba con la isla y gritó: “¡Es una niña, mamá!”.

El pinganillo rebelde de Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier llegó a decirlo en directo en una ocasión. Tenía problemas de comunicación con el pinganillo por el que se comunica con el director del programa y lo tuvo que probar varias veces hasta solucionar el problema. Mientras, el presentador hablaba con la isla y hacía comentarios jocosos como si nada ocurriera en una muestra de su manejo con el directo que quedó patente desde que entró en plató, a las 21:50 horas, diez minutos antes del comienzo, hasta que salió de él, cuatro horas después.

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