Vuelve la “empanadilla”: Martes y Trece recopila sus momentos más geniales en TV

“Vuelven los mejores”. Bajo este eslogan no muy alejado de la realidad, Martes y Trece regresan a la palestra para “recordar” al público aquellas parodias, gags y muletillas que atragantaron a más de uno la cena de fin de año durante unas cuantas temporadas. El ya legendario dúo cómico, auténtico fenómeno social de su época, no volverá a unirse -parecen tenerlo clarísimo- pero, al menos, ahora ofrecen una recopilación de sus momentos televisivos más brillantes. Con Santiago Segura como “maestro de ceremonias” -el personaje más solicitado actualmente para este tipo de eventos, como en su día lo fueron ellos-, Josema Yuste y Millán Salcedo, los inovidables Martes y Trece, presentaron ayer el lanzamiento de esta “colección antológica”, un paquete de 4 DVD/VHS que lleva por título Pero mira como vuelven -Empanadillados; Ella no quería, oiga; ¿Digamelón? y Qué bodito y qué herboso-, a la venta el próximo 8 de octubre. En esta época que vivimos, donde el humor y el ingenio no abundan precisamente en la pequeña pantalla, Martes y Trece quieren refrendar lo que muchos han definido como, posiblemente, el proyecto humorístico más sublime, genial, admirado, imitado y seguido por millones de personas en nuestro país. “Encarna, la empanadilla de Móstoles, que tengo ar niño en el horno”, “Lauren Castigo y la monstruo... de fea, cabrona”, “Pocholo y Borja Mari fijaté, se fueron a esquiar”, “Hermida”, “Rapha.. él”, “María José Cantu 2”, “Atina Turner”.... son sólo algunos de los ejemplos que contiene el revival. “Éste era un buen motivo para reunirnos, después de cinco años sin vernos”, comenta Millán -“siete años”, corrige Josema. “El retonno ha sido mu agradable ya que cuando grabamos el spot para este producto comenzaron a salirnos todas nuestras paridas de siempre, como un manantial que estaba ahí tapado”, asegura Salcedo. Algo más que “la empanadilla” Desde que se separaron, a Josema Yuste le hemos seguido viendo en televisión con mayor o menor frecuencia, su último trabajo para El Club de la Comedia y en la actualidad como productor de una obra teatral que se estrenará en breve. A Millán le habíamos perdido la pista porque, según él, el “estigma de la empanadilla” le persigue, aunque tiene varios proyectos como un libro autobiográfico que ya está en camino. “Soy actor, joder, que me llamen para hacer de albañil si hace falta”, afirma Millán. “Vamos a poner un anuncio en el periódico como hizo en su día Bette Davis: Actriz ganadora de dos Oscar busca trabajo”, añade. “Entiendo que en la memoria de la gente pesa mucho la imagen del dúo, y eso nos orgullece, pero yo no he dejado de trabajar desde entonces y me siento realizado”, comenta Josema. “Sabíamos que habría unos años de devaneo tras nuestra separación porque lo nuestro fue muy seguido y muy exitoso. Sin embargo, estamós ahí, no nos hemos retirado, y sabemos hacer más cosas que la empanadilla”, asegura Millán. Sobre si volverían a juntarse, no tienen dudas de que, hoy por hoy, es algo imposible: “Lo fácil hubiera sido estar juntos pero decidimos seguir caminos separados ya que no queríamos explotarnos hasta la extenuación; éramos conscientes de que nuestra gallina de los huevos de oro estaba poniendo huevos revueltos. Nuestra relación, incluso profesional, no era muy buena...”, comenta Millán, que añade: “No haremos ni fin de año ni fin de mes”. “Antes la gente se reía con y ahora de” Millán cree que, en la televisión actual, su humor no tiene cabida: “Ahora se lucha a muerte por las audiencias y eso estropea todo. Como espectador lo asumo pero como profesional estoy en total desacuerdo con lo que veo, así que en vez de ver la tele en mi casa veo el microhondas, a ver qué pasa”. De los humoristas actuales, Josema cree que “hay algunos muy buenos y válidos, y si están ahí es porque lo merecen, sobre todo si hablamos del mundo del humor”. Para Millán, “ahora mismo los humoristas no tenemos mucho que hacer, es un problema de preposiciones, antes la gente se reía con y ahora de. La televisión actual es un circo que nos ha usurpado a todos, incluso en la profesión periodística, pero en fin, arrancamollos hay en todos los caminos”.