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Telefónica negocia con Lara la venta de Antena 3 a DeA Planeta para hacer posible la fusión digital

Telefónica ha decidido vender su participación en Antena 3 y optar así por una solución de transparencia radicalmente opuesta al subterfugio legal de emplear la fórmula del «aparcamiento» financiero de su futuro 17 por ciento en Sogecable. En virtud de la normativa vigente y la decisión de sacar adelante la fusión digital, César Alierta se ha visto obligado a acelerar la venta de Antena 3 en una operación que está siendo ultimada con la empresa DeA Planeta, que es una «joint venture» entre el grupo editorial catalán Planeta y la compañía italiana DeAgostini. La operación, que se encarga de materializar estos días Pedro Antonio Martín como presidente de Admira, responde a la necesidad de cumplimentar el acuerdo con el Grupo Prisa y rechazar definitivamente el «aparcamiento» de la participación que Telefónica ostentará en la futura SogeVía, nombre que se está manejando para la futura empresa conjunta de televisión digital vía satélite. Obligación ineludible Para Telefónica, la desinversión en el Grupo mediático se ha convertido en una necesidad ineludible. Desde un principio Alierta ha apostado por desprenderse de todo el lastre generado durante la época de Juan Villalonga, incluyendo las inversiones billonarias en telefonía móvil.

Después del «write-off» del UMTS -telefonía móvil de tercera generación- en Europa, Alierta tiene dos grandes asignaturas pendientes: una es Terra. La segunda es Admira, que controla directamente la TV privada Antena 3 y la emisora Onda Cero.

El Grupo Planeta, cuyo consejero delegado es José Manuel Lara Bosch, es el principal accionista de «La Razón» y será en este caso el soporte financiero de la compra a Telefónica. La operación se articulará a través de una «joint venture» constituida por el Grupo Planeta y DeAgostini, denominada DeA Planeta.

DeAPlaneta es el resultado de la colaboración entre Grupo Planeta y De Agostini para el desarrollo de la actividad audiovisual tanto en el ámbito de la ficción como en el de documentales, a través de Planeta D, y en el del público infantil y juvenil a través de Planeta Junior. El presidente de esta compañía es Maurizio Carlotti, quien, de materializarse la operación, sería nombrado primer ejecutivo de la cadena.

Carlotti desempeñó el cargo de consejero delegado y director general de Telecinco, y abandonó la cadena privada en julio de 1998 para regresar a Italia como consejero delegado del «holding» televisivo Mediaset, controlado por el grupo Fininvest de Silvio Berlusconi.

El retorno de Carlotti a Italia, después de su brillante gestión al frente de Telecinco, se produjo en un momento fundamental en la estrategia de Fininvest, propiedad de la familia Berlusconi, para multiplicar la capacidad empresarial del Grupo gracias a un «proceso de racionalización» de sus actividades.

Los detalles de la operación dependerán del importe de la deuda que Telefónica asumirá antes de que Admira transfiera la propiedad de Antena 3. Fuentes conocedoras de las negociaciones aseguran que la venta tiene un perfil similar a la fusión digital. En este sentido, hay que recordar que Telefónica asume 600 millones de euros de deuda de Vía Digital, la mitad, aproximadamente, del pasivo que acumula la plataforma de TV digital del Grupo Admira.

El plan de Martín Marín La venta de Antena 3 junto a la fusión digital suponen la desaparición práctica del grupo audiovisual de Telefónica, un proyecto ideado por el ex presidente de Telefónica Juan Villalonga y que nunca ha funcionado en el «core business» de la operadora de telecomunicaciones. Más al contrario, la gestión de Alierta se ha visto lastrada por la evolución de pérdidas de sus filiales mediáticas, lo que inducía a pensar en una inminente desinversión. De hecho, Pedro Antonio Martín Marín ha trabajado desde su llegada a Admira el pasado verano en una operación de venta que, en su caso, habría supuesto la incorporación de socios externos al capital de la filial mediática.

El objetivo de esta estrategia apuntaba a reducir por debajo del 50 por ciento la participación de Telefónica en Admira, de manera que la operadora no tuviera que consolidar por integración global en su balance el agujero mediático. Otra opción es vender una a una las plataformas audiovisuales. Esto es lo que se va a hacer con Antena 3.

Artículo publicado hoy en el diario ABC

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